Españoles que han destacado gracias a las grandes proezas que han realizado en otros países hay un gran número, teniendo detallada información de todo lo que llevaron a cabo y por lo que pasaron a la posteridad. Pero también hemos de pensar en aquellos desconocidos a los que los libros de historia apenas nombran y que también viajaron hasta tierras lejanas, realizando grandes proezas.
Entre ellos nos encontramos a Pedro Casanave, un hombre de negocios de origen navarro y que consiguió situarse entre las esferas más influyentes de la recién constituida nación norteamericana.
Peter Casanave, como posteriormente llegaría a ser conocido, fue nombrado alcalde de Georgetown (actual Washington DC) y entre los muchos méritos que logro dentro de la sociedad de la nueva capital de los Estados Unidos fue ser la persona que colocó la primera piedra de la Casa Presidencial. Modo en que fue llamada la residencia del presidente por aquel entonces antes de ser conocida como ‘La Casa Blanca’.
La fecha que se escogió fue la del 12 de octubre de 1792, en la que se conmemoraba el 300 aniversario del descubrimiento del continente americano por parte de Cristóbal Colón. Tras una celebración realizada en la taberna ‘The Fountain Inn’, popular lugar donde se reunían y hacían vida social los más ilustres e insignes personajes de la nueva capital norteamericana.
Tras la reunión los presentes en la misma se dirigieron hasta el solar que había sido destinado para levantar la nueva residencia presidencial. Bajo esa primera piedra colocada por Peter Casanave se puso una placa de bronce en la que se podía leer: «Esta primera piedra de la Casa Presidencial se colocó el día 12 de octubre 1792, y en el 17 º año de la Independencia de los Estados Unidos de América».
El encargo de los planos había recaído en un joven arquitecto de origen irlandés llamado James Hoban, quien obtuvo tal mérito tras ganar un concurso llevado a cabo dos años antes y en el que presentó un proyecto de mansión inspirado en el Leinster House de Dublín, actual sede del Parlamento irlandés.
Casanave, a pesar de no llevar demasiados años residiendo en Georgetown (llegó a EE.UU. en 1785), se convirtió rápidamente en uno de los más florecientes empresarios del lugar y en una de las personas más influyentes de la ciudad, gracias a los contactos y puertas que le abrió su tío Juan de Miralles, otro español de gran relevancia en la historia de los Estados Unidos y del que posiblemente os hable en una próxima entrada.
Su gran visión para los negocios lo llevó a cerrar importantes acuerdos comerciales y a posicionarlo como uno de los más influyentes de su época, siendo nombrado quinto alcalde de la localidad y tomando por esposa a Ann Nancy Young, hija de otro de los más prósperos hombres de negocios de Georgetown.
Entre los muchos cargos que ostentó en su nueva patria, Peter Casanave fue Maestro Masón de la Logia nº9, una orden en la que en aquellos momentos tenía gran relevancia y a la que pertenecían otros personajes como George Washington o el arquitecto James Hoban.
No existe mucha más información sobre la vida de Peter Casanave, siendo el primero que publicó información alguna en castellano sobre el mismo, Javier García Blanco, autor del libro libro «Héroes y Villanos (españoles olvidados por la historia)» publicado por la editorial Cydonia y de donde he obtenido gran parte de la información de este post.