Encontrados bajo un aparcamiento unos restos que podrían pertenecer a Ricardo III

«¡Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo!» es, posiblemente, una de las frases más famosas que se han pronunciado sobre un escenario de teatro. Su autor fue el incombustible William Shakespeare, quien supo ponerla magistralmente en boca de Ricardo III, el protagonista de una de sus obras más representadas, y que dedicó a uno de los reyes más infames que dio la historia de la monarquía en Inglaterra.

El panóptico, el proyecto para crear la prisión perfecta

Jeremy Bentham diseñó un tipo de prisión que bautizó como panóptico y cuya función era controlar, desde una torre central, todo lo que los reclusos podían hacer y decir desde sus celdas. Un ‘Gran Hermano’ que bien podría haber sido sacado directamente de la novela ‘1984’ de George Owell, con la pequeña excepción de que lo había ideado con 150 años de adelanto.

Encuentra en su desván una cinta con una entrevista desconocida a Martin Luther King

Un recurso bastante efectivo que se utiliza en la literatura y, sobre todo, en docenas de películas es la escena en la que el protagonista se encuentra en el desván o trastero de su casa y por casualidad se topa con algo de suma importancia y que lleva allí guardado desde hace muchísimo tiempo, siendo el desencadenante del resto de la historia.

La operación militar que los Aliados ganaron a los nazis gracias a un engaño al gobierno español

En el cementerio onubense de Nuestra Sra. de la Soledad se encuentra una tumba en cuya lápida figura el nombre de William Martin, un comandante del ejército británico cuyo cadáver fue clave en un plan perfectamente tramado en el que se logró despistar a Hitler y Mussolini a través de un señuelo que engañó por completo al gobierno español y facilitó el éxito por parte de los Aliados, durante la Segunda Guerra Mundial, en el desembarco e invasión de Sicilia.