El niño que con 13 años de edad ya era un condecorado veterano de la Segunda Guerra Mundial
Calvin Graham tenía doce años recién cumplidos cuando el 15 de agosto de 1942 tomó la importante decisión de escaparse de su casa para alistarse en la marina de los Estados Unidos. Habían pasado ocho meses desde que Pearl Harbor sufrió el ataque japonés que llevó al país a entrar en la Segunda Guerra Mundial, por lo que la falta de personal para enviar al frente hacía que en las oficinas de reclutamiento no se prestara toda la atención suficiente a la hora de ir aceptando voluntarios para las distintas áreas del ejército, no siendo éste un caso aislado de un menor que lograba alistarse ya que, según consta, lo lograron hace alrededor de 700 jóvenes menores de 17 años (edad mínima que se exigía).
El muchacho, a pesar de su corta edad, tenía necesidad de huir de su hogar, debido a las discrepancias que tenía Calvin con su padrastro, ya que su madre había vuelto a casarse tras enviudar poco tiempo atrás tras la muerte de su primer esposo a causa de un accidente de automóvil. Además, quería seguir los pasos de sus tres hermanos mayores, quienes se habían alistado voluntariamente aquella misma primavera.
Otro de los detonantes que llevó a Calvin a querer ir a combatir al frente fue el ver un noticiero (de los que se proyectaban en los cines antes de cada película) en el que se informaba de la invasión japonesa de Filipinas y de la ventaja que tenía este país en aquel momento en la guerra. Así que se las ingenió como pudo para falsificar la documentación y presentar la solicitud en la oficina de alistamiento de la marina en la que constaba que ya había cumplido la edad mínima reglamentaria.
Tras poco más de un mes de entrenamiento fue asignado al acorazado USS South Dakota, que partió desde Pearl Harbor el 16 de octubre rumbo a librar varias batallas en el océano Pacífico.
En una de ellas (la batalla naval de Guadalcanal), la noche del 14 de noviembre, el acorazado recibió un importante ataque por parte de los japoneses, siendo Calvin Graham uno de los cuantiosos heridos que hubo por metralla, aunque cabe destacar que a pesar de las heridas recibidas siguió colaborando con sus compañeros e incluso ayudó a salvar la vida a varios heridos.
Esto lo llevó a recibir varias condecoraciones, entre ellas dos de las más importantes que existían: la medalla de Estrella de Bronce y la medalla del Corazón Púrpura.
Tras esta batalla, el acorazado USS South Dakota, con toda su tripulación se dirigió hacia los astilleros de Nueva York para ser reparado de los cuantiosos desperfectos y el noticiero cinematográfico se hico eco de la noticia, apareciendo en el mismo el pequeño Calvin Graham. Su madre, que asistió a una sesión de cine vio a su hijo y puso en conocimiento de las autoridades de la Marina la verdadera edad de éste.
El pequeño héroe de guerra pasó a ser despojado de sus medallas, además de tener que pasar tres meses encerrado en un calabozo y expulsado de la Armada, regresando a su Texas natal, donde fue recibido como un héroe, ya que era todo un veterano de guerra a pesar de haber cumplido los 13 años de edad.
Todo aquello le hizo comportarse y vivir como si de un adulto se tratara. En lugar de volver a la escuela decidió buscar un empleo y a los 14 años contrajo matrimonio, siendo padre a los 15 y divorciándose poco tiempo después.
En 1948, con los 17 años ya cumplidos y por tanto con la edad reglamentaria, decidió volver a presentar la solicitud para alistar en el cuerpo de marines, donde fue admitido pero solo pudo ejercer durante tres años, ya que sufrió un fatal accidente que lo dejó con una importante discapacidad, siendo dado de baja definitivamente de la Armada, pero no consiguió recibir la pensión que se concedía.
Pasó el resto de su vida (falleció en 1992, a los 62 años de edad) buscándose la vida como pudo (vendedor, taxista…) pero, sobre todo, luchando por conseguir que le concedieran un subsidio como veterano de guerra y que le devolvieran la medalla de Estrella de Bronce y la medalla del Corazón Púrpura que se le había retirado cuando se enteraron de su edad y que tan merecidamente le otorgaron.
No fue hasta finales de la década de 1970 cuando consiguió la restitución de la Estrella de Bronce. A finales de los 80 se le concedería su ansiada pensión como veterano de guerra e incluso firmaría un contrato con una editorial para publicar un libro y una posterior película sobre su vida, recibiendo una cantidad ridícula por ello (no llegó a los 15.000 dólares).
Su ansiada medalla del Corazón Púrpura le fue repuesta póstumamente, en 1994, dos años después de su fallecimiento.
Fuentes de consulta e imagen: chicagotribune/ mentalfloss/ smithsonianmag/ Wikimedia commons
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