A lo largo de 241 kilómetros el río Arno discurre por la famosa región italiana de la Toscana atraviesa Florencia y va a desembocar al mar
de Liguria tras pasar por la población de Pisa. Lo que hoy es un trazado sencillo y sin apenas trascendencia
sí que tenía su importancia, y además muchísima, hace quinientos años debido a que tener
un acceso directo al mar era fundamental política, comercial y económicamente para cualquier urbe.
Por ese motivo, recién iniciado el siglo XVI, dos de los hombres más insignes del Renacimiento,
Nicolás Maquiavelo y Leonardo da Vinci, aunaron esfuerzos y decidieron
colaborar conjuntamente en la que debía ser una monumental obra
de ingeniería hidráulica y con la que se pretendía desviar el cauce del río
en beneficio de Florencia, perjudicando seriamente a la población rival de Pisa.
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Maquiavelo y Leonardo se habían conocido en octubre de 1502
en Imola, cuando el político
florentino encabezó una comitiva que había viajado hasta allí para despachar
algunos asuntos de vital importancia con Cesar Borgia y el
genio renacentista trabajaba a las órdenes de éste como arquitecto e ingeniero militar (diseñando fortificaciones para esta pequeña
población en pleno corazón de la región de Emilia-Romaña).
Unos meses después, hacia el verano de 1503, Nicolás Maquiavelo
(segundo canciller de Florencia), coincidió con Leonardo da Vinci en esta ciudad y ahí fue donde le propuso colaborar conjuntamente en
el desarrollo de un plan que consistiría en alterar el cauce del río Arno.
Da Vinci visitó Pisa
en calidad de maestro di acque (ingeniero hidráulico) y estudió a fondo la
trayectoria del río y cuál sería el perjuicio económico para esta población si
se realizaba el desvío del torrente de agua hacia el norte, beneficiando así a
Florencia.
Diseñó todo el plan en el que se construiría un dique y de
ahí saldría un canal que desviaría el curso del rio
Arno (debía ser más profundo que éste) con el fin de que una vez liberada el agua el cauce tomase el nuevo rumbo marcado. Todo el proyecto se diseñó bajo
la supervisión de Maquiavelo quien decidió ponerlo en marcha cuanto antes y
para ello contrató a un experto ingeniero hidráulico llamado Colombino quien estaría al frente de la obra que daría comienzo en el año 1504.
Puso a disposición del ingeniero aproximadamente a dos mil
obreros y le facilitó los planos de da Vinci que detallaban minuciosamente cómo
debía ejecutarse la obra.
Pero la arrogancia de Colombino, quien se creía mucho más experto que Leonardo en este
tipo de proyectos, hizo que decidiese realizar algunos retoques al diseño que modificaron
por completo el resultado final y dieron al traste con el plan.
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La profundidad de la zanja no era la estipulada, lo que
provocó que cuando se abrió el dique el cauce del río no se desvió y tomó su
rumbo natural hacia la desembocadura en el mar de Liguria rumbo a Pisa. Los cambios hechos
al diseño también hicieron que tras unas lluvias torrenciales quedase seriamente dañado parte
del dique.
Y para redondear la fallida ejecución del plan de Maquiavelo
y da Vinci, cuando los pisanos se
enteraron de las intenciones de éstos enviaron a un contingente de hombres que
se encargaron de sabotearlo y destruir los
diques, así como de rellenar las zanjas.
El que, sobre los planos, era un plan genial (como los tantos
que a lo largo de su vida desarrolló Leonardo da Vinci) en su ejecución fue un
estrepitoso fracaso; evidentemente no por su diseño sino por la anárquica forma
de llevarlo a cabo por la persona contratada para realizar tal monumental obra.
Fuentes de consulta: eduardoberti / historiasdelahistoria / jotdown / Agua,
arquitectura y paisaje en Europa / cracked / rembrandtgallery