Cuando Coca Cola tuvo que crear ‘White Coke’ para un mariscal soviético que era adicto al refresco

En la Historia de la Unión Soviética, y sobre todo en el
papel desempeñado durante la Segunda Guerra Mundial, hay un nombre que destaca
por encima de muchos otros, el del mariscal Gueorgui Zhúkov, el oficial
más condecorado de la URSS
(gracias a su participación en los triunfos de
grandes batallas), hombre cercano a las cúpulas de Moscú y militar al frente
del Ejército Rojo que tomó Berlín y representó a su nación en la firma de
rendición de la Alemania nazi.

Su destacado papel dentro de la IIGM hizo que mantuviera diversos
encuentros y contactos con sus homólogos de las Fuerzas Aliadas, estableciendo una más que cordial relación de amistad con el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos,
Dwight D. Eisenhower.

Y fue precisamente el militar estadounidense quien en cierta
ocasión le dio a probar a Zhúkov la bebida norteamericana por excelencia: la Coca Cola.

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Fue ahí cuando el mariscal soviético quedó enganchado al
sabor dulce y burbujeante de aquel refresco, el cual pudo estar disfrutar durante
unos cuantos meses gracias a la enorme partida de botellas que el propio gobierno
estadounidense había procurado hacer llegar al frente europeo para que a ninguno
de sus soldados les faltase su bebida de cola favorita (cabe destacar que la factoría
de Coca Cola en Berlín había dejado de producir el refresco durante la IIGM,
dando origen a la Fanta
).

Pero una vez terminada la guerra y dividida Alemania en dos
bloques, en la parte Occidental se volvió a producir más refrescos pero en la Oriental no,
debido a la expresa prohibición del Kremlin
hacia todo lo que tenía que ver con el capitalismo y lo ‘americano’
.

Gueorgui Zhúkov
había sido nombrado administrador militar de los nuevos territorios soviéticos,
en los que ni una gota de Coca Cola podía entrar. Ansioso por poder seguir
disfrutando de su refresco favorito contactó con su ‘amigo’ Eisenhower y aprovechando
una gira conjunta por la URSS le planteó el problema de aprovisionamiento del
refresco que tenía. El militar estadounidense le prometió encontrar una
solución… y así lo hizo.

La casualidad hizo que por aquellas fechas se abriesen nuevas plantas de
producción de Coca cola en varios países europeos, por lo que se le encargó a Mladin Zarubica (quien estaría al
frente de la factoría en Viena) que buscara la forma en la que le fuese servido
el refresco al militar ruso de una manera en la que, aparentemente, si algún soviético
detectaba una botella no pudiese imaginar que en su interior contenía la refrescante bebida estadounidense.

Así fue como Zarubica ayudó a crear la ‘White Coke’, una Coca Cola cuyo líquido era totalmente trasparente, embotellada en un envase que para nada recordaba a
la original (no tenía sus características ‘curvas’) y que además llevaba en la
chapa grabada una estrella roja. Esto ayudaría a despistar a cualquier soviético
que fisgonease y Zhúkov podría tener el ansiado refresco a su disposición.

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En 1946 el mariscal recibió en su domicilio de Berlín Oriental
una primera remesa de 50 botellines de la nueva White Coke, que aparentemente parecía
contener vodka. Pero ese es el único envío de este refresco que consta…

Ese mismo año, a pesar de su intachable hoja de servicio, Gueorgui
Zhúkov entró en desgracia de cara al todopoderoso Stalin, quien vio en el
mariscal a un férreo competidor.

Tras buscar trapos sucios de uno de sus mejores militares
(se le acusó de haberse apropiado de cuadros, joyas y dinero de saqueos
ordenados por Zhúkov), el líder soviético lo mandó a los Urales, un destino menor
que impediría el ascenso político del mariscal.

Muchas son las fuentes que indican que la causa real de ese ‘obligado’
destierro se debió a la ‘occidentalización’ en la personalidad de Gueorgui Zhúkov,
pues no se veía con buenos ojos desde el Kremlin la cordial amistad que mantenía
con Eisenhower y algunas observaciones que había hecho a la cúpula comunista
como la de mejorar la alimentación de los ciudadanos alemanes (de Alemania del
Este, evidentemente) e intentar no culpabilizar a los habitantes de todas las
atrocidades que realizó el antiguo régimen nazi
.

El mariscal soviético estuvo alejado de la cúpula moscovita
a lo largo de siete años y no volvió a la capital rusa, recuperando parte de su
prestigio, hasta el fallecimiento de Stalin en 1953. A lo largo de las dos décadas
posteriores ocupó diversos cargos (aunque ninguno a la altura de su hoja de
servicios) hasta su fallecimiento en 1974.

Se desconoce si siguió ‘enganchado’ a la Coca Cola o, por
el contrario, se olvidó de ésta obligatoriamente cuando estuvo desterrado. Lo
que sí se sabe a ciencia cierta es que la factoría de Coca Cola en Viena dejó
de producir la White Coke inmediatamente después de ser enviado Zhúkov a los
Urales.

Fuentes de consulta e imágenes: For God, Country, and Coca-Cola de Mark
Pendergrast
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