El congresista estadounidense que en 1894 fue denunciado por su joven amante por seducirla e incumplir su promesa de matrimonio

Numerosísimos son los casos en los que, a lo largo de la
Historia, hombres maduros, de importante estatus social y económico, han cortejado
a mujeres mucho más jóvenes que ellos, convertido en sus amantes, les han hecho
falsas promesas de matrimonio y,
posteriormente, tras varios años de relación, las han abandonado por otras.

Algo que según la época, lugar e importancia social del
hombre ha sido visto como algo natural y en el que las mujeres han tenido todas
las de perder, sin poder reclamar por el incumplimiento de promesas debido a
que acababan siendo señaladas y apartadas por la puritana sociedad.

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Pero, en 1894, se dio un caso excepcional en Estados Unidos,
cuando una joven de 27 años de edad, llamada Madeline Pollard, decidió denunciar ante un tribunal de Washington
DC, por incumplimiento de una promesa de matrimonio, a William Campbell Preston Breckinridge, un congresista (30 años
mayor que ella) con el que había mantenido una relación sentimental a lo largo
de una década y que, sin darle explicaciones se había casado secretamente con
otra mujer. Lo asombroso del asunto es que Madeline ganó el juicio, fue
indemnizada con 15.000 dólares (una fortuna para aquella época) y acabó con la
carrera política de su amante (quien aspiraba a llegar a ser candidato
presidencial en un futuro).

Todo comenzó el 1 de abril de 1884, cuando en el mismo vagón
de un tren viajaba el entonces abogado William CP Breckinridge, de 47 años de edad, y Madeline Pollard,
una adolescente de 17 años que se dirigía
al instituto de señoritas en el que estudiaba. Entablaron una conversación y al
llegar a su destino, Breckinridge le facilitó su tarjeta de visita a la
muchacha por si en alguna ocasión necesitaba algo de él. Mes después recibiría
una carta de la joven en la que le pedía consejo para saber cómo podía hacer
frente a una deuda que había contraído tras pagar la matrícula de centro
educativo en el que se encontraba.

El maduro abogado se interesó por el caso de la muchacha
(quien era huérfana) y tras verse en un par de ocasiones para hablar del asunto
se ofreció a pagarle la deuda y sus posteriores estudios. Fue a partir de ahí
en el que empezaron una relación
sentimental
en la que Breckinridge
convirtió a Madeline en su amante y mantenida
.

Él llevaba varios años casados, tenía dos hijos fruto de su
matrimonio (Sophonisba de 18 años y Desha de 17) y aquel mismo año (1884) sería
elegido como miembro del Congreso de los
EEUU
, en representación del Estado de Kentucky, por el Partido Demócrata.
Esa posición familiar y profesional le impedía dejar a su esposa y convivir con
su joven amante.

La muchacha, que se enamoró perdidamente de William, suspiraba
que algún día podrían acabar unidos legalmente, algo que él no le negaba y
parecía darle esperanzas.

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Fue pasando el tiempo y en cuestión de nueve años ella quedó embarazada en tres ocasiones.
La primera en 1885, un año después de iniciar la relación, pero el hijo que
alumbró fue dado en adopción, aconsejado por el político, quien no podía
permitir que se asociara su nombre con un hijo ilegítimo. El segundo, en 1888, también
fue entregado pero falleció tan solo dos meses después de nacer.

El tercer embarazo de Madeline tuvo lugar en 1893. Daba la
casualidad que en julio del año anterior la esposa de William había fallecido y
éste había prometido a su amante que se casaría con ella. Fijaron fecha para la
boda, que se celebraría el 31 de mayo de 1893 y mientras estaban con los preparativos
fue cuando ella quedó embarazada de nuevo. Esto le sirvió de excusa para que,
el ya prometido, le dijese que debían posponer el enlace unos meses, hasta que
ella diese a luz.

Pero en realidad aprovechó
para casarse en secreto con otra mujer
el 29 de abril de aquel mismo año.
Se trataba de Louise Scott Wing, que, además, era prima del político.

Madeline Pollard, a consecuencia del disgusto que tuvo tras,
enterarse del engaño y traición que le había hecho William CP Breckinridge,
sufrió un aborto involuntario y llena de ira se presentó en un juzgado de
Washington DC donde interpuso una demanda
por incumplimiento de promesa de matrimonio
.

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El juicio tuvo lugar entre el 8 de marzo y el 14 de abril de
1894, convirtiéndose el caso en un asunto que fue aprovechado por la prensa sensacionalista de la época que
se dividió en dos bandos: quienes defendían al congresista tachando de buscona
y aprovechada a Madeline y quienes se posicionaron del lado de esta, señalando
al político como lujurioso y hombre de poco fiar.

Madeline detalló frente al tribunal (y un jurado formado por
12 hombres, ya que no se permitía a las mujeres formar parte del mismo) con
todo tipo de detalles cómo había sido los casi diez años en los que mantuvo una
relación sentimental y sexual con el congresista. Explicó dónde y cuándo se
produjeron sus encuentros, habló de sus embarazos y de la promesa que su amante
le hizo, tras fallecer su esposa, en la que se comprometía a casarse con ella,
dar los apellidos al hijo que esperaba (y perdió por el disgusto) y que después
incumplió.

En varias de las sesiones del juicio, el juez del tribunal
hizo salir a las mujeres presentes entre el público para que no se
escandalizaran por lo que allí se relataba.

Finalmente y de forma sorprendente el jurado dio la razón a Madeline
Pollard, condenando el tribunal a William CP Breckinridge a indemnizarla con 15.000 dólares (que
era el equivalente al sueldo anual de un congresista durante tres años).

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En 1895, un año después de celebrarse el juicio, hubo
elecciones para elegir los miembros del Congreso y Breckinridge no consiguió
ser escogido (llevaba en el cargo tres legislaturas), abandonando la política. Por
su parte Madeline se trasladó a vivir a Londres, donde empezó una nueva vida.

Fuentes de consulta e imágenes: enciclopedia
/ ranker
/ nytimes
/ Library
of Congress

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