El magnicidio que conmocionó a Francia

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El conocido como periodo
de ‘entreguerras’
del siglo XX fue una etapa en la que todos los países de
Europa intentaban cimentar sus gobiernos a base de unas políticas que no fueran
excesivamente agresivas pero lo suficientemente contundentes para no recibir
ninguna agresión externa y más cuando la sombra de la IGM todavía estaba muy
presente.

Evidentemente había excepciones y al igual que en Alemania emergía el nazismo y en la URSS se consolidaban los bolcheviques
en el poder
, el resto de naciones intentaba tener gobiernos menos
radicales.

A pesar de ello, parece una contradicción que en 1931 ganase
las elecciones a la Presidencia de la Tercera República Francesa, Paul Doumer,  el candidato del Partido
Republicano, Radical y Radical Socialista
(que a pesar del nombre de la
formación se encontraba en el centro político y tenía en sus filas un
conglomerado de representantes de derechas e izquierdas) y que tenía un
larguísimo recorrido político durante su vida, ocupando diversos cargos de gran
importancia entre los que destacó el de Ministro de Finanzas en tres periodos
diferentes.

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El 13 de junio de ese año Doumer, a la edad de 74 años,
tomaba posesión de su cargo y a lo largo de los siguientes once meses trató de
presidir el país de una forma equilibrada (su Primer Ministro era el pseudosocialista
Pierre Laval) poniendo
especial atención a los derechos
sociales de las clases trabajadoras, el laicismo con la separación del
Estado y la Iglesia, la educación gratuita y lo que era conocido como ‘positivismo
(que reconocía el conocimiento científico como conocimiento auténtico).

Pero a pesar de ese aparente
equilibrio, Paul Doumer también se ganó
algunos enemigos políticos.

Lo que no se preveía era que
el 6 de mayo de 1932, cuando todavía no se había cumplido el primer aniversario
desde que fue elegido Presidente de la República, sería asesinado a balazos durante
su visita a una feria literaria
organizada por la Asociación de
escritores combatientes
en el parisino hotel Salomon de Rothschild.

El autor de los tres
disparos que acabaron con la vida de Paul Doumer fue el ruso Pável Timoféyevich Gorgulov, quien
residía en Francia de forma ilegal desde hacía un par de años y en cuya documentación
(falsa) figuraba el nombre Paul Gorguloff.

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El magnicida padecía una paranoia obsesiva desde hacía unos
años y se había convertido en un acérrimo opositor al comunismo de la Unión
Soviética. Culpaba a todos los líderes europeos del ascenso, y cada vez mayor
extensión de los bolcheviques, por no haber hecho nada para evitar que la
Revolución de Octubre triunfase ni haber intervenido el país tras finalizar la
Primera Guerra Mundial. El presidente Doumer pagó con su vida esa enfermiza obsesión.

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Gorguloff, que en aquel momento contaba con 37 años de edad,
había estudiado la carrera de medicina en Praga (se desconoce si llegó a
terminar los estudios), pero se le había inhabilitado su ejercicio debido a que practicó
varios abortos ilegales con el resultado de la muerte de algunas de sus
pacientes.

En 1930 había entrado irregularmente en Francia, residiendo
durante un año en Niza, de donde fue expulsado por las autoridades cuando
descubrieron que estaba en el país de forma ilegal, y consiguió una nueva
documentación falsa en Mónaco, donde residió hasta dos días antes de cometer el
atentado.

El 6 de mayo acudió a la feria literaria, compró un par de
libros, se paseó por las diferentes salas del hotel y cuando Doumer hizo acto
de presencia sacó una pistola y apretó el gatillo tres veces, dejando herido de
muerte al presidente que fallecería horas después en el hospital.

Gorguloff trató de huir rápidamente del lugar, pero fue
interceptado y detenido, no sin antes recibir una contundente paliza por parte
de un grupo de personas que presenciaron el atentado y que intentaron linchar al asesino allí mismo.

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Se le encontró cuantiosos apuntes sobre los diferentes
desplazamientos que había hecho Paul Doumer en los últimos meses, recortes de
prensa con todo tipo de información sobre el presidente e incluso algo que
pretendía ser un libro de memorias con unas cuantas anotaciones y un título de
lo más revelador: ‘Memorias de Paul Gorguloff: presidente
de los fascistas rusos que mató al Presidente de la república Francesa’
.

A pesar de que los informes
presentados por los expertos que dictaminaban el desequilibrio mental de Gorguloff, éste no fue llevado a un centro psiquiátrico y fue juzgado en julio de ese mismo año por la ‘Cour d’assises’, el
tribunal penal que se encargaba de juzgar los delitos más graves, siendo
condenado a la pena de muerte y ejecutado mediante la guillotina el 14 de
septiembre de 1932.

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