El 2 de abril de 1974, en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles, tenía lugar la 46ª
ceremonia de entrega de los premios
Óscar en donde la película ‘El
Golpe’ (The Sting) de George Roy
Hill (protagonizada magistralmente por Paul
Newman y Robert Redford) se
alzaba con siete de las estatuillas (entre ellas la de mejor película, dirección,
banda sonora y guion original) y que debería haber servido para terminar de dar el espaldarazo a uno de los directores con
más proyección en Hollywood; quien ya había filmado, cuatro años antes, otra de las grandes cintas de la Historia del
cine: ‘Dos hombres y un destino’ (Butch
Cassidy and the Sundance Kid) con la misma pareja protagonista.
A pesar del reconocimiento de ‘El Golpe’ por parte de la crítica y el público, (convirtiéndose con los años en una auténtica película
de culto), George Roy Hill no terminó de alcanzar la fama internacional que se
esperaba y en su carrera cinematográfica como director (que duró quince años
más) filmó otra media docena de films que no obtuvieron el éxito de sus
antecesoras.
Pero en 1974, en el momento cumbre de su carrera, el
director recibió una peculiar carta que remitía un joven adolescente de 17
años, a punto de graduarse en el instituto
Skyline High School, de la californiana población de Oakland, quien le solicitaba
(con gran desparpajo e ingenio) ser descubierto como actor.
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El joven, que firmaba como Thomas J. Hanks, reconocía ser un ‘don nadie’ imberbe (al que no le
crecía el bigote), estudiante de teatro en sus horas libres y que deseaba
convertirse en actor de éxito para poseer un Porsche y poder llamar ‘Bob’ al
mismísimo Robert Redford. Eso sí, dejaba muy claro en la carta que su propósito
no era ser una de esas estrellas de Hollywood con chicas rondando a su alrededor.
El joven Thomas proponía un par de alternativas a Roy Hill
para ser descubierto. La primera de ellas al estilo de la mítica Lana Turner (quien fue
descubierta casualmente por un ‘cazatalentos’ que la vio sentada en una
cafetería tomando un refresco), la otra forma propuesta por Hanks era visitando al director en su oficina y éste,
para deshacerse del joven, le ofrecería un pequeño papel en su próxima película en
la que el protagonista, accidentalmente, se rompería una pierna en el vestuario
y al no disponer de tiempo para encontrar sustituto le ofrecieran realizar a él el papel. Este párrafo (al igual que el anterior) lo cerraba con un contundente ‘I am a
star’ (Soy una estrella).
También destaca de la carta un término que utiliza Tom en un
par de ocasiones y que la pone en mayúsculas: ‘BANGO’, el cual era muy utilizado en la época por los más
jóvenes y venía a ser una onomatopéyica forma de decir algo con éxito, como si sonase
una campana.
La carta, escrita a mano, fue guardada por Roy Hill en un
cajón y no salió a la luz hasta el pasado año (el director falleció en 2002, a
la edad de 81 años, a causa de la enfermedad de Parkinson). Dicho documento se
encuentra actualmente en poder de la Biblioteca Margaret Herrick de la Academia
de Cine en Berverly Hills, aunque no se ha publicado imagen de la misma (bajo
estas líneas hay una réplica escrita a máquina).
Se desconoce si Roy Hill contestó la carta e incluso si la
misma influyó para que el director hiciera algún tipo de recomendación a sus
colegas sobre el posible talento del joven Thomas.
Lo que es una realidad es que un lustro más tarde, tras
finalizar sus estudios universitarios, Tom
Hanks debutaba en una serie de televisión y en apenas unos meses participaría
en su primera película. A partir de ahí su carrera sería meteórica, ganado dos
años consecutivos el Oscar al mejor actor (en 1993 y 1994 por Philadelphia y Forrest Gump), se convertiría en el actor mejor pagado de Hollywood
y tendría uno de los mejores y más solventes currículums cinematográficos en la
historia del Séptimo Arte.
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