Hoy en día lo conocemos como un heroico acto de lucha por la
libertad y en contra de la esclavitud pero, hace un siglo y medio, el ataque
que perpetró el abolicionista John Brown
junto a 20 de sus seguidores al arsenal de Harpers Ferry, el 16 de octubre de 1859,
con el fin de hacerse con el control de la población, fue visto y juzgado como
un auténtico acto terrorista.
Y es que John Brown era de la opinión de que el
único modo de acabar con la esclavitud era a través de las armas y por ello
no le temblaba la voz a la hora de convencer a otros para que se unieran a una
insurrección armada (tenía tras de él una larga carrera de actos –algunos violentos-
como líder del movimiento abolicionista).
Cabe destacar que el ataque
cometido por Brown fue visto y juzgado como un acto de terrorismo debido
a que en esos momentos la única vía para resolver ese tipo de problemas era
mediante el diálogo entre políticos y que tanto defendía el entonces Presidente
de los Estados Unidos James Buchanan,
algo que finalmente no sirvió demasiado y que acabó derivando en el estallido de la Guerra Civil en
abril de 1861.
[Te puede interesar:
¿Fue James Buchanan el primer y único
presidente gay de los EEUU?]
Aquella insurrección liderada por John Brown fue aplastada
con contundencia por el ejército, falleciendo cuatro de sus colaboradores
(entre ellos sus dos hijos) y con la detención del resto, siendo juzgados unas
semanas después y en cuyo juicio Brown fue encontrado culpable de cometer un
acto terrorista contra el Estado y condenado a morir en la horca (fue ejecutado
el 2 de diciembre de 1859).
Pero tal y como fueron sucediendo una serie de
acontecimientos en los siguientes meses, cada vez fue cogiendo más cuerpo la
idea de que lo que había estado haciendo John Brown no se podía considerar como
terrorismo, por lo que de la noche a la mañana se convirtió en un mártir para
miles de estadounidenses.
Se realizó una campaña a través de la prensa en la que se
publicaron artículos defendiendo la postura de Brown frente a la esclavitud y
varias fueron las composiciones musicales que se crearon y que acabaron siendo
cantadas en reuniones abolicionistas.
[Te puede interesar:
El ficticio ferrocarril subterráneo que ayudó
a escapar a miles de esclavos]
Una de ellas es la conocida como ‘John Brown’s Song’ (tambien llamada John Brown’s Body) y que se convirtió en un auténtico himno al ser cantada por los soldados del Ejército de la
Unión cuando marchaban a las batallas tras el estallido de la Guerra de Secesión.
Con el tiempo la canción sufrió algunas modificaciones, se
le añadió otras partes a la letra y se le quitó lo que se consideraba como ‘politicamente
incorrecto’ e incluso derivó en otras canciones que también se han hecho
sumamente populares (entre ellas ‘The
Battle Hymn of the Republic’).
Hoy en día, un siglo y medio después, ‘John Brown’s Song’ sigue cantándose en múltiples actos, apareciendo
en innumerables películas y series de televisión e incluso es uno de los himnos
que se cantan todos los domingos en las iglesias de prácticamente todos los
Estados Unidos.
Estoy seguro que si leéis la estrofa ‘Glory, glory, hallelujah!’ que se canta en el estribillo sabréis de
inmediato a qué canción me estaba refiriendo.
[Te puede interesar: La trágica
historia que se esconde tras la canción ‘Al alba’ de Luis Eduardo Aute]