La primera mujer directora de orquesta en Europa que luchó contra los nazis desde la Resistencia holandesa

La ‘Orange County
Philharmonic’
es una de las orquesta filarmónicas más populares y
apreciadas en el estado de California.
Desde su creación en 1954, por parte de un grupo de amantes y entusiastas de la
música que residían en el Condado de
Orange
(al sur del estado), ha estado ofreciendo numerosos conciertos,
siendo una de las instituciones más apreciadas por toda la comunidad, además de
tener un programa gratuito de educación musical para los estudiantes en todas
las escuelas y que beneficia anualmente a más de cien mil alumnos.

Entre las personas que ayudaron a crearla se encontraba Frieda Belinfante, una virtuosa violonchelista
neerlandesa que llevaba residiendo desde hacía menos de una década en la
población de Laguna Beach, al sur
del condado (una idílica localidad costera, de magnífico clima y que era lugar
de residencia de numerosos artistas e intelectuales).

Frieda Belinfante no solo dominaba el violonchelo como pocas
personas en aquella época, también tenía tras de si el enorme mérito de haber sido la primera mujer que, profesionalmente,
dirigió una orquesta en Europa
, algo que hizo en una época convulsa (segunda
mitad de la década de 1930), pillándole de lleno el estallido de la Segunda Guerra Mundial e invasión de los Países Bajos (en
1940) por parte de la Alemania nazi
, dejando de lado su carrera musical
para centrarse en su participación (como una destacada miembro) en la ‘Resistencia holandesa’.

Nació en Ámsterdam en 1904 dentro de una familia dedicada a
la música. Su padre, Aron Belinfante,
era un reconocido concertista de piano (además de un solicitado profesor de este
instrumento). Ese ambiente musical propició que Frieda se interesara desde temprana
edad por aprender a tocar, inclinándose hacia el violonchelo y con 17 años,
tras graduarse en el Conservatorio de Ámsterdam, debutó como concertista,
ofreciendo algunos recitales junto a su progenitor (que fallecería poco después).

Las siguientes dos décadas las dedicó al estudio y perfeccionamiento
del instrumento, formando parte de algunas de las más prestigiosas orquestas de
cámara europeas, entre ellas la ‘Het
Klein Orkest’
, de la que llegaría a ser su directora (tanto musical como
artística) entre 1937 y 1941, convirtiéndose en la primera mujer que lograba dirigir una orquesta en Europa de forma
profesional.

Durante aquellos años también lo compaginó con una colaboración
semanal en la emisora pública neerlandesa y múltiples conciertos por todo el
país, hasta que el 10 de mayo de 1940 (ocho meses después de iniciarse la IIGM),
tropas del ejército del Tercer Reich alemán invadieron los Países Bajos, a
pesar de haberse declarado como una nación neutral y no-beligerante.

Debido al pasado judío sefardí de su familia y su condición
sexual (como lesbiana), Frieda
Belinfante sabía que sería objeto de persecución por parte de los nazis
y a
pesar de ello prefirió quedarse inicialmente en el país donde colaboró estrechamente con la ‘Resistencia
holandesa’
, desde la que se ocupó de montar toda una infraestructura de
falsificado de documentos que iba entregando a compatriotas, para que pudiesen
huir lejos de allí.

Una de las misiones más destacadas en las que participó
Frieda junto a sus compañeros de la resistencia fue el volar por los aires el
registro civil de Ámsterdam (el 27 de mayo de 1943), con lo que destruyó toda
la documentación personal de cientos de miles de ciudadanos que vivían en la
capital neerlandesa, dificultando de ese modo la identificación de estos por
parte de la Gestapo.

Poco después del mencionado atentado, las autoridades nazis
fueron estrechando el círculo hacia los miembros de la resistencia holandesa, teniendo
que permanecer escondidos durante un tiempo, hasta que algunos de ellos pudieron
escapar hacia el extranjero (entre los que se encontraba Frieda). Un gran número
de miembros de la resistencia fueron apresados, torturados y ejecutados.

Tras un periplo por varios países (Bélgica, Francia y
finalmente la neutral Suiza, tras cruzar los Alpes a pie) Frieda Belinfante
logró ponerse a salvo y conseguir que se le diera el trato de refugiada; gracias
a los contactos que había logrado hacer años atrás, durante el tiempo que
residió en Montreux donde había tocado en la orquesta local.

En esta población suiza residió cerca de un año, donde subsistió
trabajando como granjera, y tras finalizar la IIGM retornó a su país de origen,
en el que estuvo hasta 1947, año en el que decidió migrar hacia Estados Unidos,
donde se instaló en la población de Laguna Beach, una idílica localidad al sur
de California que se había convertido en las últimas décadas en el lugar idóneo
de residencia para numerosos intelectuales y artistas (muchos de ellos
relacionados con el mundo del cine).

No tardó en integrarse como una más en su nuevo lugar de
residencia, colaborando activamente en todas las propuestas musicales que se
realizaban tanto localmente como en todo el Condado de Orange. Algo que llevó a
un importante grupo de entusiastas de la música a crear en 1954 la ‘Orange County Philharmonic’, siendo Frieda
Belinfante la persona escogida para dirigir la orquesta a lo largo de los
siguientes ocho años. Un trabajo que compagino con su participación tocando el
violonchelo en una de las orquestas que realizaban las bandas sonoras para las
películas de Hollywood.

Pero todo cambió en la orquesta filarmónica del Condado de
County en 1962, cuando un grupo de miembros de la junta directiva decidieron
que el colocar a un hombre como director de la misma podría elevar el perfil de
la orquesta, rescindiendo el contrato de Frieda al frente de la organización
musical que ella había ayudado a crear años atrás.

A pesar del varapalo que supuso para ella, siguió
estrechamente vinculada con todas las actividades culturales y musicales del
condado (además de hacer una gran acción social en la lucha por la defensa de
los derechos de los homosexuales y lesbianas), hasta tal punto que, en 1987
(cuando ella contaba con 83 años de edad), se le homenajeó en vida y se declaró el 19 de febrero como el ‘Frieda
Belinfante Day’
(Día de Frieda Belinfante).

Frieda falleció en 1995 en Santa Fe (Nuevo México) donde
había ido a residir unos años antes.

Fuente de la imagen: Wikimedia
commons

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