El adolescente que fue decapitado por el Tercer Reich por repartir panfletos anti-nazis

La noche del 27 de octubre de 1942 en la prisión de
Plötzensee (Berlín) era ejecutado Helmuth
Hübener
, de 17 años de edad y considerado como el opositor más joven al Tercer Reich que fue condenado a muerte por un
Tribunal Popular alemán.

La forma que eligió el juez Roland Freisler, uno de los más infames de la historia nazi, fue la
decapitación mediante la guillotina (un método
de ejecución considerado como de los más ‘humanitarios’)
y el delito por el
que habían detenido y sentenciado al joven Helmuth era el haber escrito unos
panfletos políticos en los que expresaba su rechazo al nazismo y haberlos
distribuido junto a un par de amigos de su edad.

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Helmuth se crio en una familia de altos valores religiosos
(formaban parte de la comunidad mormona) y todos sus miembros se consideraban
pacifistas, por lo que no concebía que el país, liderado por el Führer Adolf Hittler, hubiese entrado en esa
espiral de violencia y conflictos bélicos.

Siendo un niño se unió al movimiento escultista alemán (Boy Scouts) pero en poco tiempo la
asociación fue convirtiéndose en un apéndice más del nacionalsocialismo hasta
acabar absorbido por las Juventudes Hitlerianas, algo que no le agradó a Helmuth,
comenzando a tener conciencia política y social.

Esto le llevó a escuchar clandestinamente la BBC, emisora británica prohibida en
Alemania y que constituía un delito el sintonizarla. El muchacho, cuando tenía
16 años (en 1941) ya era plenamente consciente de las atrocidades que se
estaban cometiendo desde el Tercer Reich y, tras convencer a dos compañeros,
decidió hacer campaña de concienciación política a través de panfletos que
posteriormente repartían clandestinamente.

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Transcribían al alemán muchos de los mensajes radiofónicos
transmitidos por los Aliados a través de la BBC e incluso, con sus básicos
conocimientos de francés, los traducía a este idioma para después intentar
hacérselos llegar a los presos políticos de origen galo.

Helmuth fue denunciado por un compañero (afín al Partido
Nazi) y el 5 de febrero de 1942 (recién cumplidos los 17 años de edad) fue
arrestado por miembros de la Gestapo, encontrando en su poder un gran número de
panfletos y documentación que lo incriminaban y por lo que se le imputó el
delito de ‘alta traición, conspiración y ayuda al enemigo’.

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Esta acusación fue esencial para que en lugar de juzgarlo
como un menor que era, el juez Roland Freisler decidiera considerarlo adulto
(alegando que tenía una inteligencia y madurez propia de una persona de mayor
edad).

No solo tuvo consecuencias judiciales su detención, sino que
también sirvió para que el pastor de la comunidad mormona a la que pertenecía
toda su familia desde hacía tres generaciones (desde inicios del movimiento
mormón en Alemania) decidiera excomulgar al muchacho.

La Corte del Pueblo no tuvo miramiento alguno con Helmuth, a
pesar de comprobar que el joven adolescente temblaba de miedo mientras estaba
sentado en el banquillo y escuchaba cómo el fiscal lo acusaba de los graves
delitos que se le imputaban.

El juez no tuvo misericordia con él y tras ser encontrado
culpable dictó que debía morir ejecutado en la guillotina, convirtiéndose Helmuth
Hübener en el condenado a la pena capital por un Tribunal Popular alemán más
joven en la Historia del Tercer Reich. Sus dos compañeros fueron condenados a 5
y 10 años de prisión.

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El 27 de octubre de 1942 fue conducido desde su celda en la prisión
de Plötzensee hasta la sala de ejecuciones donde aquella noche se procedió a
decapitarlo. Cabe destacar que en 1946, cuatro años después de su muerte y uno
desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial, el nuevo pastor de la Iglesia
Mormona restituyó su nombre con la anotación ‘excomulgado por error’.

Helmuth Hübener se convirtió en todo un símbolo de lucha
antifascista y muchos han sido los homenajes que se le han hecho en las últimas
ocho décadas.

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Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons