Cuando el Parlamento británico prohibió los comics de terror para evitar que los niños entrasen en los cementerios en busca de vampiros

El 23 de septiembre de 1954 la comisaría de policía de Gorbals (un suburbio a las afueras de la ciudad escocesa de Glasgow) recibió la llamada de un vecino alertando que había escuchado voces de jóvenes dentro del ‘Southern Necropolis’. El agente Alex Deeprose decidió acercarse hasta el cementerio local con el fin de comprobar qué estaba ocurriendo y expulsar de allí a los gamberros que se habían colado.

No era nada extraño que, de vez en cuando, algunos jóvenes conflictivos de la población fuesen a aquel campo santo a hacer alguna trastada y, normalmente, con la sola presencia de un agente, estos se marchaban de allí sin dar problemas.

Pero aquel día fue inusual. Cuando llegó al cementerio el agente Alex Deeprose no podía creer lo que estaba viendo. Más de un centenar de niños (de entre los 4 y los 15 años de edad) campaban por toda la necrópolis, yendo algunos incluso provistos de cuchillos o estacas.

Una especie de histeria colectiva se había apoderado de los muchachos quienes declararon posteriormente que habían acudido a aquel lugar tras salir de clase al enterarse que allí se escondía un vampiro que había matado a dos niños de la localidad.

Todo ello se debía a un rumor que había estado difundiéndose en los últimos días entre los más jóvenes de Gorbals y que se había convertido en una leyenda urbana que corría de boca en boca y que se había originado a raíz de una historia aparecida en el cómic de terror muy de moda en aquella época (titulado ‘Tales from the Crypt’) y que tenía enganchaos a los más jóvenes.

No se sabe quién ni cómo, pero el falso rumor sobre un supuesto vampiro se escondía en el Southern Necropolis de Gorbals empezó a circular y tal y como se iba difundiendo se le añadía más detalles inverosímiles a la historia, creando una especie de histeria colectiva entre los muchachos de la población que decidieron acudir a su búsqueda para darle caza y acabar con su vida.

El agente de policía Alex Deeprose consiguió disolver a los muchachos y lograr que estos se marcharan hacia su casa, pero este no fue un caso aislado que solo ocurrió en aquel suburbio a las afueras de Glasgow… En las siguientes semanas se repitieron casos similares en los cementerios de otras poblaciones británicas, debido a que la leyenda urbana sobre el vampiro que se escondía en las necrópolis siguió difundiéndose por todo el país.

Meses después (concretamente en febrero de 1955) en la Cámara de los Comunes se produjo un debate sobre lo conveniente o no de que los más jóvenes tuviesen acceso a cierto tipo de cómics (sobre todo de terror, aunque también se metió en el mismo saco los de otra temática, señalándolos de perjudiciales porque fomentaban el comunismo, entre otras cosas).

Desde hacía unos años que existía en el Reino Unido una cruzada anticómics promovida por asociaciones de padres y colectivos religiosos (respaldados por el Arzobispo de Canterbury y los miembros de Unión Nacional de Maestros) que aprovecharon aquellas sesiones en el Parlamento para hacer llegar su deseo de prohibición de ese tipo de publicaciones, las cuales tachaban de perjudiciales y de malas influencias para los jóvenes.

El 6 de mayo de 1955 el Parlamento británico aprobaba la ‘Children And Young Persons (Harmful Publications) Act 1955’ -Ley de niños y jóvenes (publicaciones nocivas) de 1955-, con la cual se trataba de prevenir la difusión de determinadas publicaciones pictóricas nocivas para los más jóvenes.

Cabe destacar que aunque la mencionada ley de 1955 ha ido sufriendo algunas modificaciones a lo largo de los años, actualmente sigue en vigencia. Podéis leerla en el siguiente enlace: https://www.legislation.gov.uk/ukpga/Eliz2/3-4/28

Fuentes de consulta e imágenes: BBC / legislation.gov.uk/ scotsman/ glasgowfamilyhistory

Más historias que te pueden interesar: