La primera mujer en cruzar nadando el Canal de la Mancha y lo hizo en menos tiempo que los hombres

Los últimos años del siglo XIX y las primeras décadas del XX
fueron determinantes para que numerosas
mujeres destacasen en diferentes áreas
(profesionales, sociales, políticas,
deportivas…), creándose infinidad de grupos
feministas y pro-sufragistas con el fin de acabar con la distinción de géneros
.

Ello llevó a que muchos fuesen los nombres de mujeres que
destacaron en aquella época, realizando cosas que, hasta entonces, no se les
había permitido hacer. Desafortunadamente, con el paso del tiempo muchas de ellas han quedado en el olvido
y no aparecen en la mayoría de libros de Historia.

Gertrude Ederle
fue una de ellas. Se convirtió en inmensamente popular durante las décadas de
1920 y 1930, pero en la siguiente quedó en el olvido y apenas se ha publicado
sobre sus gestas (que son numerosas y extraordinarias), siendo prácticamente una
desconocida en la actualidad.

Nació en Nueva York en 1906 y pertenecía a una familia de
clase trabajadora (eran seis hermanos). Sus progenitores eran inmigrantes
alemanes y con el tiempo el padre consiguió abrir una carnicería en Manhattan,
con la que sacó a su numerosa familia, prosperando con los años.

Según relatan algunos cronistas, de pequeña Gertrude cayó en
un lago, durante un viaje familiar. No sabía nadar y tuvo que ser rescatada. Al
contrario de otros niños y niñas que pasan por lo mismo, decidió no cogerle
miedo al agua y pidió a sus padres que la enseñaran a nadar, demostrando tener
muy buenas habilidades y con los años acabó siendo admitida en la ‘Women’s Swimming Association’ (club en
el que entrenaban los nadadores profesionales).

Durante su adolescencia ganó numerosas competiciones, tanto
locales como nacionales, siendo seleccionada,
a los 18 años de edad, para participar
en los Juegos Olímpicos de 1924
que se celebraron en París donde ganó una medalla de oro, dos de bronce y,
además, batió un récord
. Como dato curioso, en esos mimos JJOO otro de los
participantes del equipo estadounidense de natación (en modalidad masculina)
fue Johnny Weissmüller, quien
ganaría también varias medallas y se haría inmensamente famoso poco después
como actor, al protagonizar la saga de películas de ‘Tarzán’.

Pero Gertrude Ederle
tenía una muy personal y particular forma de entrenar
para ser la mejor,
algo que le costó alguna que otra disputa con sus entrenadores. Entre otras
cosas, se dio cuenta que nadaba mejor y mucho más rápida con un traje de baño
que no le cubriese desde el cuello hasta los tobillos, por lo que lo puso en
conocimiento de sus superiores en el club de natación, con el fin de que le
permitieran llevar en traje de baño más corto. Esto provocó varios quebraderos
de cabeza y discusiones, ya que no estaba permitido, pero finalmente se salió
con la suya al demostrar que era mucho más rápida con menos tela. Se le
permitió (a regañadientes) pero con la condición de que debía llevar un
albornoz antes de cada competición, tan solo se lo podía quitar en el momento
de ir a lanzarse a la piscina y volvérselo a poner rápidamente nada más salir
del agua.

Dos años después de los JJOO de París, llegó el momento
cumbre en la carrera de Gertrude, protagonizando una hazaña que la llevaría a
ser inmensamente famosa y por la que sería conocida como la ‘Reina de las olas’ (Queen of the
waves).

El verano de 1926, Trudy
(como familiarmente era conocida) realizó una gesta que tan solo cinco hombres habían
conseguido hasta aquel momento y, además, lo hizo batiendo un doble récord: ser
la primera mujer en realizarlo y en un menor tiempo que sus predecesores. Tal
hazaña fue cruzar nadando el Canal de la
Mancha
.

Se entrenó a fondo y concienzudamente, poniendo en práctica
las más avanzadas técnicas.

Por ejemplo, no usó unas gafas de natación convencionales
(de las que solo cubren el hueco ocular) sino que llevó puestas unas de
motoristas, que le daban una mayor amplitud de visión. Estas iban ajustadas al
máximo y, además, con un pegamento especial, que las adhería totalmente al
rostro, haciendo que no le entrase ni una gota de agua de mar en los ojos.

También usó grasa para embadurnar y untar todo su cuerpo.
Gracias a ello podría mantener su temperatura corporal y no acabar cogiendo una
hipotermia.

Aquella era la segunda ocasión en el que lo intentaba. Un
año antes (el 18 de agosto de 1925), a mitad del recorrido, su entrenador (que
la iba siguiendo desde un bote) creyó que a Trudy le estaban fallando las
fuerzas y decidió sacarla precipitadamente del agua; algo que provocó una
fuerte discusión entre ambos, debido a que ella estaba en plena forma y
convencida de que poder lograrlo.

Cruzó el Canal de la Mancha, el 6 de agosto de 1926, bajo la
preparación de un nuevo entrenador (Bill
Burgess
, quien ya había realizado tal gesta quince años antes) partiendo del cabo Gris Nez, en la costa
francesa, rumbo a Kingsdown (Inglaterra)
. Eran 34 kilómetros que debía realizar
en menos de 16 horas y 33 minutos, tiempo que había tardado el nadador
argentino Enrique Tiraboschi en
completar el recorrido tres años antes (el 13 de agosto de 1923).

Gertrude Ederle no solo consiguió la hazaña, sino que batió el récord de su antecesor,
bajando el tiempo de recorrido dos horas (tardó 14 horas y 34 minutos). La
marca de Trudy no volvería a ser superada hasta dos décadas después.

A su regreso a los Estados Unidos, Gertrude fue recibida
como una auténtica heroína, realizándose un multitudinario desfile por las calles de Nueva York, convirtiéndose
en una de las celebridades de la época y siendo invitada a todo tipo de
eventos, espectáculos y programas radiofónicos, siendo la protagonista
absoluta.

Durante los siguientes años siguió compitiendo (aunque
dedicó más tiempo a la vida social que a la deportiva), hasta que en 1933
sufrió una caída por unas escaleras que dañó su espalda y que la mantuvo mucho
tiempo alejada del agua. Pero sería en la década de 1940 cuando realmente
abandonaría definitivamente la natación, tras padecer graves problemas auditivos
(parece ser que por un sarampión que sufrió siendo niña) y que el agua de todos
aquellos años habían agravado.

Gertrude falleció en 2003 a los 97 años de edad y aunque se
mantuvo alejada del foco mediático durante más de medio siglo, siguió acudiendo
ocasionalmente a algunos eventos deportivos que se realizaban en su honor.

A pesar de todo ello, su nombre sigue siendo desconocido
para una inmensa mayoría de personas.

Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons

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