Lee la primera entrega de este post: 35 años del ‘síndrome tóxico’, el
mayor caso de envenenamiento por aceite de colza en España
Durante las siguientes semanas iban surgiendo nuevos casos,
pero estaban muy dispersos por la geografía española y no había ningún nexo
personal ni familiar entre todas las personas que iban teniendo los mismos
síntomas, por lo que los médicos iban dando palos de ciego sobre las posibles causas por lo que decidieron
bautizar a esa extraña enfermedad, que afectaba cada vez a más personas, con el
nombre de ‘Neumonía atípica’ y así apareció reflejado en la prensa (el caso de Jaime
Vaquero García no fue dado a conocer hasta una semana después de su
fallecimiento).
Un cúmulo de despropósitos surgían y muchos eran los
‘expertos’ que tenían sus propias hipótesis sobre las posibles causas
(intoxicaciones alimentarias por pesticidas, contagios por enfermedades
tropicales…). Raro era el día en el que no salía alguien en los medios y que
daba su propia conjetura sobre lo que estaba ocurriendo.
A principios de junio ya eran más de dos mil las personas
que habían sido ingresadas en diferentes centros sanitarios de Madrid, Ávila,
Segovia, León, Valladolid, Palencia,
Zamora, Salamanca, Toledo, Burgos, Soria o Guadalajara y fue entonces cuando se
comenzó a sospechar que la posible causa de la entonces llamada ‘intoxicación’
fuera el aceite adulterado. Hubo quien analizó todos los datos de las
poblaciones en las que había habido algún intoxicado y trazó una línea que
coincidía con la carretera N-IV que iba desde Madrid dirección a Coruña y
determinó que podía deberse a una ruta de distribución o venta ambulante de
algún producto alimentario. Fue ahí cuando se dio con el causante de la
intoxicación: el aceite a granel.
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El 10 de junio el Ministerio
de Sanidad (por aquel entonces llamado de Salud) facilitaba un comunicado a
la prensa para que fuese difundido el
mensaje en el que se advertía que, hasta nuevo aviso, no se adquiriera
ni consumiera aceite de venta ambulante.
Una semana después se confirmaba la sospecha de la
intoxicación por aceite adulterado y se declaraba pública y oficialmente que
quedaba totalmente descartada la hipótesis de la ‘Neumonía atípica’ y pasó a ser conocido como ‘Síndrome tóxico’.
El hecho de saber a ciencia cierta qué era lo que lo había
producido frenó en parte el aumento de afectados (que ya eran varias decenas de
miles), aunque hubo gente que hizo caso omiso a la advertencia oficial y siguió
comprando aceite de colza de venta ambulante.
El caso del envenenamiento masivo por aceite de colza
desnaturalizado afectó a más de 20.000 personas (algunas fuentes indican que
incluso se superan las 25.000) de las que, oficialmente, fallecieron alrededor
de un millar, aunque se establece que indirectamente se puede haber alcanzado
los 2.500 fallecidos.
La crisis pasó factura al gobierno del presidente Leopoldo Calvo Sotelo (que había tomado
posesión en febrero de aquel mismo año y recordada es la sesión de votación en
las Cortes del 23F en la que se
produjo el intento de golpe de Estado
por parte del Teniente coronel de la
Guardia civil Antonio Tejero).
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tiró al suelo durante el 23-F?]
Pero la detección de la causa que habían producido el
envenenamiento y la detención de algunos de los responsables no solucionaron en
absoluto los problemas para los miles de afectados, quienes tendrían que vivir
todavía todo un calvario para que les dieran alguna solución y, sobre todo, se
hiciera justicia.
El conocido como ‘juicio
de la colza’ no comenzó hasta el 30 de marzo de 1987 y tras 15 meses de
juicio y otros 11 para deliberar, el 21 de mayo de 1989 se dio a conocer la
sentencia, la cual daba la absolución a 25 de los 38 acusados y solo tres de
ellos seguirían en prisión (aunque por poco tiempo). Se establecieron unas
indemnizaciones que la defensa y afectados acusaron de insuficientes (sin tener
en cuenta que la mayoría de los procesados se declararon insolventes y no
hicieron frente a las mismas).
No fue hasta octubre de 1997 (dieciséis años después del
envenenamiento) cuando el Tribunal
Supremo obligó al Estado a indemnizar con 600.000 millones de pesetas (al
cambio 4.000 mil millones de euros) a los afectados de la colza.
35 años después, miles son las personas que todavía viven
afectadas por las secuelas que la ingesta de aceite de colza desnaturalizado
les dejó. La mayoría con discapacidades y sin poder valerse por si mismas. Toda
una tragedia en la que se intentó disfrazar a un envenenamiento masivo como si
de una intoxicación se tratase y que cuatro décadas después quedan muchos
puntos sin resolver.
Lee la primera entrega de este post: 35 años del ‘síndrome tóxico’, el mayor caso de envenenamiento por aceite de colza en España
Fuentes de consulta e imágenes de las hemerotecas y archivos
de: La Vanguardia / El
Mundo / ABC / El País
/ RTVE / 20
minutos / Hemeroteca
del Ministerio de Cultura
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