El famosísimo icono afroamericano que quedó en el olvido por culpa de la caza de brujas anticomunista en los EEUU

Muchas son las veces en las que la Historia no hace justicia
con algunos personajes que, en un momento dado, la han protagonizado y han sido
parte fundamental de ella. Numerosas son aquellas personas que tras haber
destacado notablemente acabaron quedando, injustamente, en el olvido.

Uno de ellos es Paul
Robeson
y, muy posiblemente, su nombre no os suene de nada a la mayoría de
quienes estáis leyendo este post (o al menos no lo habías escuchado hasta hace
unos meses), pero en realidad se trata de uno de los afroamericanos más famosos
de su época y cuya biografía está más llena de logros: activista, actor,
cantante, abogado, entrenador y jugador profesional de fútbol americano,
escritor, amigo personal de ilustres personajes como Albert Einstein o Eugene O’Neill e incluso referenciado en uno de
los poemarios de Pablo Neruda.

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A pesar de este impresionante currículo (que, evidentemente
no está completo) no ha sido hasta cuatro décadas después de su fallecimiento
(murió en 1976) cuando Paul Robeson ha sido conocido por las generaciones
actuales y ello ha sido posible gracias al biopic
que está proyectado rodarse
sobre su vida al hacerse eco las redes sociales
y muchos son quienes han señalado que este singular personaje fue en su época el artista
más popular del mundo
.

Nació en Nueva Jersey en 1898 y era hijo de un antiguo esclavo
que había logrado fugarse y se había reconvertido en predicador protestante. A pesar
de lo difícil que lo tenía cualquier afroamericano de su época, Paul pudo
acceder (con mucho empeño y trabajo) a los estudios superiores, siendo uno de
los primeros en lograr graduarse como abogado.

Tenía una excelente forma física que le facilitó el jugar
como profesional en la liga de fútbol americano e intentó probar suerte el en
mundo de la música y el cine. Grabo unos cuantos discos y participó en una
quincena de películas (muchas de ellas como protagonistas), además de
convertirse en un destacado actor de teatro, siendo el primer actor
estadounidense de piel negra en interpretar el personaje de Otelo de
William Shakespeare, que lo llevaría a finales de la década de 1920 a
realizar una gira internacional por Europa y actuar ante los reyes británicos
en el mismísimo Palacio de Buckingham.

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También tuvo una importante concienciación política que hizo
que se involucrara en numerosas protestas antiraciales e incluso viajar hasta
España para combatir como voluntario en el bando republicano con la famosa ‘Brigada
Lincoln’
.

Quedó seducido por la ideología comunista y en sus visitas a
la Unión Soviética comprobó que allí nadie lo hacía sentir inferior a causa de
su color de piel. A pesar de ser recibido y tratado como una auténtica figura
en la URSS, Paul prefirió volver a los Estados Unidos y seguir su trabajo como
activista, el cual compaginaba con sus facetas artísticas.

Cuando EEUU entró en la Segunda Guerra Mundial Paul ya
contaba con 41 años de edad, pero quiso colaborar con el ejército de su país
realizando programas de radio, televisión y espectáculos teatrales con los que
animar a la población norteamericana. A pesar de toda su entrega, una vez
finalizado el conflicto bélico fue señalado por muchos como un elemento
subversivo y antiamericano, debido a su activismo político en favor de los
afroamericanos y su afiliación al Partido
Comunista estadounidense
.

Comenzó a aparecer en las listas negras y fue requerida su
presencia ante el Comité de Actividades
Antiamericanas
, comenzando ahí su declive y persecución. Dejó de ser
contratado en el cine, sus conciertos cancelados (solía dar cerca de un
centenar al año) y su rastro como personaje popular se fue poco a poco
borrando.

Desapareció todo rastro de él en los almanaques donde
aparecían los deportistas emblemáticos (hasta la fecha Paul Robeson había
salido cada año), tampoco su nombre salía en los listados de actores e incluso
en el cartel de películas en las que había intervenido (las cuales dejaron de exhibirse
en los cines), ninguno de sus discos sonaba en la radio y de la noche a la
mañana desapareció todo rastro público de él… pasó a ser un completo
desconocido para sus compatriotas.

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Al mismo tiempo recibía menciones y premios en los países del
bloque soviético (entre ellos el prestigioso Premio Stalin de la Paz en 1952
que era el equivalente al Nobel en el bloque comunista). Pero todos esos
reconocimientos los vivió desde la distancia, debido a que no pudo salir de
Estados Unidos a lo largo de una década, ya que le fue retirado el pasaporte en
1949 y hasta 1958 (con el fin del ‘macartismo’).

Los siguientes 18 años (hasta que falleció en 1976) los pasó
como activista, viajando por el mundo y dando conferencias, pero ya no volvió a
estar en lo más alto de su carrera artística que se había diluido por completo.

No fue hasta después de su fallecimiento cuando comenzaron a
llegarle los reconocimientos importantes (monumentos, su nombre a varias calles
y edificios, sellos conmemorativos…) pero cuando realmente ha empezado a ser
(nuevamente) reconocido ha sido en los últimos meses gracias a la
universalización de las redes sociales.

Fuentes de consulta e imágenes: theguardian
/ canaltcm
/ biography
/ independent
/ cpsr.cs.uchicago
/ smithsonianmag
/ Wikimedia
commons
/ usnationalarchives
(Flickr)

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