El cadáver del papa que fue desenterrado para ser juzgado por perjurio

Durante un largo periodo de la Historia la elección de un
nuevo papa no solía realizarse a través de la reunión a puerta cerrada de
cardenales, conocida como ‘cónclave’, sino que solía ser una
elección que se hacía por cuestiones políticas, tratos comerciales e incluso
mediante alguna treta con la que hacer saltar del puesto al pontífice que en
aquel momento ocupaba el cargo y sustituirlo por otro afín a unas ideas o
intereses.

Ese periodo que fue
bautizado como ‘saeculum obscurum’ (edad oscura) y en
el que en poco más de 150 años
(del 880 al 1046) desfilaron por el ‘trono de San Pedro’ un total de 48 papas
.

A partir de la
segunda mitad del siglo IX, tras el fin
del Imperio carolingio
y múltiples batallas por hacerse con el poder, de
diferentes reyes, hacia lo que posteriormente sería el Sacro Imperio Romano Germánico, la figura papal fue determinante y,
según la conveniencia del monarca de turno (o aspirante al trono) se iba
colocando un pontífice u otro. En aquel siniestro periodo hubo quien no ocupó
el cargo de papa más allá de un par de semanas, siendo muchísimos los que
fallecieron tras ser asesinados (normalmente envenenados).

En el año 891 fue escogido
como Santo Pontífice a Formoso
, un religioso italiano de larga trayectoria y
quien había realizado varias décadas atrás una importante misión evangelizadora
en Bulgaria, Constantinopla y Francia, pero que unos años antes (877) se había
visto mezclado en la cuestión de apoyar a uno de los bandos enfrentados por
conseguir la corona de Italia (Arnulfo
de Carantania
) en contra del candidato (Carlos II de Francia ‘el Calvo’) apoyado por el entonces papa Juan VIII.

Juan VIII (quien estuvo en el cargo hasta el año 882) no perdonó la deslealtad de Formoso,
por lo que decidió excomulgarlo y
expulsarlo de la diócesis romana
. Tras este papa otros tres pasaron por el
Trono de San Pedro y en el 891, para sorpresa de muchos, el escogido (a dedo)
fue Formoso, quien se mantuvo al frente de la Iglesia Católica cinco años,
hasta el 4 de abril del 896, fecha en la que falleció a los 80 años de edad
(parece ser que por causas naturales).

Su sucesor al pontificado fue Bonifacio VI, quien tan solo lo ocupó durante quince días tras su
repentino fallecimiento (algunos historiadores indican que fue debido a un
ataque de gota y otros señalan que fue envenenado).

Tras Bonifacio VI el escogido para ser papa fue Esteban VI y bajo sus primeros meses de
papado coincidió con la marcha (por motivos de salud) del rey Arnulfo de
Carantania, algo que aprovechó el pontífice (que era contrario a este monarca) para convocar un sínodo con el que hacer un
juicio póstumo al papa Formoso
, debido a que defendía que éste había accedido
al papado de forma ilegal (ya que Juan VIII lo había excomulgado años antes) y que
lo hizo gracias al apoyo que dio al rey Arnulfo.

El ‘Sínodo del
Cadáver’
(también denominado como ‘Concilio
Cadavérico’
) tuvo lugar en la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, en
enero de 897, nueve meses después del fallecimiento del papa Formoso, ordenándose
la exhumación del cadáver con el fin de que estuviese presente en el juicio
póstumo.

Esteban VI presidió el tribunal que juzgaba al papa difunto
y como representante de Formoso (cuyos restos
cadavéricos y putrefactos
habían sentado en un trono, ataviado con las
ropas papales) actuó un diácono que hablaba en nombre de éste.

Se formularon una serie de cargos contra Formoso, siendo acusado de perjurio y traición y siendo
declarado culpable.

Se le condenó a perder la condición de papa y anular aquellas
medidas tomadas durante sus cinco años de papado, entre ellas todas las
bendiciones realizadas. Por tal motivo se le amputó al difunto tres dedos de su
mano derecha (el pulgar, índice y corazón) utilizados durante las
consagraciones. También se le despojó de las vestiduras papales que llevaba y
los restos del cadáver se llevaron a una tumba de un cementerio común, en donde
se enterraban a personas desconocidas y extranjeros.

Pero el papado de Esteban VI solo duraría siete meses más y
en agosto de 897 sería apresado y encarcelado (lo siendo ejecutado en octubre)
sustituyéndolo un papa llamado Romano, que sería depuesto en noviembre de ese
mismo año y éste a su vez fue sustituido por Teodoro II, quien tuvo un papado de tan solo 20 días en los que
aprovechó para convocar otro sínodo con el que se rehabilitó el pontificado de
Formoso, todas su decisiones papales y se ordenó devolver los restos mortales a
la Basílica de San Pedro, algo que fue terminado por Juan IX (quien sustituyó
al breve Teodoro II).

Curiosamente esa no fue la última vez que el cadáver de
Formoso sería movido y juzgado, debido a que, en el año 904, sería nombrado
papa Sergio III, quien volvería a invalidar todas las decisiones tomadas
bajo el sínodo de Teodoro II y Juan IX
y ordenaría que los restos de
Formoso fuesen lanzados al río Tiber.

A partir de aquí hay algunos datos contradictorios en los que
unos historiadores dicen que los restos fueron lanzados y recuperados por un
pescador que los mantuvo escondidos y otros opinan que directamente se
escondieron (haciendo caso omiso a la orden del papa). Lo que sí se sabe es que
tiempo después (ya fallecido Sergio III) se volvería a restituir al papa
Formoso y sus restos (o lo que quedase del mismo) serían trasladados
definitivamente al Vaticano, donde reposan desde entonces.

Fuente de la imagen: Wikimedia
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