“Dr. Livingstone, supongo”. Esta es sin lugar a dudas una de las frases más famosas de la historia. Tuvo lugar en 1871 cuando Henry M. Stanley, del New York Herald, conoció en persona al famoso explorador David Livingstone.
A raíz de ese encuentro, Livingstone facilitó a Stanley su diario personal para que este lo publicase y diera a conocer al resto del mundo el relato de cómo descubrió el lago Ngami, el río Zambeze, las cataratas Victoria o su travesía por el desierto de Kalahari.
Pero también escribió un fiel reflejo de las barbaridades que se producían en la África sudoccidental, en la que el mercadeo con seres humanos era atroz. Todo lo relatado por él serviría para que el gobierno británico acabara con el comercio de esclavos en la zona.
Sin embargo, el Dr. Livingstone no había contado a través de su diario todo lo que sabía y había presenciado. Su relato de lo acontecido no era más que una mínima muestra de lo realmente sucedido, y el motivo de que así fuera radicaba en su pasividad durante unos escalofriantes sucesos de los que fue testigo directo.
Todo ello se sabe hoy en día gracias a la recuperación de unas cuantas páginas del diario de Livingstone que no habían visto la luz y que se encontraban en un importante deterioro. Para escribir dicho relato, utilizó tinta hecha por él mismo a raíz de semillas de bayas, que con el tiempo se volvió prácticamente invisible para el ojo humano.
Un equipo de la Universidad de Indiana (Pennsylvania), dirigido por el Dr. Adrian Wisnicki tras 18 meses de laborioso trabajo de investigación y restauración a través de avanzadas técnicas digitales, ha conseguido dar a conocer una visión única y diferente de ese horrible episodio vivido por el explorador, en lo que hoy es la República Democrática del Congo.
Los sucesos se desarrollaron del siguiente modo:
En el mercado de Nyangwe vio cómo tres esclavistas árabes provistos de armas de fuego irrumpían en el lugar y empezaban a disparar contra las 1.500 personas que allí estaban reunidas, la mayoría de ellas mujeres. Un revuelo general se desató cuando disparo tras disparo los que intentaban huir iban cayendo acribillados. Medio millar de inocentes perecieron bajo las mortales balas, y Livingstone fue un testigo mudo de la masacre.
El motivo del silencio de David Livingstone en lo que se refiere a estos acontecimientos radica en las pruebas encontradas en el diario, las cuales sugieren que miembros de su propia expedición podrían haber estado involucrados en la masacre.
Livingstone había considerado dicha posibilidad, lo que junto a su falta de intervención parece indicar que lo dejaron con un profundo sentido de remordimiento. Por ello, decidió volver a escribir o eliminar una serie de pasajes de su diario.
La narración original de la masacre es solo uno de los muchos pasajes del diario que son significativamente diferentes del libro que se publicó en 1874.
Otra particularidad del nuevo hallazgo en el diario es comprobar cómo la actitud de Livingstone hacia los esclavos liberados en su entorno era de asco, una actitud en absoluto acorde con su imagen pública de abolicionista dedicado. Este es uno de los motivos por los que los investigadores que han intervenido en la recuperación de este nuevo y sorprendente relato aseguran que la publicación del mismo cambiará la forma en que la historia ha interpretado el legado de Livingstone.
Post publicado originalmente para Yahoo! Noticias España el 7/11/2011:
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-historias/la-historia-oculta-del-diario-del-dr-livingstone-122805324.html
Fuentes de consulta:
http://newsroom.ucla.edu/portal/ucla/dr-livingstone-s-lost-1871-massacre-218211.aspx
http://www.bbk.ac.uk/news/dr.-livingstones-lost-1871-massacre-diary-recovered
http://livingstone.library.ucla.edu/1871diary/