Probablemente muchos seréis los que, en vuestros años de
juventud, leísteis la conmovedora novela ‘Oliver
Twist’, de Charles Dickens, protagonizada
por un pequeño huérfano que tiene que
buscarse la vida para sobrevivir, las pasa
realmente canutas, y acaba metido en el sórdido mundo de la delincuencia
en la Inglaterra
Victoriana bajo las órdenes del inquietante ‘Fagin’ un avaro y despreciable personaje conocido por ser un ‘kidsman’ (término utilizado en el mundo
anglosajón para referirse de aquel que se dedica a recluta a niños con el fin
de que delincan para él).
Aunque inicialmente Dickens escribió y publicó la novela
por entregas (muy típico en la mayoría de obras del siglo XIX) entre febrero de
1837 y abril de 1839, posteriormente se convirtió en uno de los libros de
referencia de la literatura inglesa y el primero en el que tenía como
protagonista absoluto a un niño.
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A pesar de su papel secundario dentro de la trama, el
personaje de Fagin es uno de los más conocidos de la novela y, tal y como
apuntan un gran número de fuentes, Charles Dickens se inspiró en la creación de
dicho individuo leyendo en los periódicos de principios de la década de 1830 la
épica vida de Isaac Solomon, más
conocido como Ikey (algunas fuentes
ponen su apellido con una ese final: Solomons), un delincuente que llegó a
hacerse inmensamente célebre gracias a las fugas que protagonizó tras ser
encarcelado y al juicio mediático (para la época) del que hablaban todos los
días en los diarios londinenses.
Muchas y abismales son las diferencias que hay entre la
personalidad que le dio Dickens a Fagin y realmente cómo era Ikey Solomon,
quien en su larga carrera como criminal no reclutó en ningún momento a niños
para que delinquieran para él. Aun y así, el escritor parece ser que declaro en
cierta ocasión que se inspiró en él.
Al igual que Ikey, Dickens indicó en sus entregas por
capítulos que Fagin era judío siendo éste un detalle para que se acusase al
escritor de antisemita y motivo por el que desaparecieron la mayoría de las
referencias a esta religión cuando se publicó posteriormente el libro.
Al contrario que el personaje literario (que destacaba por
su avaricia y maltrato hacia los pequeños delincuentes que tenía como esbirros)
Solomon se hizo muy popular gracias a las diferentes fugas que protagonizó,
tanto cuando fue encarcelado en una prisión, expatriado o encerrado en una
cárcel flotante, además de saber ingeniárselas para que, una vez apresado, le
rebajasen la condena o las multas fueran irrisorias.
Aunque tuvo una etapa como ladrón de poca monta, que se
movía por los suburbios londinenses, una de las actividades delictivas que más
beneficio proporcionó a Ikey Solomon fue la pequeña joyería que montó junto a
su mujer y su suegro y en la que, a través del servicio que prestaban como casa
de empeños, se hizo con un gran número de objetos valiosos que compraba a bajo
precio a los delincuentes de la ciudad.
Cada vez que era apresado y protagonizaba una fuga acababa
huyendo hacia el extranjero, así pues hay constancia de su paso por Estados
Unidos (concretamente por Nueva York) durante el verano de 1827, coincidiendo
con la época en la que su esposa Hannah era detenida y deportada a la isla de Tasmania (por aquel entonces conocida como ‘Tierra de Van Diemen’)
perteneciente a Australia y que, como otras muchas colonias pertenecientes a la
Corona Británica, era repoblada con delincuentes y proscritos (colonia penal).
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Solomon viajó hasta Tasmania para reunirse con su mujer y,
al ser un lugar donde no existía ninguna orden de arresto contra él, decidió
quedarse a vivir en Hobartown (la capital) donde montó un pequeño
negocio local. Parecía que quedaba atrás los años como delincuente de Ikey,
pero en noviembre de 1829 llegó una orden de busca y captura y fue extraditado
a Londres, donde se le esperaba para ser juzgado y ahí es cuando comenzaría la
prensa a hablar de él y Charles Dickens conocería su historia para inspirarse,
supuestamente, a la hora de crear unos años más tarde a su pérfido personaje de
Fagin.
Tras ser juzgado y condenado a cuatro años, se le envió de
vuelta a Tasmania donde cumplió la condena y una vez libre se convirtió en un
ciudadano colaborador de las autoridades locales y decidió quedarse a vivir
para el resto de sus días en la isla, aunque lo hizo en la población de New Norfolk, debido a que se había
separado de su esposa y ninguno de sus cuatro hijos quisieron saber nada de él
(posiblemente por su colaboración con la autoridad).
Fuentes de consulta: Australian
Dictionary of Biography / mentalfloss
/ smh
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