En 1917 el continente
europeo llevaba tres años en guerra y al otro lado del océano Atlántico la
mayoría de los ciudadanos estadounidenses vivían ajenos al conflicto bélico y sin prestar demasiada atención a la ‘guerra
de los europeos’. Por tal motivo, tras la entrada de EEUU en la Primera Guerra Mundial escaso (para las
previsiones que tenían) fue el número de voluntarios que se alistaron al
ejército.
Esto motivó que desde las
instituciones se crearan docenas de campañas de reclutamiento con el fin de
atraer a los cientos de miles de voluntarios que se necesitaban para ser
enviados al frente.
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Numerosísimos fueron los
espectáculos organizados por las grandes productoras de Hollywood en las que
utilizaban a sus grandes estrellas del celuloide para animar a alistarse,
además de recaudar fondos con los que sufragar el enorme gasto que la entrada
en la guerra suponía.
La ciudad de Nueva York, a
pesar de ser una de las más pobladas de todos los Estados Unidos, presentaba
una de las tasas de reclutamiento más bajas (en comparación con los que se
habían incorporado en otros puntos del país) y tan solo se había conseguido 900 reclutas, el 45% de voluntarios de los 2.000 previstos.
Esto motivó que el alcalde
de la ciudad, John Purroy Mitchel,
decidiera poner en marcha la que sería una brillante idea: mandar construir una
réplica del buque USS Maine en pleno
centro de Manhattan (concretamente
en Union Square) que serviría como oficina de reclutamiento y atraería la
curiosidad de todos los ciudadanos.
Encargó el proyecto a un
famoso despacho de arquitectos especializados en realizar grandes escenografías
para los teatros de Broadway.
Los trabajos de
construcción del barco se hicieron a toda prisa y se realizó una fastuosa
fiesta de inauguración el 28 de mayo de 1917, día festivo en el país al
conmemorarse el ‘Memorial
Day’ (Día de los caídos en guerra) que cae anualmente en el último
lunes del mes de mayo.
Aquel curioso barco de
guerra levantado en el centro de Union Square fue bautizado con el nombre de USS Recruit, tenía unas impresionantes
medidas de 60 metros de largo por 12 metros de ancho y una altura similar a la
de un edificio de tres plantas, convirtiéndose en una de las atracciones más visitadas de la ciudad durante los siguientes meses.
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Además de las funciones de
oficina de reclutamiento, el USS Recruit se convirtió en un centro de
entrenamiento albergando a una cuarentena de reclutas que recibieron allí mismo
y a la vista de todo el mundo la instrucción militar.
Esto propició que muchos
de los curiosos que hasta allí se acercaban acabasen presentándose voluntarios
para servir en la Armada estadounidense y lo que en un principio había sido un
fracaso se convirtió en todo un éxito, logrando que en el tiempo que permaneció
el USS Recruit en Union Square alrededor
de 25.000 voluntarios neoyorquinos acabaran enrolándose.
Tras el fin de la IGM, el
11 de noviembre de 1918, a pesar de que ya no se necesitaba reclutar
masivamente, se decidió mantener abierto durante un tiempo más aquella oficina
de reclutamiento, hasta el que el 16 de abril de 1920 se inició su
desmantelamiento. Se desmontó el USS Recruit en piezas y quedó abandonado en
algún lugar (del que nada se supo) mientras se decidía qué hacer con él. La
mayoría de fuentes señalan que el destino de aquel barco de tierra firme debía
ser el parque de atracciones ‘Luna Park’ en Coney Island –Brooklyn
pero nunca llegó a su nuevo destino.
Fuentes de consulta e
imágenes: mashable
/ nytimes
/ cabovolo
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