Hillary Clinton no es la primera: hubo otras mujeres que también intentaron ser Presidenta de EEUU

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Hillary Clinton
va a pasar a la Historia por un buen puñado de razones pero, hasta el día de
hoy, uno de los motivos principales será por haber sido la mujer que más lejos
ha llegado en la carrera electoral por alcanzar la presidencia de los Estados Unidos.

Una vez celebradas las elecciones, que tendrán lugar el
martes 8 de noviembre
, tras el recuento podrá saberse si ha sido la candidata que
ha contado con más votos electorales y, por tanto, se convierte en la primera
mujer en ser investida como Presidenta de EEUU
.

Pero las de 2016 no son las primeras elecciones en las que Hillary Clinton se ha
postulado por el Partido Demócrata para ser la candidata. Ya lo intentó en 2008,
retirándose unos meses antes de las elecciones para apoyar al candidato Obama.

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los EEUU durante un año y medio
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A pesar de ser la ocasión en la que una mujer está más cerca
de conseguirlo hay que recordar y tener en cuenta que otras muchas, a lo largo
de los últimos 144 años, han intentado hacer Historia presentándose como
candidatas a unas elecciones presidenciales en EEUU…

La primera mujer de la que se tiene constancia en postularse
a la presidencia estadounidense fue Victoria Woodhull,
una polifacética emprendedora que decidió hacer carrera política en una época
en la que incluso las mujeres no tenían derecho al voto. Se presentó para las
elecciones de 1872, cuando contaba con 33 años de edad, por el Equal Rights Party (Partido por la
Igualdad de Derechos). Su programa electoral no estaba exento de polémica, en
el que entre lo más destacado estaba la petición del sufragio universal y el ‘amor
libre’ (que no libertad sexual) en el que abogaba para que las mujeres fueran
libres de elegir esposo (en esa época un gran número de matrimonios eran
concertados), libertad para divorciarse y que aquellas que tuvieran hijos sin estar
casadas pudiesen tener los mismos derechos. Victoria también fue fundadora del periódico
‘Woodhull & Claflin’s Weekly’ en el que acostumbraba a publicar ciertos
artículos polémicos y que llegaron a molestar a personajes muy poderosos. Ese
fue uno de los motivos por el que unas semanas antes de celebrarse las
elecciones de 1872 en la que era candidata fuese detenida, lo que le impidió
poder participar en ningún acto de la campaña electoral. Hay discrepancias
entre los historiadores sobre si su candidatura se anuló o no, pero no hay
constancia alguna de que consiguiese ningún voto.

Belva Ann Bennett Lockwood
fue una famosa sufragista que lo intentó en dos ocasiones (1884 y 1888) también
por el partido Equal Rights Party. Provenía de un entorno rural y pertenecía a
una modesta familia de granjeros. Contrajo matrimonio a los 18 años y con 23
enviudó, quedando al cargo de una hija pequeña. Se dedicó a dar clases para
mujeres adultas que no sabían leer o escribir y comenzó a mezclarse en ciertos
ambientes de activismo político que la atraparon e hicieron que decidiese
trasladarse a vivir a Washington DC donde, con coraje y con todo en su contra, cursó
estudios superiores graduándose años más tarde en Derecho. Tras mucho batallar
consiguió en 1879, con 49 años de edad, ser admitida para ejercer como abogada
ante el Tribunal Supremo. En un principio, en 1884 se postuló para ser candidata
por el Partido Republicano, pero los propios compañeros de partido la desestimaron
y no aceptaron su candidatura. Un hecho que aprovecharon en el Equal Rights
Party para ofrecerle ser su candidata y que Belva aprovechó. Pudo hacer
campaña, pero a pesar de todo el entusiasmo que le puso tan solo recibió 4.194
votos a nivel nacional (algunas fuentes indican que fueron 4.711 votos). Pero
esto no la desanimó y decidió prepararse a fondo para presentarse como
candidata en las siguientes elecciones de 1888, aunque no existe registro alguno
sobre el número aproximado de votos que recibió, aunque se calcula que fue muy
inferior al de la primera vez, debido a la campaña de desprestigio que padeció
por parte de otros candidatos, por el solo hecho de ser mujer (según parece, en
el recuento de votos se tiraron a la papelera las papeletas con el nombre de Belva
Ann Bennett Lockwood como ‘votos nulos’).

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Tendrían que pasar 76 años para que otra mujer se postulase
a candidata a la presidencia de los EEUU. Fue en 1964 cuando se presentó Margaret Chase
a las primarias del Partido Republicano. Tenía 67 años de edad y contaba con
una larga carrera política (fue la primera mujer en ser representante en las
dos cámaras). Aunque contaba con algunos apoyos de compromisarios en la
convención nacional del partido, decidió retirar su candidatura ante los pesos
pesados de la formación política que también presentaban su candidatura: Barry
Goldwater y Richard Nixon (siendo el primero quien finalmente optó a las
elecciones aunque no las ganó).

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En 1972 se dio un caso insólito hasta la fecha: tres mujeres
se postularon para ser candidatas a la presidencia de los Estados Unidos,
aunque tan solo una logro finalmente presentarse. Dos de ellas lo hicieron por
el Partido Demócrata y casualmente ninguna de estas dos era de origen
caucásico. Por un lado Shirley Chisholm,
de 48 años de edad, fue la primera aspirante afroamericana que pugnó a la
nominación en la convención demócrata. Tenía tras de sí una dilatada carrera
política y había servido en el Congreso. La otra candidata por el mismo partido
fue Patsy Takemoto Mink,
nacida en Hawái (aunque de ascendencia japonesa), quien tras varios años como
representante política local dio el salto a la política nacional, ocupando varios
puestos de responsabilidad y fue también congresista. Ninguna de las dos
consiguió ser escogida por sus compañeros de partido para ser candidata en las
elecciones del ’72. Quien sí lo consiguió fue Linda Jenness,
una activista de izquierdas que se presentó a las elecciones presidenciales por
el Socialist Workers Party (Partido
Socialista de los Trabajadores), quien obtuvo un resultado relativamente bueno
(contando la formación política por la que se presentaba que en EEUU es
minoritaria) y consiguiendo un total de 83.830 votos, quedando en cuarto lugar
en unas elecciones en las que se presentaron diez candidatos y ganó el
republicano Richard Nixon.

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En las primarias del Partido Demócrata de 1976 se presentó Ellen McCormack,
un ama de casa de 50 años que aspiraba a presidir el país. Aunque contó con
algunos votos en la convención nacional del partido quien fue candidato ese año
fue Jimmy Carter. Quien también se presentó ese mismo año por el People’s Party
(Partido de las Personas) fue la activista afroamericana Margaret
Wright
(49.000 votos).  

En 1980 Ellen McCormack lo intentó de nuevo, pero no lo hizo
con los Demócratas, sino que se presentó por el Right to Life Party (Partido por el derecho a la vida), una
formación política antiabortista que contó con el apoyo de algo más de 32.000
votantes. Ese mismo año, el People’s Party se reconvirtió (tras fusionarse con
otras formaciones políticas) en el Peace
and Freedom Party (
Partido de la Paz y la Libertad) presentando a las
elecciones al tándem femenino formado por las activistas Maureen Smith
y Elizabeth
Cervantes Barron
(para la Vicepresidencia) obteniendo alrededor de
18.000 votos.

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La activista feminista Sonia Johnson fue la
candidata en 1984 por el Citizens Party
(Partido de los Ciudadanos), una coalición de organizaciones políticas entre
las que se encontraba el Peace and Freedom Party.

La congresista por el Estado de Colorado Patricia Schroeder
quiso ser candidata a la presidencia del país por el Partido Demócrata en 1988.
No logró reunir los fondos suficientes y tuvo que retirar su candidatura de las
primarias, anunciándolo mediante una emotiva rueda de prensa en la que no pudo reprimir derramar algunas lágrimas, algo que, posteriormente, le fue recriminado.

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]

La activista afroamericana Lenora Fulani
fue candidata a la presidencia de los EEUU por el New Alliance Party (Partido Nueva Alianza) –un conglomerado de pequeños
partidos y asociaciones que defendían los derechos de las personas marginadas
como hispanos, población negra, gais y lesbianas, etc…- y lo hizo en dos
ocasiones: en 1988 y 1992. La primera vez consiguió un muy buen resultado (teniendo
en cuenta de tratarse de una formación política pequeña y modesta) obteniendo
algo más de 217.000 votos. En su segunda incursión electoral, Lenora no obtuvo
tan buen resultado, consiguiendo esta vez el apoyo de 73.622 ciudadanos.

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En el año 2000 Elizabeth Dole, una
política de gran experiencia y que ocupó varios cargos de relevancia en las
administraciones de Ronald Reagan y George HW Bush, quiso ser la candidata por
el Partido Republicano. No obtuvo los fondos suficientes y se retiró antes de
celebrarse las primarias.

La senadora Carol Moseley Braun
se presentó a las primarias del Partido Demócrata para las elecciones de 2004,
no consiguiendo los suficientes apoyos de sus compañeros de partido.

2008 fue el año en el que presentó por primera vez su
candidatura Hillary Clinton por el
Partido Demócrata y aunque la pugna por conseguirlo estuvo muy disputada,
finalmente decidió retirarse de la carrera presidencial en plena campaña
electoral (a cinco meses de las elecciones) para dar su apoyo a Barack Obama, quien, tras ser investido
presidente la nombró Secretaria de
Estado
. Ese mismo año otra mujer también lo intentó (llegando hasta las
elecciones) y consiguiendo un apoyo de los ciudadanos de algo más de 161.000
votos. Se trata de la afroamericana Cynthia McKinney
quien, a pesar de pertenecer al Partido Demócrata, se presentó por el Green Party (Partido Verde).

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Michele Bachmann,
una de las fundadoras del Tea Party
(la fracción más conservadora y radical del Partido Republicano) se presentó
como candidata para las elecciones de 2012 aunque retiró su candidatura unos
meses antes. Aquel mismo año quien sí se presentó a las elecciones y obtuvo un
total de 67.326 votos fue la famosa actriz Roseanne Barr que lo
hizo por el Peace and Freedom Party.
Roseanne en un principio presentó su candidatura por el Green Party, pero no consiguió los apoyos suficientes para ser la
candidata de esta formación política, por lo que decidió presentarse por el
Partido Paz y libertad. Y es que los compromisarios del Partido Verde no
escogieron a la actriz porque prefirieron dar su apoyo a Jill Stein, quien
quizás no era tan popular en los ambientes cinematográficos pero sí que tenía
una dilatada carrera como activista y ecologista que le permitieron conseguir
en aquellas elecciones un total de 469.627 votos, siendo la cuarta candidata
presidencial más votada aquel año en los EEUU y quien llevaba como candidata a
la vicepresidencia a la activista pro-derechos humanos Cheri Honkala.

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Y llegamos a las elecciones presidenciales de 2016, en las
que volverá a intentarlo (y con muchísimas posibilidades de ganar) Hillary Clinton y quien también se
presentará de nuevo será la ecologista Jill
Stein
, quien pretende mejorar el número de votos conseguidos cuatro años
antes. Por el Partido Republicano optó a la candidatura a la presidencia la
exitosa (a la vez que controvertida) empresaria Carly Fiorina,
quien finalmente se retiró en las primarias.

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