Gilberto Bosques Saldívar, el diplomático mexicano que salvó más vidas que el famoso Schindler

Durante 2018 se ha estado celebrando el 25 aniversario del
estreno de la película ‘La lista de
Schindler’
, dirigida por Steven Spielberg y galardonada con siete premios
Oscar, que narraba la hazaña y encomiable gesto realizado por el empresario
alemán Oskar Schindler durante los
años del Tercer Reich en los que ayudó a escapar de las garras del nazismo a
aproximadamente mil doscientas personas judías
.

El hecho de que este personaje y que su apellido (Schindler)
quedase asociado al heroico acto de salvar vidas durante la Segunda Guerra Mundial se le debe en
gran parte a la repercusión del mencionado filme, pero, sin desmerecer la
encomiable labor realizada por Oskar Schindler, durante esos mismos años
hubieron otros muchos ejemplos de individuos que pusieron en peligro sus vidas
y las de sus familiares por salvar a otras personas y que no han obtenido el
reconocimiento mundial y popular que se merecen.

En este blog ya os he hablado de unos cuantos casos, como
puede ser la
historia del director del Zoo de Varsovia, junto a su esposa, salvaron la vida
a 300 judíos perseguidos por los nazis
, el célebre campeón ciclista que salvó la vida a 800 judíos
italianos durante la IIGM
, el
curioso relato del científico que, gracias a los
piojos, engañó a los nazis y logró salvar la vida a cientos de judíos polacos
, la película italiana que
sirvió para salvar la vida a 300 judíos a los que camuflaron como figurantes

o el caso de  Eduardo Propper, el Schindler español.

Hoy os acerco la historia del diplomático mexicano Gilberto Bosques Saldívar, quien salvó
más vidas que el mismísimo Oskar Schindler durante los años que duró la IIGM.
Muchos de ellos fueron mexicanos que residían en Francia durante el conflicto
militar; tiempo en el que había sido enviado como Cónsul General de México en el país galo.

Entre las más de
30.000 personas que fueron ayudadas por Gilberto Bosques Saldívar
(algunas
fuentes indican que incluso podrían haber llegado a los 40.000) también hubo un
gran número de judíos franceses que necesitaban huir de su país tras la
capitulación gala ante los nazis.

Pero el grueso mayor de personas a las que ayudó a huir
desde Francia con destino a México (y otros países del continente americano)
fue a miles de refugiados republicanos
españoles
que se habían exiliado al país vecino tras vencer la Guerra Civil
el Bando Nacional.

Un gran número de esos republicanos (entre los que se
encontraban familias enteras) habían sido apresados por los alemanes que
ocuparon Francia a partir de junio de 1940
y enviados a campos de concentración, a la espera de ser extraditados a
España tras solicitar la repatriación el gobierno del dictador Franco al
presidente de la Francia ocupada Philippe
Pétain
(quien tenía una buena relación con la España franquista debido a
que había ejercido allí como embajador entre marzo de 1939 y mayo de 1940).

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Tras la ocupación alemana de París, Gilberto Bosques
Saldívar fue cambiando de ubicación el consulado, con el fin de estar fuera del
alcance de los nazis y poder gestionar los visados de todas aquellas personas
que precisaban de su ayuda (inicialmente en Bayona y después desde Marsella).

A lo largo de tres años el diplomático mexicano se las
arregló para ir cursando una visa para facilitar la salida de Francia a
compatriotas, judíos perseguidos por el nazismo (e incluso por las propias
autoridades francesas al mando del colaboracionista Pétain) y a los exiliados
españoles.

Eso sí, cabe destacar que todo lo llevado a cabo por
Gilberto Bosques fue realizad como un acto de Estado, debido a que contaba con
el beneplácito y autorización del gobierno de México, presidido en aquellos
años por Lázaro Cárdenas del Río y,
el predecesor de éste, a partir de diciembre de 1940, Manuel Ávila Camacho.

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Conscientes de lo que estaba realizando Gilberto Bosques
desde el consulado de México, las relaciones entre el país norteamericano y el
Gobierno de Vichy (de la Francia ocupada) se tensaron, rompiéndose finalmente en
noviembre de 1942 y siendo apresado por la Gestapo el diplomático, junto a su
esposa y tres hijos y los 43 trabajadores de la oficina consular.

Se les trasladó a una cárcel alemana donde pasaron tres
meses y a la espera de que se solucionase este conflicto diplomático que llegó
con un intercambio de prisioneros de guerra entre ambos países y el cónsul
junto a su familia y resto de empleados pudieron regresar a México.

En los siguientes años tuvo una larga y fructífera carrera
como embajador en varios países y se le rindió un gran número de homenajes,
aunque internacionalmente Gilberto Bosques no recibió el impacto mediático de otros
Schindlers’.

Fuente de la imagen: Wikimedia
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