La experta en criptografía que alertó al gobierno estadounidense sobre la ‘crisis de los misiles de Cuba’
A lo largo de cinco décadas (entre el final de la IIGM en 1945 y la disolución de la URSS en 1991) en el periodo denominado como ‘Guerra Fría’, que mantuvo enfrentados a los bloques estadounidense y soviético, se vivieron un buen puñado de situaciones críticas que estuvieron a punto de desencadenar algún conflicto militar que hubiese supuesto la Tercera Guerra Mundial.
Medio siglo en el que el espionaje y los servicios de inteligencia de ambos bloques tuvieron que rendir al máximo con el fin de obtener información privilegiada del enemigo y poder tener algún tipo de ventaja a la hora de producirse algún tipo de conflictos diplomáticos y militares.
Uno de esos momentos altamente críticos tuvo lugar en octubre de 1962 y pasó a la historia como ‘crisis de los misiles de Cuba’, por la que los estadounidenses detectaron presencia armamentística nuclear soviética en territorio cubano.
Esto encendió las alarmas para un posible ataque de Estados Unidos contra las bases nucleares en Cuba, que hubiese desencadenado un conflicto internacional contra la Unión Soviética y que acabaría en una guerra de desastrosas consecuencias.
Afortunadamente todo quedó finalmente como un conflicto diplomático más (de las docenas que durante toda la Guerra Fría hubo) y en gran parte debemos que no estallara una guerra a una de las expertas en criptografía con las que contaba en ese momento la NSA (Agencia de Seguridad Nacional de EEUU).
Esta analista de inteligencia militar y criptógrafa fue Juanita Moody, un nombre prácticamente desconocido para la mayoría de personas pero que tuvo una relevante función dentro del criptoanálisis computacional de los servicios de seguridad estadounidenses.
Como responsable del programa de inteligencia de señales, conocido como ‘SIGINT’ de toda aquella región, se encargó de analizar minuto a minuto todas las informaciones en clave que iban llegando, los traducía y escribía posteriormente los diversos informes que sería leídos por sus superiores (e incluso por el propio presidente John F. Kennedy).
Durante todo el tiempo que transcurrió desde el problema diplomático entre EEUU y Cuba por el conflicto de la ‘invasión de bahía de Cochinos’ (en abril de 1961) hasta la mencionada ‘crisis de los misiles de Cuba’ (octubre 1962) Juanita Moody pasó las 24 horas del día en las dependencias de la NSA, cotejando y analizando todos los documentos y durmiendo escasamente en un camastro que había mandado instalar allí mismo.
A ella se le debe el informe que sobre lo que estaba ocurriendo en cuba con los misiles soviéticos alertaron del peligro que se acechaba, pudiendo tomar la administración Kennedy las adecuadas medidas, con las que pidió cuentas al gobierno soviético de Nikita Jrushchov e impuso una cuarentena marítima al perímetro existente entre Cuba y el territorio estadounidense.
A pesar de su importantísimo y destacado papel en la crisis, Juanita Moody no recibió los merecidos reconocimientos, quedando su identidad prácticamente oculta a lo largo de las siguientes décadas y no fue hasta diciembre de 1975 (unos meses antes de jubilarse) cuando fue distinguida con la ‘National Intelligence Medal of Achievement’ (Medalla de logros de inteligencia nacional) y en 2003, a los 79 años de edad, fue incluida en el Salón de Honor de la NSA.
Fuentes de consulta e imágenes: NSA/ smithsonianmag/ Wikimedia commons
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