Cien años de la mal llamada ‘gripe española’, la devastadora pandemia que mató a millones de personas

A inicios de 1918, cuando un gran número de países se
encontraban en medio de la Primera
Guerra Mundial
, una devastadora pandemia
de gripe
hizo aparición en prácticamente todo el planeta (la Antártida fue
el único lugar donde no afectó) y en la que en poco más de un año y medio acabó
con la vida de más de 50 millones de personas y afectó a una quinta parte de la
población mundial (alrededor de 500 millones).

Estas cifras convirtieron a la mal llamada gripe española en la peor y más mortal
epidemia de toda la Historia, superando de largo incluso los muertos que causó
la IGM o las terribles plagas de peste que tuvieron lugar durante la Edad
Media.

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Y es precisamente al
hecho de que apareciera la pandemia en pleno conflicto bélico lo que originó
que se le diera a la epidemia una denominación que no le correspondía: española
(‘Spanish flu’), debido a que la
misma no se originó en España (ni este fue uno de los países más afectados)
pero sí el único que en tiempos de guerra y debido a su posición de neutralidad
se atrevió a informar a la población (a través de la prensa) de que una gripe
estaba afectando a muchos ciudadanos.

El hecho de hacer pública la epidemia de gripe valió para
que desde el extranjero se señalase a España como la causante de la pandemia.
Pero en realidad, lo que se estaba realizando desde la mayoría de países (que
también estaban afectados) era ocultar todo tipo de información referente a la
misma con el fin de no causar la alarma en la población y, sobre todo, no minar
la moral de sus soldados.

También sabían que si informaban del alcance de la pandemia estarían
dando posibles ánimos a sus enemigos. Así cuanto menos supieran sobre cómo
estaba afectando sería más beneficioso para cada país. Lo que no sabían es que
esa fue una táctica utilizada por todas las naciones beligerantes y el único
país que se atrevió a informar públicamente fue España.

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Por tal motivo quedó ese ‘sambenito’ de por vida y a pesar
de que ha pasado un siglo desde entonces todos los medios seguimos hablando de
esa epidemia de gripe como la ‘española’, cuando lo correcto (y lo que se
aconseja desde los estamentos) es que su denominación debería ser ‘la gran epidemia de gripe de 1918’,
sin ponerle la coletilla de la localización.

Han transcurrido cien años desde que apareciera esa pandemia
de gripe y todavía hoy en día son muchísimas las incógnitas que siguen sin
resolverse. Una de ellas es el lugar real donde se originó y aunque muchos son
los expertos que apuntan que fue en Asia (solo en China fallecieron alrededor
de 30 millones de personas) no hay una constancia sólida para asegurarlo. Otros
señalan que fue en Europa e incluso quien asegura que podría haber sido en el
Estado de Kansas, en pleno centro de los Estados Unidos y más concretamente en
el campamento militar de Fort Riley (se dice que el primer caso que se registró
fue el 4 de marzo de 1918, pero debido al mutismo que hubo alrededor de la
pandemia no hay certeza de que fuese el primero en todo el planeta).

Otras de las incógnitas es poder saber el número real de
fallecidos, ya que se sabe que fue muy superior a los 50 millones (solo el
primer medio año murieron 25 millones de personas y a lo largo del siguiente
año mucho más del doble).

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El hecho de que coincidiese en el tiempo con la IGM
desvirtuó mucho las cifras, debido a que no se sabía a ciencia cierta si las
bajas en un ejército habían sido consecuencia directa del conflicto militar o
de la pandemia de gripe.

Una de las peculiaridades de esta epidemia es que afectó a
todo tipo de personas, dando lo mismo la edad y su estado de salud. Normalmente
ese tipo de gripes solía afectar mayoritariamente a los más ancianos y niños,
pero en ese caso no hubo distinción de edad y muchos fueron los hombres y
mujeres jóvenes a los que afectó.

Fuentes de consultas e imágenes: elpais
/ archives.gov
/ bbc / historiasdelahistoria
/ Wikimedia
commons