La isla escocesa que estuvo en cuarentena medio siglos tras ser contaminada por el gobierno británico con experimentos biológicos

Frente a la costa noroeste de Escocia se
encuentra ‘Gruinard Island’, una pequeña
isla (sus dimensiones son de dos kilómetros de largo por uno de ancho) que en
1942, durante la Segunda Guerra Mundial,
fue el lugar escogido por el gobierno británico (encabezado por el Primer
Ministro Winston Churchill) para ser
el escenario natural en el que llevar a cabo unos experimentos biológicos antes
de poner en marcha la que bautizaron como
‘Operación vegetariana’ y con la que pretendían
acabar con la vida de millones de ciudadanos civiles de la Alemania del
Tercer Reich
, como represalia a los bombardeos que había sufrido el Reino
Unido, entre septiembre de 1940 y mayo de 1941.

La ‘Operación
vegetariana’
consistiría en confeccionar cantidades ingentes (algunas
fuentes apuntan a cinco millones de unidades) de una especie de pienso compuesto para consumo animal
realizado a partir de semillas de linaza y que estaría contaminado con esporas
de ‘ántrax’
(bacteria altamente contagiosa y mortal). El mencionado pienso debía
ser diseminado por los prados de toda Alemania con el fin de que fuese ingerido
por el ganado que, posteriormente, sus carnes serían utilizadas para el consumo
humano, provocando que miles de personas enfermaran y muriesen.

Antes de poner en marcha la operación
debían ser probadas aquellas bombas bacteriológicas y se escogió la pequeña y
desierta isla de Gruinard, la cual permanecía sin población humana desde la
década de 1920 y en la que se había trasladado varias decenas de ovejas, con
las que se experimentaría.

A pesar del abandono, la isla pertenecía
a un propietario particular, a quien el gobierno británico se la expropió en
1942 con la condición de que, una vez finalizada la IIGM, existiría la
posibilidad de recuperar la propiedad de la misma pero, mientras tanto, aquellos
terrenos serían utilizados por el ejército para efectuar pruebas militares (experimentos
secretos bacteriológicos).

Pero la experimentación en la isla de Gruinard
no se realizó a base del  pienso
compuesto de linaza y contaminado para dárselo de comer a las ovejas allí
llevadas, sino directamente detonando una serie de bombas que contenían esporas de ántrax con las cepas
conocidas como ‘Vollum 14578’ cuya
virulencia era altamente letal y así podrían determinar su efectividad en un
reducido tiempo.

Se contó con un equipo de expertos en
diferentes campos formado por una cincuentena de personas que estaban bajo el
mando y supervisión del prestigioso científico Oliver Graham Sutton (meteorólogo y matemático galés de gran
reputación) y que sería quien coordinaría toda la acción en Gruinard. Lo
acompañaban en dicha operación bacteriológica el microbiólogo escocés, David Willis Wilson Henderson, el
patólogo y microbiólogo británico, Paul
Gordon Fildes
o el profesor de bacteriología en la Universidad de Oxford, el
canadiense Roy Lars Vollum (quien suministró
las cepas de ántrax, motivo por el que estas llevaban su apellido).

La detonación de bombas con ántrax se
realizó en el invierno de 1942 en la isla de Gruinard, acabando con la vida de
la totalidad de ovejas que hasta allí habían sido llevadas. Ante el macabro
éxito del experimento y tras ser aconsejado por todos sus expertos, Winston Churchill decidió dejar la ‘Operación
vegetariana’ en ‘stand-by’
, a la espera de los siguientes acontecimientos
en la IIGM y ver si Hitler volvía a atacar territorio del Reino Unido (se tenía
la sospecha de que entre los planes nazis estaba el lanzar ántrax sobre la
población británica, si esto se confirmaba se reanudaría la operación).

Por tal motivo la isla de Gruinard quedó
desmantelada, abandonada por el gobierno británico y puesta en cuarentena.
Nadie podría acceder a la isla ante el peligro mortal que ello representaba.

Pero era tan poca la distancia que
existía entre Gruinard y otras islas de su alrededor (apenas un kilómetro) que,
debido a un fuerte temporal, algunas de las ovejas muertas por ántrax acabaron
siendo arrastradas hasta la otra orilla, contaminando el ganado y animales en
general de la zona (se calcula que fallecieron alrededor de un centenar). Este
fue un caso clasificado por el gobierno británico y se brindó para que no se
conociera nada sobre el asunto.

A lo largo de casi medio siglo la isla de Gruinard se mantuvo en cuarentena, sin
que ninguno de los gobiernos posteriores hiciera nada para limpiar y
desinfectar aquella área.

Cuando se hizo fue gracias a una
iniciativa particular llevada a cabo por un grupo de ciudadanos escoceses denominados
‘Dark Harvest Commando’ y que, a
partir de 1981, comenzó a presionar al gobierno británico para que procediera a
la limpieza y desinfección de la isla de Gruinard bajo amenaza de repartir
algunos paquetes conteniendo tierra contaminada de la isla en diferentes
edificios gubernamentales.

La amenaza no surgió efecto, por lo que
los miembros del ‘Dark Harvest Commando’ en ‘Porton Down’, las instalaciones en las que, durante la IIGM, se
desarrollaron las bombas de ántrax detonadas en Gruinard. También se dejó otro
paquete en la población de Blackpool (al noroeste de Inglaterra) donde el
Partido Conservador (de la entonces Primera Ministra Margaret Thatcher) realizaba una convención. Posteriormente se supo
que este último paquete no contenía tierra contaminada.

No fue hasta 1986 cuando el gobierno
británico entró en razón y decidió iniciar los trabajos de descontaminación de
la isla de Gruinard, los cuales duraron hasta 1990, año en el que se declaró
oficialmente, el 24 de abril, que la isla estaba limpia de cualquier rastro de ántrax,
dejaba de estar en cuarentena y se
revendió, una semana después, a los herederos del antiguo propietario por el
simbólico precio de 500 libras esterlinas.

Fuentes de consulta e imagen: thevintagenews
/ bbc / atlasobscura / sciencedirect
/ Getty Images

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