En 1660, tras restaurarse la
monarquía en Inglaterra y volver muchas de las libertades que habían sido
prohibidas por el régimen del Puritanismo de los protestantes, los teatros
británicos volvieron a abrir sus puertas (tras permanecer cerrados a lo largo
de 18 años) y los autores a estrenar sus obras.
Eso dio pie a que innumerables fuesen las personas que
comenzaron a trabajar y crear negocios alrededor de las cuantiosas
representaciones teatrales que se realizaban. Una de esas personas fue Eleanor Gwynne, quien con tan solo diez
años de edad, su madre logró colocarla a vender frutas y dulces al público.
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XII]
Nell, como fue
posteriormente conocida Eleanor, era una niña analfabeta que nunca había acudido
a la escuela y no sabía leer ni escribir, pero tenía la habilidad de retener
textos con una facilidad asombrosa. De escuchar a diario a los actores y actrices
durante las representaciones se las aprendía de memoria y era capar de declamarlas
sin cometer ni un solo fallo.
Si a ello se le añade el talento innato de Nell para actuar
la convertían en una prometedora actriz, algo que en muy pocos años logró. Con
14 años la hicieron debutar en la compañía ‘King’s
Company’ (una de las muchas que había conseguido el permiso para representar
montajes teatrales y que además se encontraba bajo el amparo y privilegios de
la Casa Real Inglesa).
La jovencísima Nell
Gwynne (en algunos lugares aparece el apellido tan solo como Gwyn), nombre artístico por el que fue
conocida a partir de entonces, aprendió todo lo que necesitaba saber sobre
declamación y actuar de la mano del célebre actor de la época Charles Hart,
de quien también se convirtió en su amante, a pesar de la diferencia de edad
entre ambos.
En los siguientes tres años consiguió ser una conocidísima
actriz, presente en numerosísimos montajes a los que acudían la flor y nata de
la sociedad inglesa, entre ellos el conde de
Dorset, Lord Charles Sackville,
doce años mayor de ella, poeta y muy próximo al rey de Inglaterra Carlos II.
Y fue precisamente su
relación con el conde lo que permitió que Nell conociera en persona al monarca
y que éste se encaprichara perdidamente de la actriz.
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Carlos II de
Inglaterra, de 37 años de edad (veinte más que ella), era famoso por la
colección de amantes con las que había tenido algún tipo de relación.
Nell se convirtió rápidamente
en una de las preferidas del monarca y a pesar de que a menudo se comportaba de
manera poco formal, debido a su innata manera de ser descarada y provocadora,
la joven actriz consiguió ser una de las favoritas del rey.
A menudo ella se refería al monarca como ‘mi
Carlos III’, debido a que era el tercer hombre del que había sido
amante y que se llamaba de ese modo (tras Charles
Hart y Charles Sackville).
Pero al rey no solo le
gustaba coleccionar amantes, sino también hijos y en 1670 (cuando ya tenía once
hijos bastardos fruto de sus múltiples infidelidades) Nell Gwynne quedó
embarazada y le dio el decimosegundo vástago.
Un año después volvería a tener un nuevo hijo del monarca,
momento en el que con 21 años de edad, Nell decidiría dejar su trabajo como
actriz y dedicarse al cuidado exclusivo de sus hijos en un palacete londinense
que el monarca le regaló.
A pesar de que no sabía leer ni escribir, Eleanor Gwynne se
mezcló y alternó con influyentes personajes de la época. Su forma descarada de
ser le confería un encanto especial que deleitaba a todo aquel que se acercaba
a ella.
También consiguió tener grandes amigas, una de ellas la
francesa Louise de Kérouaille
quien trabajaba como dama de compañía de la hermana de Carlos II y que se
convirtió en amante del rey en 1672 (también le dio un hijo).
En un principio Nell y Louise tuvieron una evidente y
publica enemistad. La joven francesa, que se había educado y crecido en la Corte
Francesa, solía ‘echar pestes’ de la
actriz, debido a lo tosca que esta era y se mostraba en sociedad. La llamaba la
‘puta protestante’, debido a que
Nell se refería a ella como la ‘puta
católica’.
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Ambas rivalizaron por tener la atención del rey, aunque Nell
consiguió ser la preferida. Esto no fue impedimento para que con el tiempo
ambas se convirtieran en grandes amigas y compartieran no solo amante sino
muchas tardes de paseos y confidencias.
Una vez ya retirada de la escena y con una importante asignación
económica que le otorgó Carlos II, Nell se dedicó a ayudar a los más
desfavorecidos, convirtiéndose en una de las mujeres más admiradas de su época.
Entre sus muchos gestos de generosidad, convenció al rey y fue la principal impulsora
en la construcción del Chelsea Royal Hospital para
soldados retirados y heridos. Este acto de generosidad hizo que se ganara las
simpatías de la población.
A mediados de la década de 1680, cuando Nell y el rey ya llevaban
varios años sin ser amantes, el monarca (en su lecho de muerte) dispuso todo
para que a ella y a su descendiente (el pequeño falleció a los seis años de
edad) no le faltara de nada, asignándole una importante dotación económica y al
joven Charles lo nombró duque de St.
Albans (aunque ya ostentaba los títulos de
conde y barón).
Carlos II falleció en febrero de 1685 y dos años después (noviembre
de 1687) Nell moría, a los 37 años de edad, a consecuencia de una apoplejía.
Muchos son los libros de Historia que hablan de Eleanor ‘Nell’
Gwynne y del legado que dejó, de su forma de ser descarada y de cómo alguien
sin estudios llegó tan lejos en el mundo del teatro y en la vida en sí. Varios fueron
quienes escribieron sobre ella y también los artistas que la pintaron (famoso
son algunos cuadros en los que Nell posaba desnuda).
También muchos son los edificios, plazas y locales que llevan
su nombre.
Fuentes de consulta e imágenes: londonist / historic-uk
/ Wikimedia
commons / leshaines123
(Flickr)
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