En la década de 1930, Anselmo Antonio Vilar García trabajaba como farero, encargado de iluminar el faro de Torre del Mar (Málaga). La madrugada del 6 y 7 de febrero de 1937, en plena Guerra Civil española, demostró su valentía y lealtad al legítimo Gobierno de la Segunda República, apagando la luz del faro con el fin de evitar que los aviones italianos y los cruceros del bando nacional pudieran localizar, detener y masacrar a las miles de personas que huían de las tropas franquistas a lo largo de la antigua carretera de Málaga a Almería.