‘Francismo’, el movimiento político que aspiraba a convertir Francia en una nación fascista
El triunfo del nazismo en Alemania y el fascismo en Italia llevó a que, en la década de 1930, aparecieran numerosos movimientos y partidos en otras naciones (tanto europeas como de otros puntos del planeta) que aspiraban a que esos modelos políticos se instauraran en sus territorios, creándose diferentes organizaciones de corte populista a imagen y semejanza de los liderados por Hitler y Mussolini.
Uno de esos países fue España, donde surgió Falange Española, fundada por José Antonio Primo de Rivera, el 29 de octubre de 1933, la cual sería uno de los pilares fundamentales en el ideario político de la dictadura franquistaentre 1939 y 1975.
Francia también fue otro ejemplo de país en el que un grupúsculo de personas afines a esa ideología aspiró a copiar e instalar el fascismo en aquel territorio. Una de las primeras formaciones políticas que surgieron fue ‘Le Faisceau’, en noviembre de 1925, el cual imitaba en todo al modelo italiano de Mussolini pero que no alcanzó una gran notoriedad entre los galos, desapareciendo dos años y medio después (abril de 1928).
Uno de sus miembros (Marcel Bucard, héroe de la IGM y exseminarista), fue quien un lustro después (el verano de 1933) decidió crear y liderar una nueva formación política de corte fascista, aprovechando el auge que esta ideología estaba teniendo en Italia y, sobre todo, con el triunfo del nazismo en Alemania. Dicha organización fue bautizada como ‘Partido Francista’ (Parti Franciste), el cual hacía un juego de palabras con los términos Francia y fascismo.
Según declaraba el propio Bucard, su idea era que el término ‘francisme’ (francismo) tuviese la misma relevancia internacional y popularidad que ya tenía el fascismo en Italia y el nazismo en Alemania. Su deseo era que ese concepto y palabra estuviese estrechamente relacionada con Francia.
A imitación de sus vecinos italianos y alemanes, los miembros del Partido Francista iban uniformados, siendo conocidos como los ‘Camisas azules’ (Chemises bleues), marchaban en formación por las calles francesas e incluso llegó a tener una especie de servicio secreto paramilitar, conocido como ‘La Main Bleue’ (La mano azul), que se encargaba de investigar e informar sobre ciudadanos comunistas, homosexuales o judíos, con el fin de atacar sus propiedades, ser señalados y perseguidos.
El 10 de enero de 1936, desde la presidencia de la Tercera República Francesa, con Albert Lebrun al frente (de ideología de izquierda moderada), se promulgó la ley sobre ‘sobre grupos de combate y milicias privadas’, por la cual se obligaba a la suspensión de las organizaciones de carácter paramilitar, como era el caso del Partido Francista, por lo que éste tuvo que ser disuelto en junio de aquel mismo año, aunque no desapareció del todo, ya que, como es bien sabido, ‘hecha la ley, hecha la trampa’, sus miembros formaron otras organizaciones como la ‘Association des Amis du Francisme’ ( Asociación de Amigos del Francismo), como si de una asociación cultural se tratara o el ‘Parti Unitaire Français d’Action Socialiste et Nationale’ (Partido Unitario Francés de Acción Socialista y Nacional), muy similar al nazismo alemán.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de Francia, el Partido Francista volvió a resurgir y a ser uno de los principales valedores del colaboracionismo francés con los alemanes, al mismo tiempo que otras organizaciones políticas de ideología fascista aparecían (con el fin de aprovechar el momento de esplendor ideológico y ante el convencimiento de que la Alemania nazi acabaría ganando la guerra y lideraría toda Europa).
Entre las diferentes formaciones políticas de corte fascista que aparecieron en Francia estaba la ‘Rassemblement National Populaire’ (Unión Nacional Popular) liderado por Marcel Déat y el ‘Parti Populaire Français’ (Partido Popular Francés) de Jacques Doriot, ambas formaciones totalmente colaboracionistas con el régimen nazi que ocupaba el país y cuyos líderes, curiosamente, provenían de haber formado parte activa en algunas relevantes organizaciones comunistas, de las que habían sido expulsados previamente, fundando nuevos partidos fascistas, de ideología totalmente opuesta a la que habían estado defendiendo hasta entonces.
Afortunadamente, tras finalizar la IIGM, los partidos fascistas en Francia fueron disueltos y prohibidos, siendo perseguidos aquellos líderes que habían colaborado con los crímenes de Estado que se cometieron desde el Gobierno colaboracionista de Vichy.
Marcel Bucard fue arrestado, juzgado y condenado a morir ejecutado. Fue fusilado el 19 de marzo de 1946. Marcel Déat no pudo ser detenido, huyendo de Francia, siendo juzgado y condenado a muerte ‘in absentia’. Falleció de una enfermedad una década después en un hospital de Turín (Itaia). Por su parte, Jacques Doriot falleció el 22 de febrero de 1945 tras sufrir un atentado (mientras viajaba en automóvil) en la población alemana de Mengen.
Fuente de la imagen: Wikimedia commons
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