Cuando Kennedy planeó derrocar al presidente de Brasil para acabar con las políticas sociales e izquierdistas que realizaba

Durante el último siglo no ha importado quién haya estado presidiendo
los Estados Unidos que todos y cada uno de los máximos mandatarios de este país,
sin importar al partido que representaban, han tenido un mismo enemigo: el comunismo.

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A pesar de que durante un tiempo (el que duró la Segunda Guerra Mundial) tuvieron que
contar con el apoyo y alianza del
comunismo soviético para luchar contra el nazismo
, una vez terminado el
conflicto militar se inició la Guerra
Fría
que enfrentó a los dos bloques (capitaneados por estadounidenses y
soviéticos) y una de las mayores preocupaciones de los norteamericanos fue la
cada vez mayor implantación de gobiernos comunistas en varios países del
planeta.

Por tal motivo se idearon varios planes para frenar la
expansión izquierdista a partir de la década de 1950. Dwight D. Eisenhower fue uno que más empeño puso en ello. A través
de su vicepresidente, Richard Nixon,
puso en marcha la conocida como ‘Operación
40’
, con la que miembros de la CIA
organizarían todo lo necesario para derrocar
(o al menos intentarlo) aquellos gobiernos
de países que no fuesen afines con los intereses políticos de EEUU
.

John F. Kennedy (sucesor
de Eisenhower a partir de 1961) siguió manteniendo los mencionados planes y,
además, de la famosa invasión de Bahía Cochinos
de Cuba
(en abril de aquel mismo año) dos años después se interesó por cómo
estaban las cosas en Brasil, con el objetivo de plantearse algún tipo de
intervención política o militar.

El 7 de octubre de 1963 (un mes y medio antes de ser
asesinado en Dallas) Kennedy se reunió en la Casa Blanca con Lincoln Gordon, embajador estadounidense en
Brasil
, y a quién preguntó por la situación en el país sudamericano y si el
diplomático creía que sería aconsejable realizar una intervención militar.

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El motivo de dicha pregunta era el radical cambio de rumbo
ideológico que había hecho en las últimas semanas el presidente brasileño João Goulart, quien había empezado a aplicar una serie de medidas sociales en el país
con las que mejorar la vida de la clase trabajadora y los más desprotegidos.

Desde que había llegado al poder, el 7 de septiembre de 1961, João Goulart había estado controlado por el Congreso de su país, además de estar bajo la atenta mirada de los mandos militares brasileños, quienes mandaban desde la sombra. Durante los dos siguientes años, el mandatario brasileño tuvo una cordial relación y cooperación con la administración estadounidense.

Pero, en 1963, el presidente brasileño decidió realizar una serie de cambios legislativos que lo facultaban para llevar a él las riendas de la nación y así poder aplicar aquellas políticas del partido al que representaba (Partido Trabalhista Brasileiro, de ideología socialdemócrata).

Pero lo que encendió las alarmas estadounidenses fue el
acercamiento que, paulatinamente, fue realizando Goulart hacia los países que
conformaban el Pacto de Varsovia
(liderados por la Unión Soviética).

Estados Unidos temía que otros países de América Latina
comenzaran a imitar el modelo cubano y se iniciaran revoluciones comunistas por
todo el continente, pero peor sería si estos se convertían en naciones
izquierdistas de un modo democrático y a través de las urnas, tal y como estaba
pasando en Brasil, lo cual serviría como modelo a seguir de a otros líderes
políticos del centro y Sudamérica.

Por tal motivo debían poner freno a la expansión comunista
en América e intervenir, derrocando esos gobiernos.

No fue durante el poco tiempo de mandato que le quedó a
Kennedy (asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas), pero sí bajo el
mandato de su sucesor, Lyndon B. Johnson,
cuando el 31 de marzo de 1964 se produjo
en Brasil un golpe de Estado con el que se derrocó
el gobierno de João Goulart
(quien se exilió en Uruguay) y empezó una
dictadura militar de extrema derecha que duró dos décadas (hasta 1985).

Aunque los estadounidenses no figuran como quienes
realizaron el mencionado golpe de Estado, sí se sabe que éste contó con todo el
apoyo logístico y económico de EEUU a través de la denominada ‘Operación Condor’, fue el nombre que
recibió la ‘Operación 40’ tras el fallecimiento de Kennedy.

Fuentes de consulta e imágenes: arquivosdaditadura
/ A
ditadura envergonhada
/ jfklibrary

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