El ama de casa soviética que resultó ser una antigua verdugo a las órdenes de los nazis

Depende de la crónica o fuente que se consulta, hay diferentes versiones y divergencias
sobre lo que hizo Antonina Makarova durante
la Segunda Guerra Mundial
(concretamente entre los años 1942 y 1943).

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Unos historiadores señalan que fue una cruel verdugo que no tuvo compasión alguna y se calcula que llegó a ejecutar a 1.500 personas rusas,
la inmensa mayoría civiles, matando incluso a familias enteras sin
remordimiento alguno.

Otros investigadores opinan que Antonina Makarova fue una víctima más de la guerra y que los
crímenes que se le adjudican (hay quien dice que no llegan a las doscientas
personas) fueron cometidos tras haber sido obligada por los nazis que la habían
reclutado a la fuerza.

Antonina nació en 1921 en una pequeña aldea rusa y siendo
una adolescente fue enviada a estudiar a Moscú, donde se unió al Ejército Rojo como enfermera tras el estallido de la IIGM.

Tenía un carácter afable que le ayudó a hacer numerosos
amigos entre los soldados a los que atendía en la enfermería y éstos le enseñaron
a manejar la ametralladora, cogiendo tal práctica que, poco después, muchos
eran quienes la llamaban ‘Tonka, la
ametralladora’
.

En junio de 1941 Hitler dio orden de poner en marcha la ‘Operación Barbarroja’, la cual
consistía en invadir la Unión Soviética y fue aquel otoño cuando los nazis
llegaron a las inmediaciones del lugar donde estaba el campamento en el que se
encontraba Antonina.

La muchacha pudo huir de allí y salvar su vida del ataque
alemán, yendo a esconderse en un bosque cercano, el cual recorrió y fue a parar
a una pequeño pueblo, donde una aldeana le dio cobijo en su casa.

Según relatan algunas fuentes, la joven parece ser que
mantuvo relaciones sexuales con algunos hombres de aquel lugar, algo que motivó
que la mujer que le había dado amparo la echara de allí y tras varios días caminando,
en enero de 1942, llegó hasta Lokot,
una población rusa que en aquellos
momentos estaba bajo control de Tercer Reich
.

Antonina Makarova fue apresada por las autoridades locales,
quienes estaban al servicio de los nazis y no se sabe por qué pero no fue
ejecutada como otros tantos en su situación. Todo lo contrario, fue reclutada para colaborar como verdugo
y a lo largo del siguiente año y medio se
encargó de ejecutar diariamente
a todos aquellos prisioneros soviéticos que
eran llevados hasta allí (judíos, partisanos, soldados soviéticos).

Hay quien apunta que la llegada de Tonka hasta el ocupado Lokot
y ofrecer sus servicios como ejecutora fue planeado por ella misma, tras enterarse
que en aquel lugar vivían muy bien los ‘colaboracionistas’
y, por tal motivo, se convirtió en la cruel
verdugo
que acabo siendo.

En el verano de 1943 se
contagió de sífilis
(debido a su promiscuidad) y fue enviada al hospital,
lugar en el que se encontraba ingresada cuando Lokot fue liberada por el
Ejército Soviético y ella pudo salir de allí sin que existiera ninguna sospecha
sobre ella y los crímenes que había cometido (entre 200 y 1.500, dependiendo la
fuente, muchos de ellos niños, mujeres y ancianos).

Poco más se supo de ella en los siguientes años. Se casó en
1945, tras finalizar la IIGM, con un veterano de guerra llamado Viktor Ginsburg
(adoptando el apellido de éste y llamándose a partir de entonces Antonina Ginsburg).

Tuvieron dos hijas y vivió tranquilamente como ama de casa, en la
población bielorrusa de Lépiel, las siguientes tres décadas (su familia desconocía su pasado criminal)
hasta que miembros de la KGB dieron con ella, tras recibir una información por
parte de un oficial del ejército soviético que estaba indirectamente
relacionado por la rama paterna.

Antonina fue detenida, juzgada y sentenciada a la pena de
muerte por fusilamiento, siendo ejecutada el 11 de agosto de 1978, a los 57
años de edad.

Fuentes de consulta: pravdareport / persona.rin.ru
/ tvzvezda
/ executedtoday
/ Briansk / rt.com
/ Wikipedia

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