La gran mentira nazi: convencer al pueblo alemán de que los judíos tenían la culpa de todas las desgracias de la humanidad

Existe una famosísima frase que indica que «una mentira repetida mil veces se
convierte en una verdad»
, la cual le es atribuida a Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda
del Tercer Reich alemán, aunque no
existen evidencias de que fuese pronunciada realmente por este jerarca nazi.

image

Eso sí, el mensaje de la mencionada frase encaja
perfectamente con el espíritu y manera de pensar en el ideario nacionalsocialista de Adolf Hitler y sus secuaces y, por
tanto, podría aplicarse perfectamente a cualquiera de ellos.

[Te puede interesar
leer también:
Acusan
a la agencia Associated Press de haber colaborado con el Tercer Reich
]

Mucho se ha escrito sobre los fundamentos en los que se
cimentó el ideario nazi y cómo éste
fue calando poco a poco en la sociedad alemana, siendo el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) una organización
sin apenas apoyos y que recibía el rechazo de la mayoría de los germanos por
sus posturas ultraderechistas (obtuvo un escaso 3% de los votos en las
elecciones de diciembre de 1924) y que en apenas una década llegó a alcanzar el
poder (en noviembre de 1932 obtuvo el 33% de los votos y cuatro meses después, en
marzo de 1933, en unas nuevas elecciones llegó al 43,91% del respaldo
electoral).

En siguientes elecciones, ya habiéndose instaurado el Tercer Reich, el porcentaje de
electores que los votaron llegó a alcanzar el 99%, pero, evidentemente, se sabe
que esas cifras fueron consecuencia del nivel de miedo por parte de un gran
sector de la población y el adoctrinamiento de la otra parte.

A través de los años que han pasado desde entonces y gracias
a numerosos estudios, por parte de historiadores y sociólogos, se ha podido
determinar cuál fue el punto de inflexión que hizo cambiar de opinión a toda
una nación para que en las primeras elecciones en las que dio el respaldo
masivo estuviesen convencidos de que el NSDAP
de Hitler era la mejor opción política para la nación.

Hoy en día se habla mucho del lenguaje populista de ciertas formaciones políticas e incluso de
las ‘fake news’ que se comparten
masivamente a través de las redes sociales, siendo la mayoría de ellas puestas
en circulación desde los canales de difusión de algunos partidos políticos u
organizaciones afines.

[Te puede interesar
leer también:
Fake News y bulos en la red
¿qué son y cómo detectarlos?
]

Pero estos no son unos inventos modernos, ya que gran parte
del triunfo nazi se basó en esas dos premisas: mensajes populistas de gran calado entre la población y mentiras hacia
diferentes colectivos
(judíos, homosexuales, comunistas…) haciéndoles
responsables de las graves crisis que había padecido Alemania en las últimas
décadas.

Uno de los colectivos más perjudicados y al que se le señaló
como el máximo responsable de las desgracias germanas e incluso de los perores
momentos de la Historia de la humanidad fue a los semitas.

Desde el Ministerio para
la Ilustración Pública y Propaganda
que dirigía Joseph Goebbels, se
estuvieron filtrando innumerables mensajes que iban calando en la población
alemana. Se utilizaba cualquier conversación en una taberna, centro de trabajo,
en la sala de espera de un consultorio médico o en cualquier estación
ferroviaria. Cualquier lugar con numerosas personas era idóneo para que,
alguien afín al régimen nazi, soltase cualquier comentario señalando a los
judíos como los culpables de cualquier desgracia: el desempleo, la inseguridad
ciudadana, la escasez de alimentos… todo
se le achacaba al pueblo judío
.

Se llegó a tergiversar los hechos sobre por qué el Imperio
Alemán perdió la Primera Guerra Mundial, atribuyendo a turbios intereses
semitas el fracaso en la Gran Guerra.

[Te puede interesar leer
también:
El
plan nazi para deportar a los judíos europeos a Madagascar
]

Incluso una de las leyendas que más se llegó a difundir era
la que afirmaba que, durante la Edad Media, se cometieron cientos de asesinatos
de niños cristianos por parte de personas judías con el fin de hacer rituales y
que la sangre de aquellas inocentes criaturas era utilizada para elaborar un
pan sin levadura que se comía durante la Pascua judía.

Este bulo fue ampliamente compartido por el boca a boca y docenas
de miles de alemanes se lo creyeron a pies juntillas, motivo por el que el
genocidio judío por parte del nazismo durante el Tercer Reich llegó a recibir
tantísimo apoyo de la ciudadanía.

Fuente de la imagen: Library of Congress