Cuando el director del Zoo de Varsovia, junto a su esposa, salvaron la vida a 300 judíos perseguidos por los nazis

Muchísimos han sido los
casos que se dieron durante los años del Tercer Reich y la Segunda Guerra Mundial (algunos cuantos de ellos os los he
explicado en el blog
Cuaderno de Historias
) en los que personas particulares, cineastas, célebres
deportistas, científicos o diplomáticos, entre otros, ayudaron a salvar la vida a un gran número de personas (sobre todos
judías) de morir a manos de los genocidas nazis
.

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En esta ocasión os quiero
hablar del matrimonio polaco, compuesto por Jan Zabinski y su esposa Antonina, que pusieron su granito
de arena y gracias a su valentía y altruismo humanitario ayudaron a escapar del
gueto de Varsovia, al que habían sido enviados a vivir (mejor dicho, malvivir hacinados)
los ciudadanos judíos.

Curiosamente el matrimonio Zabinski
no profesaban el judaísmo, ya que eran unos devotos católicos, pero entre sus
círculos de amistades se encontraban un buen puñado de semitas, por lo que decidieron
arriesgar sus vidas con el fin de echar una mano a todas aquellas personas que
estaban siendo perseguidas injustamente por los invasores alemanes.

Cuando estalló la IIGM (tras
la invasión alemana de Polonia) Jan Zabinski llevaba una década como director del Zoo de Varsovia. Era un
hombre ilustrado que había cursado varias carreras de ciencias, entre ellas
biología y zoología que le sirvió para que recién cumplidos los 30 años de edad
ya estuviese ocupando aquel importante cargo en la institución dedicada al
cuidado y exhibición de animales.

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Tras iniciarse el conflicto
militar muchos fueron los ejemplares de animales del Zoológico de Varsovia que habían
sido enviados a otros puntos del país para salvaguardarlos de los nazis y aquel
lugar permanecería cerrado con el único objetivo de ser una granja para el
cuidado de cerdos y otros animales de consumo.

Esto propicio que un buen
número de las guaridas y jaulas quedasen vacías, convirtiéndose éstas en
lugares ideales para esconder a personas judías que huyesen de la persecución
alemana, ya que muchos eran los recovecos en los que, en caso de inspección de
los nazis, no mirarían (ante la advertencia de que dentro se encontraba un
peligroso ejemplar de algún animal).

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Al tratarse de un conocido
católico, Jan fue nombrado por los representantes del Tercer Reich en Polonia
como responsable de los parques públicos de Varsovia, por lo que no levantó
sospechas y gracias a este importante cargo (y el libre acceso que tenía al
zoológico) tenía la excusa perfecta para visitar diferentes puntos de la
capital polaca en busca de ejemplares de plantas, con el fin (según explicó a
los alemanes) de realizar un censo de la flora autóctona.

Esto le facultó para visitar
frecuentemente con su camioneta el gueto de Varsovia y con ese transporte
aprovecharía para sacar a escondidas a algún conocido judío. El siguiente paso
era dirigirse al zoológico (reconvertido en granja) donde se encontraba
Antonina, quien se encargaría de esconder durante unos días a esas personas y,
posteriormente, huirían del país escondidos en el camión que sacaba del zoo
todos los despojos y basura.

Pero aquel lugar de vez en
cuando recibía la visita inesperada de los alemanes (ya fuese para hacer una
inspección o para ir a buscar carne para abastecerse), por lo que el matrimonio
Zabinski ideó un infalible método de aviso para que todos judíos, que en
ese momento se encontrasen allí, permanecieran escondidos y era poniendo a través
de la megafonía música de ópera, la cual se convertiría en la señal. Si el
visitante preguntaba por la razón de que sonase esa música, la respuesta sería
la mar de lógica: relaja a los animales y no sufren a la hora de sacrificarlos.

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Se calcula que, con este
método, Jan y Antonina Zabinski llegaron a salvar la vida de 300
personas judías. También cabe destacar que no solo los escondieron en el zoo
sino que también en los sótanos de su propia casa.

Pero Jan no se conformó con
ayudar de ese modo y a pesar de poder tener una posición acomodada, prefirió
unirse al combate que se realizó en su país contra el nazismo uniéndose a la
sublevación judía que tuvo lugar en Varsovia entre el 19 de abril y 16 de mayo
de 1943, siendo apresado por los alemanes y conducido a un campo de
concentración donde permaneció encerrado hasta la liberación de Polonia por
parte de los Aliados en 1945.

Numerosos fueron los homenajes
que se rindió al matrimonio de Antonina y Jan Zabinski, convirtiéndose
en toda una institución en Varsovia, donde son muchos los lugares de la capital
polaca en los que se puede encontrar alguna placa conmemorativa.

Fuente de la imagen: yadvashem.org

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