Tiempo atrás os traía la curiosa historia de Juan Ferrero, un leonés emigrado a
Burdeos (Francia) y que consiguió convertirse en el primer culturista profesional de la Historia que
logró ganar el título de Mister Universo y os hablaba cómo había influido
en su vida y amor hacia el culturismo todo los que leyó en los libros y
revistas publicados por Eugen Sandow,
considerado como el ‘padre del culturismo moderno’.
Y es que Eugen Sandow fue realmente una de las personas que
más ha influido en la vida de millones de hombres y mujeres de todos los rincones
del planeta que en los últimos 120 años se han convertido en apasionados del
culturismo.
Innumerables son aquellos que se han dedicado
profesionalmente a esa disciplina, así como los que simplemente han querido
moldear sus musculados cuerpos de forma amateur y por el simple hecho de tener
un vistoso e inmejorable aspecto físico.
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Pero si viajamos hacia atrás hasta principios del siglo XX
podremos comprobar cómo, en aquellos años, comenzaba a afianzarse el ‘culto al
cuerpo’ y se realizaban las primeras exhibiciones de musculados hombres (por
aquel entonces todavía no se permitía a las mujeres practicarlo o había escaso
interés por parte de éstas a realizarlo).
Esta creciente afición propició que el propio Eugen Sandow
organizase el que está considerado como ‘primer concurso de culturismo de la
Historia’ que se celebró el 14 de septiembre de 1901 en el Royal Albert Hall de Londres y que llevó por nombre ‘La Gran Competición’ (The Great Competition).
Para que le ayudasen a escoger quién ganaría dicha
competición, Eugen Sandow contó con la inestimable colaboración de dos de sus
grandes amigos: el prestigioso escultor Charles Bennett
Lawes y, el escritor de moda en la época, Arthur Conan Doyle, el célebre y afamado creador del personaje de Sherlock
Holmes.
El escritor era un apasionado de todo tipo de deportes y a
lo largo de su vida había practicado un gran número de ello. En 1894 conoció a
Sandow el en gimnasio que éste abrió en la calle St. James de Londes y donde Conan Doyle acudió
para poner en forma su musculatura.
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Desde entonces una fuerte amistad unió al culturista y al
escritor, motivo por el que decidió contar con él para que le echase una mano
en la competición celebrada en el Royal Albert Hall y a donde acudieron los
participantes en busca del primer premio que era una estatuilla de bronce y
1.000 guineas (al cambio actual, alrededor de 5.000 euros). La Gran Competición del 14 de septiembre
era la final de una serie de pruebas eliminatorias que se habían estado
realizando a lo largo del año en diferentes gimnasios repartidos por toda
Inglaterra y que habían consistido en diferentes disciplinas deportivas (como
lucha libre, esgrima, resistencia, fuerza y, como no, musculatura).
El día de la gran final varias fueron las pruebas de
exhibición a las que sometieron a los 12 aspirantes a ganar el título de Mr. Olympia, quienes estaban situados
sobre unos pedestales, y frente a los que pasaron los tres jueces de la
competición (Sandow, Bennet y Doyle) para decidir quiénes serían los tres finalistas
y de ahí sacar al ganador absoluto.
Finalmente los tres miembros del jurado acordaron por
unanimidad que el ganador de aquel primer concurso de culturismo de la Historia
fuese William L. Murray de
Nottingham quien se alzó con el trofeo (además de la dotación económica) y que
con los años se convirtió en referente del culturismo.
Por otra parte, destacar que Arthur Conan Doyle y Eugen
Sandow mantuvieron un larga y estrecha amistad a lo largo de toda sus vidas y
gracias a esta relación ha quedado para la posteridad esta curiosa anécdota en
la que el creador del detective de ficción más famoso del mundo participase
como juez en la primera competición culturista de la Historia.
Fuentes de consulta e
imágenes: physicalculturestudy
(1) / physicalculturestudy
(2) / royalalberthall
/ bbc
/ ifbbpro
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