El muchacho que intentó asesinar a la todopoderosa reina Victoria I del Reino Unido

Días atrás, os traía al blog ‘Cuaderno de Historias’
un post en el que explicaba como la sobrepoblación carcelaria en Inglaterra
provocó que, a lo largo de algo más de un siglo, miles de convictos fuesen
enviados a cumplir sus condenas a las colonias de ultramar (especialmente a
Australia).

[Te puede interesar
leer el post relacionado:
Cuando
la aglomeración y hacinamiento en las prisiones británicas provocó el destierro
penal a América y Australia
]

image

El destierro penal fue algo que dejó de realizarse en la
segunda mitad del siglo XIX, durante el reinado de Victoria I del Reino Unido y Australia dejo de ser un destino
carcelario para convertirse en una importante colonia británica. En 1867 llegó
a Melbourne John Freeman con
intención de empezar una nueva vida, pero su verdadero nombre era Edward Oxford y había pasado encerrado
en una institución psiquiátrica de Inglaterra los últimos veintisiete años debido
a que, cuando tenía tan solo 18 años de edad, había intentado acabar con la
vida de la reina.

En otra época (e incluso país) el criminal, con total
seguridad, hubiese sido juzgado y ejecutado por el intento de magnicidio, pero
en el momento que esto sucedió (1840) las cosas estaban empezando a cambiar en
el Reino Unido, posiblemente influenciados por los nuevos aires que la joven
reina Victoria, de 21 años de edad, quería dar a la nación desde que había sido
coronada en 1837.

[Te puede interesar
leer también:
Victoria
I del Reino Unido, la reina que se convirtió en la mayor ‘influencer’ mundial
del siglo XIX
]

Edward Oxford nació en Birmingham, en 1822, en el seno de una
humilde familia numerosa (era el tercero de siete hermanos) y quedando huérfano
de padre cuando tenía siete años de edad. A muy temprana edad tuvo que ponerse
a trabajar con el fin de ayudar a la economía familiar, pero todos los empleos le
duraban un suspiro. Con dieciocho años de edad había decidido emanciparse y a
pesar de que no tenía trabajo ni lugar fijo donde residir prefería vivir por su
cuenta y no en la casa materna, trasladándose hasta Londres, donde malvivía
como un vagabundo.

Pero algo no funcionaba bien dentro de la cabeza del joven
Edward, fantaseando a menudo con extrañas teorías conspiranoicas sobre las
malas intenciones del poder hacia los ciudadanos.

En su ir y venir vagando sin rumbo por las calles de Londres
se había cruzado en más de una ocasión con el coche de caballos en el que solía
salir a pasear la joven reina Victoria (quien estaba embarazada de cuatro
meses) junto a su esposo Alberto de Sajonia a media tarde. Lo hacían en un
faetón que los días con buen clima llevaba la capota abierta y el paseo se
realizaba por las inmediaciones del Palacio de Buckingham. Iban tan solo
acompañados de un par de personas del servicio de escolta a caballo, por lo que
Edward pensó que sería relativamente fácil cometer un atentado y acabar con la
vida de la reina.

Escogió el 10 de junio (de 1840) para cometer el atentado y
se escondió en un sendero por el que sabía que pasaría el carruaje real. Unas
semanas antes había adquirido un par de pistolas y munición, dedicándose  durante todo ese tiempo a practicar tiro.

[Te puede interesar
leer también:
El
adolescente que atentó (con balas de fogueo) contra la reina Isabel II
]

A media tarde del día señalado y tras ver pasar el faetón
con la reina y su esposo, Edward salió de repente de su escondite y empezó a
disparar con las pistolas que llevaba en ambas manos. El ruido hizo que los
caballos se asustaran y  el carruaje saliera
a toda velocidad de allí.

Algunas personas que se encontraban en las inmediaciones se abalanzaron
sobre el joven criminal, inmovilizándolo y entregándolo a las autoridades,
aunque el muchacho en ningún momento opuso resistencia. Afortunadamente la
reina ni su sufrieron daño alguno y la rápida marcha del carruaje hizo que
ninguna bala impactase sobre ellos.

Tras ser detenido, el joven Edward Oxford fue interrogado
por la policía y en uno de sus delirios confesó que pertenecía a un grupo
revolucionario antimonárquico llamado ‘Young
England’
, pero en realidad dicha organización no existía y todo era fruto
de la mente enferma del muchacho.

Tras ser examinado por varios especialistas psiquiátricos e
investigado hasta el último detalle, se determinó que Edward padecía de inestabilidad
mental y durante el juicio, celebrado a partir del 9 de julio, el jurado lo
declaró ‘no culpable’ debido, muy probablemente, a un trastorno que
había heredado de una larga saga de hombres alcohólicos y dementes que había en
su familia.

[Te puede interesar
leer también:
Martín
Merino, el cura que intentó matar a la reina Isabel II de España
]

Fue enviado al Hospital
Real de Bethlem
, una importante institución
psiquiátrica
en la que pasó ingresado los siguientes veinticuatro años y en
1864 se le trasladó al Hospital Broadmoor
(también psiquiátrico) en el que, debido a su buen comportamiento, se le dejó
en libertad tres años después con una condición: debía marcharse de Inglaterra y
trasladarse a vivir a alguna de las colonias de ultramar del Reno Unido.

En 1867, con 45 años de edad, Edward Oxford salía a la calle
y debía empezar de cero en su vida. Escogió Australia como destino al que ir a
vivir y se trasladó hasta Melbourne, donde llegó bajo la nueva identidad de
John Freeman.

Allí vivió sin que nadie conociese su pasado, ganándose la
vida como pintor (oficio que había aprendido durante sus años encerrado en el
psiquiátrico de Bethlem). Catorce años después contraía matrimonio con una
mujer viuda y madre de dos hijos y John Freeman figura en todos los documentos
como un modélico ciudadano (colaboraba en la iglesia e incluso llegó a escribir
algunos artículos en la prensa local).

Falleció en 1900, a los 78 años de edad, y no fue hasta 1987
cuando se supo el secreto que guardaba John Freeman, cuya verdadero nombre era Edward
Oxford y en sus años de juventud intentó asesinar a la todopoderosa reina
Victoria I del Reino Unido.

Fuentes de consulta e imagen: historyextra
/ thevintagenews
/ oldbaileyonline
/ Wikimedia
commons

[Te puede interesar
leer también:
El joven ladrón que escapó cuatro veces de
prisión y se convirtió en Inglaterra en un idolatrado héroe más famoso que la
propia reina Victoria
]