Cuando los terratenientes de Hawái quisieron blanquear la isla llevando trabajadores rusos

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Numerosísimos fueron los inmigrantes que llegaron a Hawái desde China y Japón para trabajar
como mano de obra barata en las plantaciones de azúcar. Trabajadores que fueron
explotados hasta tal punto que, en 1909, provocaron una serie de conflictos laborales
que desembocaron en una feroz huelga en la que reclamaban mayor salario y
mejores condiciones de trabajo.

Los terratenientes vieron peligrar sus cosechas y en lugar
de intentar solucionar los problemas laborales con los asiáticos prefirieron
buscar nuevos trabajadores y preferiblemente si eran ‘haoles’, término hawaiano utilizado
para designar a las personas caucásicas y de origen europeo.

En Honolulú había
una pequeña colonia de descendientes de expedicionarios rusos que habían
llegado hasta allí un siglo atrás. Tenían fama de ser buenos trabajadores y
personas nada conflictivas, algo que los convertía en los candidatos idóneos para
ocupar los puestos de trabajo vacantes tras el despido de docenas de asiáticos
a consecuencia de la huelga.

A través del responsable de la oficina de inmigración, Alatau Atkinson, se decidió que se
podría traer mano de obra desde Rusia, siendo además la ocasión perfecta para ‘blanquear’
la isla con esa nueva población.

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Atkinson contactó con un comerciante ruso apellidado Perelestrous que se comprometió en repoblar
Hawái de trabajadores haoles y traer varias docenas de familias rusas.

Viajó hasta Vladivostok (Siberia) y
lanzó una campaña de reclutamiento en la que prometía puestos de trabajo a los
que podrían acogerse todos los miembros de una misma familia. También se les ofrecía
una casa a coste cero, escolarización para los hijos y un salario por encima del
que cobraban en Rusia.

Esto hizo que se reclutase a un buen número de familias y
que en 1910 llegasen hasta Hawái 1.500 nuevos habitantes de origen ruso.

Pero tanto el viaje como la estancia en la isla no fue todo
lo agradable que imaginaron. Un brote de sarampión durante la travesía en barco
provocó que tuviesen que ser puestos en cuarentena a su llegada a Honolulú. Las
casas no eran tal y como les habían dicho y las condiciones de trabajo distaban
mucho por lo prometido por Perelestrous.

Uno de
los mayores problemas fue el idioma y poder entenderse con los autóctonos, que
tan solo hablaban en hawaiano o inglés, ni había personal suficiente para hacer de intérprete. También se encontraron
que el clima de la isla era asfixiante, teniendo en cuenta que provenían de la fría
Siberia, algo que provocó que fuesen numerosos los casos de rusos que andaban
medio desnudos por la calle debido al intenso calor e incluso un conflicto que hubo cuando un
grupo de rusos intentaron darse un chapuzón completamente desnudos en una de
las playas públicas, provocando un altercado con la autoridad local.  

Se les prometió una iglesia ortodoxa que no fue construida y
la escolarización de los niños fue dificultosa debido a que no había personal
docente cualificado con conocimiento del idioma.

Todo esto provocó que, en cuanto tuvieron la primera
oportunidad, muchos decidieran partir hacia otros lugares (la mayoría a Estados
Unidos) y en pocos años tan solo quedaba en la isla un pequeño grupo de poco
más de trescientas personas.

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En 1917, tras la Revolución
de Febrero
que provocó la abdicación del zar y la proclamación de la República rusa, el nuevo líder y presidente
del Consejo de Comisarios del Pueblo
, Vladímir
Ilich Uliánov ‘Lenin’
, envió al diplomático Vil’gel’m Vasilyevich Trautschold a Hawái para facilitar la
repatriación de todas aquellas personas que quisieran volver a Rusia
y cuyos gastos serían asumidos en su totalidad por el nuevo gobierno.

Vasilyevich estuvo en Hawái hasta marzo de 1918 y gestionó
el pasaporte y todos los papeles necesarios para que las 165 personas que así
lo solicitaron pudiesen regresar a su país de nacimiento. Pero, lamentablemente, lo que se encontraron al llegar a la recién constituida Unión Soviética era mucho precario de lo que habían decidido abandonar.

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Fuentes de consulta: University
of Hawai’i at Mānoa Library
/ ostrog.ucoz
/ BBC
/ digicoll.manoa.hawaii

Fuentes de las imágenes: University of
Hawai’i at Mānoa Library
 / Library Russian Collections (Flickr)