Mary Mallon, la cocinera que propagó la fiebre tifoidea en Nueva York

Mary Mallon pasó sus últimos 23 años de vida en cuarentena, confinada en el Hospital Riverside de North Brother, una pequeña isla situada a unos pocos cientos de metros del Bronx, en el East River.

Había sido llevada allí en 1915, por orden del Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York, acusada de haber contagiado a más de una cincuentena de personas la fiebre tifoidea, con el resultado de tres fallecidas.

Lo curioso del asunto es que Mary Mallon ya había sido puesta en cuarentena en un par de ocasiones anteriores, debido a que era portadora y transmisora de la enfermedad pero no la había desarrollado, un caso insólito que tenía desconcertada a las autoridades sanitarias.

La carrera de contagios de María Tifoidea (Typhoid Mary) como la había bautizado la prensa de aquel entonces, empezó en los primeros años del siglo XX, tiempo en el que se trasladó a trabajar a la ciudad de Nueva York como cocinera.

Su gran dominio de la cocina le abrió muchas puertas para encontrar multitud de empleos, que iba perdiendo a causa de su mal carácter y maleducado lenguaje. Pero detrás de cada puesto de trabajo dejaba un reguero de enfermos afectados por la fiebre tifoidea.

Lo desconcertante del caso es que la apariencia de Mary era totalmente de gozar buena salud y sin embargo al ser portadora de la bacteria iba trasmitiéndosela a través de la comida que preparaba a muchos de aquellos que la ingerían.

No fue hasta 1906 cuando se pensó que podría tener alguna relación directa con la enfermedad, ya que tras ser contratada ese verano, por un importante banquero de Nueva York llamado Charles Henry Warren, la esposa, dos hijas y tres integrantes del servicio doméstico padecieron dicha fiebre.

En un principio se pensó que la fuente de propagación de la bacteria podría encontrarse en las cañerías del agua, ya que se trataba de una casa estival de alquiler en Long Island. Pero un ingeniero civil llamado George Soper, experto en detectar brotes de fiebre tifoidea, tras una exhaustiva investigación determinó que la vivienda no tenía nada que ver con el brote y decidió investigar a todas aquellas personas que habían tenido contacto con la familia Warren y el personal de servicio.

La investigación le llevó a descubrir que, desde que había llegado a Nueva York, Mary Mallon había estado trabajando en siete casas diferentes y en las que, casualmente, 22 personas habían padecido la enfermedad.

Para cuando se llegó a estas conclusiones la cocinera ya no trabajaba para el señor Warren, por lo que no se la localizó hasta marzo de 1907. Se decidió ir a visitarla para comunicarle que, posiblemente, era portadora de la bacteria que causaba la fiebre tifoidea, pero Mary no quiso prestarse a realizar ningún tipo de análisis, ya que se encontraba en perfecto estado.

Tras unos cuantos intentos, finalmente tuvo que acudir un grupo de policías acompañados por un miembro del Departamento de salud para así poder obligarla a realizarse las pruebas y aunque logró huir armada de un tenedor, pudieron darle caza pasadas cinco horas de búsqueda.

Fue conducida hasta North Brother Island donde pasó dos años en cuarentena y en 1909, tras una demanda interpuesta por la propia Mary Mallon la dejaron marchar, pero, en julio de 1909, el juez Mitchell Erlanger de la Corte Suprema de Nueva York ordenó que fuese recluida de nuevo en la isla, ya que suponía un peligro para la población, tal y como demostraron las múltiples pruebas presentadas por los funcionarios del Departamento de Salud.

Siete meses después, la entrada de un nuevo responsable en dicho departamento llevó a que éste la dejase regresar de nuevo a Nueva York, con la promesa de que no trabajaría jamás en ningún oficio en el que estuviese en contacto directo con comida o personas.

Nada más se supo de Mary Mallon en los cinco siguientes años, hasta que en 1915 surgió un importante brote de fiebre tifoidea en el Hospital de la Maternidad Sloane en Manhattan. Tras numerosas pesquisas se descubrió que una de las cocineras, apellidada Brown, se había incorporado recientemente, coincidiendo con la aparición de la enfermedad.

En realidad, la señora Brown no era otra que Mary Mallen, quien se había cambiado el apellido para así poder seguir trabajando de lo que más le gustaba y mejor pagaban: cocinera.

En 1915, María Tifoidea fue nuevamente puesta en cuarentena, esta vez para pasar el resto de su vida en el Hospital Riverside de North Brother island, donde falleció en 1938 a la edad de 69 años y a causa de una neumonía.

Fuentes de consulta: history1900s / pbs