La ciudad secreta subterránea que Hitler mandó construir en Holanda

Durante la Segunda Guerra Mundial y tras hacerse con el
control de cada país que ocupó, la Alemania del Tercer
Reich
ideó un plan para evitar recibir el ataque e invasión del continente
europeo por parte de los Aliados desde el Reino Unido levantando lo que se
conoció como ‘Muro Atlántico’ que era una férrea defensa en la que se
construyeron numerosos búnkeres y ciudades subterráneas desde el Mar del Norte
en Noruega, pasando por el Canal de la Mancha y llegando hasta el Golfo de
Vizcaya en la frontera entre Francia y España.

A lo largo de estas ocho décadas que han pasado desde el fin
de la IIGM muchos de esas construcciones subterráneas fueron desmanteladas o
destruidas y otras conservadas para darles algún uso (por ejemplo un museo
militar).

Esto último es lo que ha ocurrido con el complejo que se
encuentra en el pueblo pesquero de Scheveningen, una población
actualmente anexa a La Haya, y que
fue bautizado bajo el nombre de ‘el
collar de perlas’
y que ha sido descubierto recientemente.

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Tras la invasión alemana
de los Países Bajos
, en 1940, Arthur
Seyß-Inquart
(quien había sido canciller de Austria) fue designado por el Führer como ‘Comisariado
del Reich’
en el nuevo país ocupado
, convirtiéndose en uno de los mayores
responsables de la represión y la terrible hambruna sufrida por la población
neerlandesa.

También fue propulsor de la construcción de varios campos de
concentración a los que fueron a parar una gran cantidad de judíos holandeses,
así como de la campaña para reclutar y ganar adeptos a la causa nazi entre la
población de los Países Bajos.

Arthur
Seyß-Inquart
se convirtió en el hombre de confianza Hitler en aquel lugar y
fue uno de los principales valedores de la construcción del muro atlántico en
la costa holandesa en Scheveningen.

Para ello se desalojó de sus hogares a la mayoría de sus
habitantes (alrededor de 135.000) y comenzó a construirse el mencionado collar
de perlas a partir de 1942. Se utilizó como mano de obra a numerosísimos presos
de guerra que fueron utilizados como auténticos esclavos.

El complejo de edificios y búnkeres subterráneos era un
perfecto entramado de túneles y viviendas preparadas con todo tipo de
equipamientos para dar cabida a más de tres mil soldados de la Waffen-SS,
quienes vigilarían y controlarían ese estratégico punto casi fronterizo y privilegiado
entre el Mar del Norte y el Canal de la Mancha.

Con el final de la IIGM este lugar quedó en el olvido y bajo
las tierras movedizas que rodeaban Scheveningen, convirtiéndose en una ‘ciudad
perdida’, apelativo que se le dio tras ser encontrado décadas después.

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Actualmente y, tras haber recuperado parte de los planos
originales del proyecto, el ayuntamiento de La Haya ha estado trabajando en la
reconstrucción de esta sorprendente y enorme ciudad subterránea de cien mil
metros cuadrados para convertirlo en un museo militar y equipamiento vacacional
para miles de turistas que viajen hasta esta localidad famosa también desde la
antigüedad por sus aguas termales.

Fuentes de consulta e imágenes: spiegel
/ dailymail
/ Wikimedia
commons
/ atlantikwallmuseum