En el Estado de Utah (Estados Unidos) comenzó a utilizarse
la pena capital a partir de 1850. Inicialmente dos fueron las maneras con las
que ejecutaban a los condenados a muerte: mediante un pelotón de fusilamiento o la horca.
Una de las peculiaridades del sistema judicial de ese lugar era que dejaban al
convicto elegir la forma en que quería morir. Un año después (en 1851) de
introdujo una tercera opción: morir
decapitado, pero esta alternativa fue eliminada treinta y siete años
después tras no haber sido elegida ni una sola vez.
[Relacionado: El día que en EEUU se ejecutó por primera vez
con la cámara de gas]
En 1896 se quiso innovar con la forma de ajusticiar a los
condenados a muerte y se decidió utilizar lo que se consideraba un método revolucionario
y que ayudaría a morir mucho más rápidamente al reo. Lo que se pretendía era,
por causas humanitarias, ahorrar
sufrimiento a quien era ejecutado, algo que se contradecía con el deseo de los
ciudadanos que querían verlo agonizar, con el fin de que sufriera un castigo
severo por el crimen cometido.
Este método era una modernización de la horca y consistía en
que, en lugar de colocar al condenado sobre una trampilla del cadalso que se
abriera bajo sus pies y lo dejara suspendido en el aire, mientras la soga atada
al cuello lo estrangulaba, lo que se hacía era atar los pies del reo fuertemente
al suelo y sobre él una viga con una serie de poleas y una cuerda en la que
había un contrapeso, el verdugo tan solo debía desenganchar la cuerda. De esta forma al ejercerse dos fuerzas (una
sosteniendo desde los pies y la otra tirando desde el cuello –con el
contrapeso-) se lograría partir rápidamente las cervicales y el fallecimiento
sería inmediato.
[Relacionado: ¿Sabías que la guillotina se inventó por causas
humanitarias?]
La primera (y única) vez que se puso en práctica esta forma
de ejecutar fue el 7 de agosto de 1896. El condenado a muerte era Charles Thiede, un hombre que había
sido juzgado y encontrado culpable del asesinato de su esposa dos años antes,
quien había aparecido muerta junto a la puerta del salón que regentaba su
esposo y que presentaba dos profundos cortes en la garganta.
El propio Charles Thiede era quien había encontrado el
cuerpo sin vida de su esposa y quien avisó a las autoridades de Salt Lake City
(capital de Utah y población en la que vivían). Tras la investigación policial,
y a falta de otros sospechosos, se determinó que el asesinato lo había cometido
el propio marido de la víctima, quien era conocido por su carácter violento y
tenía graves problemas de alcoholismo.
Conocidos, entre los vecinos, habían sido los actos de
violencia y maltrato del señor Thiede hacia su mujer, por lo que el jurado no
dudó en encontrarlo culpable durante el juicio.
Y fue precisamente con Charles Thiede con quien se quiso
poner en práctica el nuevo método de ejecución (parece ser que a él no le
dejaron elegir la forma en que quería morir, sino que se le impuso para poder
probar cuanto antes el artilugio).
El problema es que este innovador método no resulto nada ‘humanitario’, al menos en esa
primera vez que se utilizó (y que se sepa la única en el Estado de Utah).
Resulta que cuando el verdugo soltó la cuerda, en cuyo uno de sus extremos se
encontraba el contrapeso que tiraría del cuello, este tirón no fue una sacudida
tal y como se esperaba y que partiera el cuello en dos (provocando la muerte
inmediata) sino que lo que hizo fue tirar fuertemente y estrangulándolo lentamente,
haciendo que la ejecución y fallecimiento del reo se alargara mucho más de lo
deseado, además de escuchar los estremecedores
quejidos de dolor de Charles Thiede. Los pocos testigos que estaban presentes
(ya que, afortunadamente, se realizó la ejecución de forma privada) fueron
testigos de uno de los momentos más
sobrecogedores de sus vidas.
[Relacionado: La ejecución de Robert François Damiens, una de
las más crueles de la Historia]
En los siguientes años ningún condenado escogió como forma
de ser ejecutado la horca, siendo fusilados. El siguiente ahorcamiento se
produjo en 1912, pero se realizó por el método tradicional. En 1955 se
introdujo la silla eléctrica como nueva forma de morir. El último ahorcamiento
se produjo en 1958 y en 1967 se prohibió la pena de muerte en el Estado de
Utah, reestableciéndose en 1973. En 1980 se introdujo la inyección letal,
anulándose la horca como método y en 2010 tuvo lugar la última ejecución
mediante fusilamiento (sigue en vigencia).
Fuentes de consulta e imágenes: signaturebookslibrary
/ executedtoday
/ bbc