El médico que se convirtió en un auténtico azote para los charlatanes pseudocientíficos

La ‘Journal of the
American Medical Association’
(JAMA) está considerada como una de las
publicaciones médicas más prestigiosas de todo el planeta, además de tener tras
de sí una historia de 135 años (fue fundada en 1883).

Por la edición del JAMA
han pasado los más ilustres investigadores del último siglo, siendo uno de
ellos el doctor Morris Fishbein un
prestigioso médico que se hizo cargo de la revista en 1924 y que a lo largo de
un cuarto de siglo (hasta 1950) la convirtió en uno de los mayores referentes
científicos para toda la comunidad médica.

Fue tal la relevancia que tomó el Dr. Fishbein al frente de la revista que incluso el 21 de junio de
1937 apareció en la portada de la prestigiosa revista TIMES como uno de los
científicos de referencia, quien llevaba varias décadas persiguiendo y denunciado la mala praxis ejercida por algunos pseudocientíficos
(a los que acusaba públicamente de charlatanes) que ponían en serio peligro la
salud y vida de miles de personas.

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Varios fueron los libros que publicó sobre el tema, siendo
uno de los que más fama alcanzó el titulado ‘Fads
and quackery in healing’
(Modas y charlatanería en la curación) editado
en 1932 y donde ponía al descubierto todas las artimañas utilizadas por
feriantes y médicos sin escrúpulos que se atrevían a asegurar que podían curar
cierto tipos de enfermedades.

Según explicó el propio Morris
Fishbein
en su autobiografía (que publicó en 1973, tres años antes de
fallecer a la edad de 83 años) una de las cosas que más le impactó en su vida
fue el ver (cuando todavía era un muchacho) a un vendedor ambulante que
comercializaba con un remedio contra el reumatismo y que decía que se trataba
de un jarabe hecho a base de aceite de serpiente. El argumento que esgrimía el
charlatán para convencer, a los posibles y crédulos compradores, era que animal
más flexible del planeta eran las serpientes y que si algo le faltaba a
aquellos que padecían de reuma era flexibilidad, por lo que aquel elixir a base
de esencias de víbora les curaría esa dolencia.

Fishbein era todavía muy joven pero sabía que ese argumento
no tenía lógica alguna, pero a pesar de ello el charlatán ambulante vendía su producto
milagro
a docenas. Eso sí, ninguno de los conocidos o familiares del
muchacho que sufría de reuma notó mejoría alguna. Morris Fishbein se prometió estudiar
para luchar contra esos farsantes.

Pero ese no fue el único caso que vivió de cerca respecto a
un charlatán que comercializaba con las enfermedades. En cierta ocasión también
pudo ver como un personaje sin escrúpulos comercializaba unos parches cáusticos
con los que se pretendía curar el cáncer. Algo que varias décadas atrás se
creía eficaz pero que ya se había demostrado que no servía para nada (a
excepción de producir algunas dolorosas y peligrosas abrasiones en la piel).

Otro sonado caso es el de John R. Brinkley (del que os hablaré con más detalles en un próximo
post) que aseguraba haber encontrado la cura
contra disfunción eréctil
realizando trasplantes
de testículos de cabra en humanos
. Este pseudomédico (que carecía de título
oficial alguno) se hizo inmensamente rico debido a que era reclamado por infinidad
de hospitales de todos los Estados Unidos para que fuese a operar.

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Pero si realmente tuvo una fijación y luchó hasta el fin de
sus días fue por conseguir que la quiropráctica
no fuese reconocida como especialidad médica, llegando a asegurar que quienes la
ejercían eran literalmente unos asesinos
con aspecto de perros inofensivos
.

Este hecho le reportó más de un problema al Dr. Morris
Fishbein, quien se ganó la enemistad de algunos de sus colegas que sí defendían
a los quiroprácticos. Incluso fue apartado en 1949 de la American Medical Association (AMA), la organización colegial de médicos
estadounidenses, debido a las múltiples denuncias que recibió este estamento
por parte de quienes se ganaban la vida con la quiropráctica (curiosamente el
tribunal multó al AMA pero absolvió a Fishbein). Esto conllevó que unos meses
después dejara de dirigir la mencionada publicación JAMA.

Pero no cejó en su empeño de atacar a los charlatanes pseudocientíficos
(consideraba a los quiroprácticos como farsantes) y años después (1961) fundó
su propia revista médica, la ‘Medical
World News’
junto al editor neoyorquino Maxwell M. Geffen (dicha revista estuvo publicándose hasta 1994) la
cual fue un potente medio para la discusión escéptica y la persecución de
terapias alternativas y pseudociencias.

Fuentes de las imágenes: Wikimedia
commons
/ TIME

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