En el París nocturno de la última década del siglo XIX confluyeron
una serie de personajes –a cual más pintoresco- que convirtieron a la capital
francesa en el centro del arte y la diversión.
Los múltiples cafés y salas de fiesta reunían a artistas,
millonarios, prostitutas y todo aquel que buscaba una vía de escape para su
rutinaria vida diurna.
Posiblemente uno de los personajes más peculiares y
singulares de las locas noches en la Ciudad de la Luz fue Henri de Toulouse-Lautrec, pintor y cartelista de gran renombre que
destacaba por su baja estatura (un problema de crecimiento durante su infancia
hizo que tan solo alcanzara los 152 centímetros) y aunque provenía de una
familia de aristócratas estaba continuamente mezclado y sociabilizando con todo
tipo de personas.
Tenía una gran creatividad y fue uno de los mayores
exponentes artísticos que mejor describió la vida bohemia y nocturna de París.
Muchos eran los que decían que parte de su inspiración y creatividad le venía
de su excesivo consumo de alcohol, parece ser que era un bebedor empedernido de
absenta (bebida alcohólica conocida
popularmente como ‘el hada verde’ debido a su color y bebida y con una altísima graduación, la cual debía
tomarse diluida en un poco de agua fría).
[Relacionado: Absenta, la peligrosa
bebida del hada verde]
Debido a sus problemas con el alcohol, Toulouse-Lautrec
padecía a menudo de alucinaciones y delirios, llegando a convertirse en
sumamente violento. Pero, tal y como el propio artista decía (tal y como
recogen algunos cronistas de la época) todo los fantasmas desaparecían tas un
trago.
Pintó numerosos cuadros y carteles publicitarios que
representaban la noche parisina y encontró la inspiración en una joven
bailarina del conocidísimo Mouline Rouge
llamada Jane Avril (aunque su
verdadero nombre era Jeanne Louise Beaudon)
y que se convirtió en una de las protagonistas de muchas de sus obras y
dibujos.
Jane Avril había llegado a la famosa sala de fiestas tras
haber aprendido a bailar en un sanatorio mental en el que había estado recluida
durante un tiempo debido a las depresiones que padecía tras haber tenido una atormentada
niñez: su padre era un aristócrata italiano y su madre la amante de éste. Las
que abandonó en cuanto quedó embarazada, cayendo en el alcoholismo madre y
propinándole numerosas palizas desde bien pequeña.
Con apenas dieciséis años de edad empezó a frecuentar los antros
del Barrio Latino, en el que se juntaba lo más variopinto de la vida nocturna
parisina y cuatro años después logró entrar a trabajar como bailarina en el
Mouline Rouge, donde se convirtió en una de las artistas más admiradas.
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en 1910]
Muchas son las fuentes que indican que el personaje de Satine
(en las películas ‘Mouline Rouge’ rodadas en 1952 y 2011 –la última
protagonizada por Nicole Kidman-)
estaba basado en la joven Jane Avril.
El binomio entre la bailarina y el pintor hizo despertar en éste
una gran creatividad, convirtiéndola en su musa de durante casi una década.
Por desgracia Henri de Toulouse-Lautrec murió en 1901 a la
joven edad de 36 años, siendo uno de los artistas más prolíficos de su época y
quien mejor supo retratar la vida bohemia de la ciudad que tanto amaba.
Por su parte, Jane Avril se retiró del baile a los 42 años
(1911) y contrajo matrimonio con el también pintor Maurice Biais de quien enviudó en 1926.
Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons