Ganó un campeonato olímpico y jamás se enteró que había participado en unos JJOO

image

A pesar del empeño que puso el barón Pierre de Coubertain en que los segundos Juegos Olímpicos de la Era Moderna, que se celebraron en París entre el 14 de mayo y el 28 de
octubre de 1900, fueran todo un éxito, muchos
fueron los contratiempos y la desorganización estuvo presente en numerosos
momentos
, dando lugar a un buen puñado de anécdotas que quedaron para la
posteridad.

El hecho de que el evento coincidiese con la Exposición
Universal
que se estaba celebrando en la capital francesa en las mismas
fechas (de abril a noviembre) provocó que un gran número de visitantes (que
desconocían qué se estaban celebrando esos juegos) creyeran que algunas de las
actividades deportivas celebradas para los JJOO
eran simples exhibiciones programadas para la Expo.

Una de las historias más curiosas de aquella primera Olimpiada la protagonizó Margaret Ives Abbott, una joven de 23 años nacida en Calcuta (en
aquellos momentos bajo el imperialismo británico) aunque de familia
estadounidense y, por tanto, esa era su nacionalidad.

[Te puede interesar: Nellie
Bly, la primera reportera de investigación de la historia
]

En 1899 Margaret viajó hasta París para estudiar Bellas
Artes de la mano de Auguste Rodin y Edgar Degas e iba acompañada de su madre,
la novelista y crítica literaria Mary
Perkins Ives Abbott
.

Ambas aprovecharon la estancia en la Ciudad de la Luz para visitar la Expo encontrándose cierto día que
en uno de los espacios se había organizado un torneo de golf; deporte que
practicaban habitualmente en Chicago, ciudad donde residían, desde que Margaret era una
adolescente.

Desconocedoras de que tal competición formaba parte de los
Juegos Olímpicos preguntaron a la organización si podían participar y tras la
respuesta afirmativa del representante que las atendió, y la consiguiente
inscripción, madre e hija fueron citadas para participar en el torneo que se llevaría
a cabo el 3 de octubre de 1900.

Diez eran las mujeres que se habían inscrito al mencionado
torneo de golf, siendo la mitad estadounidenses y la otra de representantes francesas. Las
golfistas realizaron el recorrido a lo largo de 9 hoyos resultando ganadora
(con 47 puntos) la joven Margaret Ives Abbott (su madre quedó en séptima posición).

image

Al final del torneo Margaret fue agasajada con un ramo de
flores y un bonito jarrón de porcelana (cabe destacar que no se comenzó a repartir medallas
hasta los JJOO de San Luis 1904) y se marchó a su residencia la mar de feliz
tras haber ganado aquel partido de golf, pero totalmente ignorante de que en realidad había hecho
Historia participado en unos Juegos Olímpicos y que, además, se había convertido
en la primera mujer estadounidense en ganar una competición olímpica (otro mérito es que
fue la única vez que en unas olimpiadas han participado madre e hija al mismo
tiempo y en el mismo deporte).

[Te puede interesar: Margaret Bourke-White, la primera reportera gráfica
presente en una guerra
]

A su regreso a los EEUU, Margaret continuó participando en
diversos torneos de golf y ganando un buen número de ellos. Falleció en 1955, a
los 76 años de edad, desconociendo por completo que en su juventud se había
convertido en campeona olímpica y, por tanto, merecedora de la medalla de oro
en los Juegos Olímpicos de París de 1900.

Fuentes de consulta: atlasobscura / yahoo.com / womengolfersmuseum / sports-reference