Cuando el gobierno de EEUU autorizó enviar pianos al frente para subir la moral de los soldados durante la IIGM

La entrada de Estados
Unidos en la Segunda Guerra Mundial, tras el ataque japonés a la base militar
de Pearl Harbor
, el  7 de diciembre
de 1941, todas aquellas empresas consideradas como ‘no esenciales’ tuvieron que
reconvertirse en fábricas que construían todo aquello que era necesario para el
conflicto bélico.

Uno de esos miles de negocios reconvertidos fue la prestigiosa
empresa ‘Steinway & Sons’, la
cual llevaba un siglo fabricando pianos
de gran calidad
y tuvo que centrarse en la producción de colas, alas y otras partes de aviones reactores que
transportarían a las tropas al frente.

También les llegó el encargo, por parte de la empresa
funeraria ‘National Casket Company’,
para fabricar ataúdes con la madera
en stock que tenían, algo a lo que finalmente Theodore E. Steinway (propietario de la compañía y cuarta
generación de la misma) se negó, aludiendo que lo veía como una propuesta
morbosa, poco rentable y que, además, tenía a sus cuatro hijos varones luchando
en el frente y aceptar ese pedido sería como predestinar a estos hacia la
muerte.

Durante los primeros meses, tras la incorporación de EEUU a
la guerra en diciembre de 1941, la fábrica de Steinway & Sons en Nueva York
estuvo fabricando piezas para los reactores, hasta que Theodore E. Steinway
recibió un encargo por parte del gobierno estadounidense que podría considerarse
que fue una de las mayores alegrías de su vida: debía volver a la fabricación de pianos con la intención de
realizar un modelo que fuese altamente resistente
, de gran calidad y
fácilmente transportable, debido a que sabían de la importancia de mantener la moral alta de la tropa y la
música ayudaría de gran manera
.

Numerosos eran los músicos profesionales (e incluso
aficionados) que habían sido llamados a filas para ser enviados a combatir
(tanto en el frente del Pacífico contra los japoneses como a Europa y África
para luchar junto a sus aliados contra Hitler y Mussolini). El que dispusieran
de un piano para sus momentos de ocio les ayudaría a relajar el ambiente y
subirles el ánimo.

Steinway era experto en la fabricación de pianos de cola
(que eran utilizados por los más grandes e importantes concertistas de todo el
planeta), pero para aquel encargo tan especial debían realizar unos que fuesen
compactos y rígidos (algunos debían ser lanzados en paracaídas sobre su
destino), además de modificar cierto tipo de materiales (que eran más
importantes y necesarios para la fabricación armamentística).

Así fue como nació el piano ‘Victory Vertical’, nombre que se le dio porque su estructura era
vertical y estaba pensado para llevar hacia la victoria de la guerra. Pero con
el tiempo este instrumento se popularizó entre los soldados como ‘GI Piano’ (GI eran las siglas con las
que comúnmente se conocía a los miembros de las fuerzas armadas
estadounidenses).

Se eligió el color verde, semejante al del uniforme militar,
y algunas piezas en gris o marrón. Este robusto piano se podía trasladar
fácilmente gracias a la caja de madera reforzada en la que se podía introducir
y sacar sin dificultad y que aguantaba perfectamente el impacto de la caída al
ser lanzado desde un avión en paracaídas.

Según consta, en total se fabricaron alrededor de cinco mil
pianos verticales, de los que aproximadamente la mitad (2.476 unidades) fueron
repartidos en el frente del Pacífico Sur, Europa, África y un gran número de
centros de entrenamiento dispersados por Estados Unidos.

Muchas de las personas encargadas de tocar esos pianos eran
miembros de la ‘United Service
Organisations’ (USO)
, la organización que se fundó en 1941 y se ha dedicado
a entretener a los soldados norteamericanos en las diferentes guerras en las
que ha participado EEUU desde entonces, siendo algunos de ellos personajes muy
populares del mundo del cine, el teatro o la televisión. Uno de los más famosos
y asiduos miembros de la USO fue Bob
Hope
, quien pasó 48 navidades de su vida viajando hasta lugares en
conflicto y entreteniendo a los militares allí desplazados.

Tras finalizar la IIGM la empresa Steinway & Sons retomó
el negocio de fabricar pianos de cola de alta calidad para los más grandes e
importantes pianistas, aunque hasta 1953 se siguió realizando el modelo ‘Victory
Vertical’ (o ‘GI Piano’) que tan buen resultado habían dado. Un gran número de
los utilizados durante la guerra quedaron desperdigados por medio planeta, pero
otros se han guardado como obras de coleccionistas, alcanzando cifras
astronómicas cada vez que se ha subastado alguno.

Fuentes de consulta e imágenes: Steinway / atlasobscura
/ sdasmarchives
(Flickr)

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