La historia sobre el origen de Australia podría ser reescrita

Durante muchísimo tiempo se tuvo el convencimiento (y así se llevó a la práctica) que mantenía que un país, ciudad o continente no pertenecía a quién lo habitaba, sino a la persona o Estado que lo descubría y/o colonizaba.

Mucho se ha escrito y especulado sobre el descubrimiento del Nuevo Mundo por parte de Cristóbal Colón (y todos los que llegaron tras él), existiendo múltiples pruebas que indican que mucho tiempo antes ya habían pasado por allí otros ‘descubridores’, entre ellos los vikingos.

Algo semejante ocurre con Australia, un país poblado desde hace miles de años por aborígenes y que pasó a ser de propiedad británica a partir del siglo XVIII, en el que comenzaron a llegar por allí los primeros exploradores de origen europeo, tomando esta gran isla como propiedad del Reino Unido.

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Los libros de Historia mencionan a James Cook como el gran colono explorador y descubridor de Oceanía, asignándole un gran número de territorios de la zona a la corona de su país de origen.

Los propios británicos no han querido contemplar ninguna otra posibilidad en cuanto a quién fue el primero que llegó, descubrió y colonizó Australia (a pesar de ya estar poblada por aborígenes, como os comentaba al inicio del post).

En numerosas ocasiones, muchos han sido los historiadores que han presentado estudios que revelaban la llegada de pescadores de países cercanos que habrían visitado Australia mucho antes de que Cook llegase hasta allí, pero la falta de pruebas consistentes han hecho que se negasen tales evidencias y se siguiese con el argumento oficial sobre su descubrimiento y anexión a los británicos.

La Historia considera a James Cook como el descubridor de Australia (Wikimedia commons)

Ian McIntosh, antropólogo de origen australiano y profesor de la Universidad de Indiana (EEUU) está a punto de llevar al traste la versión defendida durante tantísimo tiempo por el Reino Unido, ya que cuenta con un sorprendente hallazgo que puede hacer que la historia sobre el descubrimiento y primeros visitantes de Australia deba reescribirse.

El profesor McIntosh se encuentra estudiando unas monedas con una antigüedad aproximada a los mil años (incluso podrían alcanzar los 1.300 años) que fueron encontradas durante la Segunda Guerra Mundial por un soldado australiano en una de las islas deshabitadas del Archipiélago de Wessel (al norte del país).

Maurie Isenberg, el soldado que las encontró, marcó en un mapa la localización exacta del lugar del hallazgo y las puso a disposición de su estudio. Pero, misteriosamente, las monedas en lugar de ser analizadas quedaron en el olvido, hasta que Ian McIntosh dio con ellas y decidió realizar un exhaustivo y profundo estudio de las mismas.

Se ha determinado que dichas monedas, tras haber sido convenientemente estudiadas y analizadas, pertenecieron al sultanato de Kilwa (actual Tanzania) y tienen el honor de ser las primeras monedas que se realizaron en la zona geográfica de la África subsahariana.

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Todo parece indicar que pescadores, comerciantes y/o exploradores del sultanato ya anduvieron por Oceanía hace más de mil años, realizando negocios y comerciando con los aborígenes de la época, algo que determinaría que no fueron los británicos quienes ‘descubrieron’ toda aquella zona.

Ahora cabe esperar la respuesta de los historiadores del Reino Unido y los expertos en arqueología para así ver a qué conclusión se llega, pero todo parece indicar que, muy posiblemente, el orgullo y patriotismo de la flema británica no den como válidas las conclusiones del profesor Ian McIntosh, señalando que las monedas podrían haber llegado hasta Wessel mucho tiempo después de ser descubierto por James Cook y que llegarían hasta allí a través de algún coleccionista que las perdería o a quien se las sustraerían.

Fuentes de consulta: dailymail / ibtimes / iupui