Cuando terroristas anticastristas con ayuda de la CIA atentaron contra un barco mercante español

Ocurrió a última hora de la tarde del 13 de septiembre de
1964 en el mar Caribe, unas horas en las que en aquella zona ya ha comenzado a
anochecer y en las que el mercante de bandera española ‘Sierra Aránzazu’ navegaba tranquilamente por aguas del canal de Las Bahamas (a 130 kilómetros
al noreste de Cuba).

Sin esperárselo fue interceptado por dos lanchas rápidas desde
las que se comenzó a disparar con ametralladoras y algún pequeño cañón hacia la
tripulación del barco, además de abordarlo, subir en él e intentar una masacre
con la que acabar con la vida de toda la tripulación.

El resultado de dicho ataque fue dos fallecidos (el capitán,
Pedro Ibargurengoitia y el segundo
oficial, Javier Cabello) y varios
heridos, uno de ellos de gravedad y que fallecería horas después (el tercer
maquinista, José Vaquero).

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El Sierra Aránzazu comenzó a arder y el resto de tripulación
tuvo que abandonar rápidamente el barco para ponerse a salvo en una lancha, en
la que navegaron hasta que fueron interceptados por el carguero de bandera
holandesa ‘P. G. Thulin’ que
transitaba por allí (a bordo del cual falleció el mencionado José Vaquero).

El mercante Sierra Aránzazu era un barco nuevo, había sido
botado aquel mismo año y se encontraba viajando hacia La Habana, capital de Cuba, adonde llevaba un extenso cargamento de
mercancías variadas, por el peso de mil cien toneladas.

Específicamente el cargamento estaba compuesto por las
siguientes mercancías: cuatro cajas de
jamón deshuesado (73 kilos), un barril de aceitunas (41 kilos), 103 bultos de
jaulas para gallinas (53.265 kilos), 4.000 cajas de brandy (68.000 kilos),
nueve jaulas y cinco atados de arados de seis discos (5.280 kilos), una caja de
conexiones para tuberías (330 kilos), dos cajas de mangueras para tuberías
(1.956 kilos), 118 fardos de tejido de lana (6.688,7 kilos), dos cajas de
repuestos de arados de seis discos (6.011 kilos), 64 sacos de hojas de laurel
(1.908 kilos), 4.001 sacos de almendras (200.050 kilos), 50.600 cajas de ajos
(587.200 kilos), 1.050 fardos de mantas/arpilleras (72.850 kilos), 3.100 cajas
de muñecas (42.000 kilos), 3 cajas de comestibles (886 kilos) y 822 cartones de
corcho aglomerado (17.673 kilos)
.

Y es que a pesar de pertenecer a un Estado fascista, bajo la
jefatura del dictador Francisco Franco,
España todavía seguía manteniendo un tratado de comercio con la Cuba del dictador comunista Fidel Castro, algo
que parecía ilógico al tratarse de dos políticos antagónicos.

Paradójicamente, durante las primeras horas después del
ataque, las noticas que se dieron a conocer eran que dicho ataque había estado
perpetrado por un grupo de revolucionarios castristas, algo que poco después se
pudo desmentir ya que realmente quienes estaban tras el atentado terrorista
eran los miembros del ‘Movimiento de
Recuperación Revolucionaria’
(MRR), una organización de carácter
paramilitar y anticastrista.

Desde el gobierno de España se exigió responsabilidades a
los Estados Unidos, debido a que las aguas donde se produjo el ataque
pertenecía a los norteamericanos. Estos emitieron un mensaje una ligera
disculpa que, evidentemente, no convenció a las autoridades españolas. Pero eso
solo fue en un principio, ya que a los pocos meses poco o nada se recordaba el
incidente… y es que Franco deseaba mantener un trato de cordialidad con los
estadounidenses y no deseaba ‘enojarlos’.

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Desde Estados Unidos llegó una compensación económica de
algo más de un millón de dólares de la época y que hoy en día rondarían algo
menos de diez millones de euros.

Eso sí, desde España se organizó la repatriación de los
cadáveres de los tres marinos asesinados y del resto de la tripulación,
poniéndose a disposición de éstos y sus familiares y organizando unos funerales
de Estado ya que fue proclamado el luto oficial en la nación.

En el No-Do (Noticiero Documental que se proyectaba en todos
los cines)
correspondiente al 28 de septiembre de 1964 se informó de la
tragedia del ataque terrorista

Con los años y tras haber sido desclasificados diversos
documentos de la primera mitad de la década de 1960, se pudo descubrir que los
miembros del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) que atacaron al
barco mercante español Sierra Aránzazu habían sido entrenados, armados y
financiados por la CIA y que la
agencia de inteligencia estadounidense había estado detrás del ataque
terrorista y enterada desde el primer momento.

Parece ser que el gobierno estadounidense, que había
iniciado poco antes la política de embargo a Cuba, no estaba conforme que
España comercializara con la isla y quiso sabotearlo a través de los miembros
del Movimiento de Recuperación Revolucionaria, algo que intimidaría al gobierno
de Franco y que dejaría de tener negocios con el país del revolucionario
Castro.

Fuentes de consulta e imágenes: Hemeroteca
La Vanguardia
/ portalcultura.mde.es
(pdf)
/ elpais
/ circulomaritimo