Cuando Franco ordenó fusilar a su propio primo hermano

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A las cinco de la tarde del 4 de agosto de 1936, en uno de
los muros exteriores de la fortaleza del Monte Hacho en Ceuta, era colocado frente a un pelotón de fusilamiento Ricardo de la Puente Bahamonde, héroe condecorado
con dos medallas durante la Guerra del Rif y comandante,
hasta dos semanas antes, del Aeródromo
de Tetuán-Sania Ramel
(en el protectorado
español de Marruecos
).

Tan solo dos días antes un
tribunal formado por militares sublevados le había hecho un consejo de guerra bajo
la acusación de traición, pero en realidad lo que el comandante de la Puente
había hecho era haber sido leal al gobierno de la Segunda República durante el
levantamiento militar del 18 de julio y que dio origen a la Guerra Civil.

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Y casualmente el líder de la
sublevación era el general Francisco Franco Bahamonde, primo hermano (por parte
de madre) del militar fusilado y quien dio la orden expresa de acabar con él
por deslealtad a la causa golpista.

Pero ese no era el primer
encontronazo que había surgido entre ambos primos, quienes tenían un vínculo
muy cercano en cuanto a consanguinidad pero muy alejado en el terreno político
y sobre todo a como entendían la lealtad al gobierno y ejército al que
pertenecían.

Dos años antes, en 1934, ya habían tenido un grave encontronazo. Sucedió durante la insurrección obrera que tuvo lugar en la conocida como Revolución
de Asturias
(entre el 5 y el 19 de octubre), en los turbios días de
inestabilidad política que vivió el país y que llevó al ‘estado de guerra’
declarado por el Presidente de Consejo de Ministros (equivalente a Primer
Ministro) Alejandro Lerroux,
quien había sido recientemente aupado al cargo con el apyo de los derechistas de la CEDA
(era la tercera ocasión que Lerroux era nombrado presidente).

La insurrección en Asturias
provocó la intervención militar del ejército, ordenando Franco (que en
aquel momento estaba al frente del Estado Mayor del Ministerio de la Guerra) que Oviedo
y otras poblaciones asturianas fueran bombardeadas. Motivo por el que el 5 de
octubre desde el Aeródromo
Militar de León
salieron varios aviones que sobrevolaron toda aquella zona,
pero no efectuaron ni un solo disparo ni soltaron bomba alguna de las que
llevaban a bordo.

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Los pilotos habían recibido
una contraorden de su superior, el comandante Ricardo de la Puente, quien se
negó a bombardear a los insurgentes asturianos. Esto le costó ser destituido de
su cargo como jefe de la base aérea de León y ser destinado al mencionado
Aeródromo de Tetuán.

El acto de desobediencia por
parte del comandante hizo entrar en cólera a Franco quien además de ser su
primo carnal era su superior militar.

Franco tras destituir a de
la Puente volvió a ordenar que Asturias fuese bombardeada, algo que se llevó a
cabo la mañana del 8 de octubre.  

En biografías y crónicas
sobre lo sucedido entre estos dos primos hermanos destacan que era tal la
rivalidad ideológica entre ambos que en cierta ocasión Francisco Franco llegó a
decir a Ricardo de la Puente la frase: ‘Un día voy a tener que fusilarte’
(en algunos lugares aparece como ‘Un día te voy a fusilar’) algo que
finalmente sí ordenó hacer el 4 de agosto de 1936.

Fuentes de consulta: La
Nueva España
/ elmundo / sapiens
/ abc

Fuente de la imagen: andaquepaque.blogspot.com

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