El sacerdote que fue el primer condenado en España a quien conmutaron la pena de muerte por reclusión a perpetuidad en un manicomio

Innumerables han sido los casos en los que tras cometerse un
delito, la defensa ha podido demostrar que las facultades mentales de su
defendido estaban mermadas, consiguiendo que en la sentencia se le enviase
finalmente a una institución mental en lugar de cumplir la condena en una
prisión.

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También ha habido casos en los que esa conmutación ha
servido para librar de la pena de muerte al acusado. El primer caso documentado
de que esto sucediera en España esta datado en diciembre de 1887, cuando un
tribunal decidió declarar ‘insano
mentalmente’
a Cayetano Galeote,
a quien habían juzgado y condenado a muerte un año antes tras el asesinato cometido
por éste, el 18 de abril de 1886 (Domingo
de Ramos
), en el que mató de tres
disparos de pistola al recién nombrado Obispo de Madrid, Narciso
Martínez-Vallejo
.

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Martínez-Vallejo era toda una eminencia y había sido enviado
hacía poco para hacerse cargo de la Diócesis de Madrid, debido a que hasta
aquel momento ésta había formado parte de la de Toledo, algo que hacía que las
iglesias y sus sacerdotes hubiesen estado algo desatendidas en los últimos y
algunos religiosos no se hubiesen comportado como su puesto requería.

Uno de esos curas díscolos fue Cayetano Galeote, quien por culpa de su extraño carácter había sido
trasladado infinidad de veces de destino
(incluso había pasado un lustro
destinado como capellán castrense en las colonias españolas en Puerto Rico
(Norteamérica) y Fernando Poo (Guinea Española).

Había regresado a España en 1880 (a los 41 años de edad) y
en los seis años que pasaron hasta que cometió el mencionado crimen, fue
trasladado a diferentes parroquias de la capital y la provincia. Poco duraba allá donde lo mandaban, ya
que siempre surgía alguna disputa con los sacerdotes titulares de dichas parroquias.
Además lo hacía acompañado de una joven
mujer
que, según Cayetano Galeote, era su
sobrina
, aunque era un secreto a voces de que tenía una relación amorosa con ésta.

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El nombramiento y llegada a la Diócesis de Madrid del nuevo
Obispo no hizo mejorar la posición laboral del sacerdote, todo lo contrario. Cayetano
Galeote había aprovechado la llegada a la capital de Narciso Martínez-Vallejo
para enviarle varias cartas en las que le daba a conocer el injusto trato,
según él, que había estado recibiendo por parte de los religiosos con los que
había trabajado en las diferentes parroquias, entre ellos el vicario de la
iglesia de la Salud en la que por aquel entonces se encontraba oficiando.

Pero no recibió contestación alguna por parte del obispo,
por lo que decidió solicitarle una reunión y tampoco obtuvo respuesta. Parece
ser que ese mutismo de su superior lo enfureció, decidiendo tomarse la justicia
por su mano.

El 18 de abril de 1886, a la llegada del carruaje que hasta
la entonces Catedral de San Isidro (a
partir de 1993 pasó a serlo La Almudena) llevó a Monseñor Narciso
Martínez-Vallejo para oficiar la ceremonia religiosa del Domingo de Ramos, Cayetano
Galeote se abrió paso entre la multitud y haciendo el ademán de ir a besar la
mano del obispo aprovechó para sacar una pistola y pegarle tres tiros a bocajarro, mientras decía gritando que ya había conseguido ser vengado.

Acto seguido la intención del sacerdote era la de suicidarse
pegándose un tiro, pero los allí presentes se lo impelieron, reteniéndolo y entregándolo
a las autoridades.

Fue juzgado un año después y el tribunal, tras declararlo
culpable, lo condenó a la pena de muerte. Mientras estaba en prisión, a la
espera de que se llevara a cabo la pena capital, su abogado consiguió que un
tribunal médico examinase a Cayetano Galeote, declarando que estaba insano
mentalmente, por lo que no era consciente ni responsable de sus malos actos y la
pena le fue conmutada por la de reclusión de por vida en un manicomio de
Leganés, lugar en el que pasó los siguientes 35 años, hasta que falleció el 3
de abril de 1922.

La mencionada conmutación de la pena de muerte por reclusión
a perpetuidad de Cayetano Galeote es, según consta, la primera que tuvo lugar
en la Historia de España.

Fuentes de consulta e imagen: criminalia / abc
/ henaresaldia
/ gorgas

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