Cuando la filtración a la prensa del borrador de la Constitución española provocó una crisis política

Uno de los momentos más importantes y claves en España,
durante el periodo de tránsito desde la dictadura hacia la democratización
total del país, fue la elaboración de la Carta
Magna
y de todos los artículos que la debían componer.

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Para ello se reunió a un grupo de siete personas, todos ellos
representantes de las principales formaciones políticas, que se reunirían a lo
largo de los siguientes meses para trabajar en el texto de lo que iba a ser la Constitución Española. Esta, tras
debatirse y aprobarse por mayoría, tanto en el Congreso como en el Senado, fue sometida a un referéndum el 6 de diciembre
de 1978
.

Antes de que llegase aquella esperada consulta a través de
las urnas, en la que se aprobó la Constitución,
mucho se trabajó para que esta fuese redactada de un modo que representara
todas las inquietudes sociales y políticas de los ciudadanos españoles, al
mismo tiempo que brindase la unidad de la nación a través de sus artículos.

Fue un trabajo arduo y en el que no faltó algún que otro
desencuentro entre los llamados “padres
de la Constitución”
: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón
y José Pedro Pérez Llorca por parte de la UCD; Gregorio Peces-Barba del PSOE,
Manuel Fraga de Coalición Alianza Popular, Miguel Roca Junyent de la Minoría
Catalana y Jordi Solé Tura de Grupo parlamentario Comunista.

Pero uno de los momentos más críticos se vivió cuando, el 22
de noviembre de 1977, la revista cultural Cuadernos
para el diálogo
publicó una filtración con los 39 primeros artículos de
la Constitución que se encontraba en pleno proceso de redacción. Los ponentes
de la Carta Magna se habían comprometido a no filtrar ni informar sobre nada de
lo que fuese aconteciendo y escribiéndose en la Constitución en la que estaban
trabajando, lo que llevó a que fuesen llamados al orden, debido a que uno de
los siete o alguien de su entorno había hecho llegar a la publicación el
mencionado borrador. 

La revista se escudó en el derecho a la libertad de
expresión, pero enfrentó a su director Pedro Altares con el político Gregorio
Peces-Barba, que a su vez era miembro de la Junta de fundadores y del Consejo
de Administración de esta. Dimitió de ese cargo por tal incidente. 

Tres días
después, el 25 de noviembre, era el periódico barcelonés La Vanguardia (por aquel entonces todavía llamado ‘La Vanguardia Española’), en el que se
publicaba otra filtración de la Constitución, pero esta vez del texto íntegro.

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El 6 de
diciembre de 1978 se celebró el ansiado referéndum, en el que los españoles
acudieron a votar la nueva Carta Magna, la cual apoyarían mayoritariamente con
el SÍ el 87,78 % de los votantes.

El siguiente
paso era que fuese sancionada por el rey
Juan Carlos I en las Cortes
. Se realizó el 27 de diciembre una solemne y
extraordinaria sesión conjunta con todos los miembros de las dos cámaras (Congreso de los Diputados y Senado). Debía ser publicado en el BOE al día siguiente, pero el hecho de
que cayese en el Día de los Santos
Inocentes
, jornada dedicada a gastar bromas y en la que la prensa solía
aprovechar para publicar alguna que otra noticia en forma de chanza, y se
decidió aplazarlo un día, apareciendo publicado en
el Boletín Oficial del Estado el 29
de diciembre de 1978
.

Fuente:
Libro “Eso no estaba en mi libro de historia de
la política” 
de Alfred López (Editorial
Almuzara, 2019)

Fuentes de las imágenes: Hemeroteca de La Vanguardia / Wikimedia commons

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