La injusta y cruel ejecución de Dirk Willems

A lo largo de la Historia cientos de miles han sido las muertes que se han producido (a través de
guerras, persecuciones y ejecuciones) en
nombre de Dios
(de cualquier dios de las diferentes religiones y/o sectas).

Incluso dentro del catolicismo,
las diferentes fracciones que han
ido apareciendo a través de las reformas realizadas en la Iglesia han provocado
que éstas estuviesen enfrentadas entre
.

En el relato que os traigo hoy al blog ‘Cuaderno de Historias’ os
quiero hablar de la injusta y cruel (y no menos sorprendente) ejecución de Dirk Willems que tuvo lugar, a mediados
del siglo XVI, en la población holandesa de Asperen.

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Dirk Willems fue arrestado y encerrado en una prisión
acusado de ‘anabaptista’, que era
una corriente cristiana que surgió tras la reforma protestante de Martín Lutero
y que abogaba por un modelo diferente de religiosidad (más hermandad entre los
miembros de la congregación y que destacaba la abstención de toda violencia
hacia el prójimo y amar incluso al enemigo).

Uno de los símbolos del anabaptismo era el hecho de volver a
realizar a sus devotos el sacramento del bautismo, pero en la edad adulta, ya
que consideraban que el bautizo recibido siendo bebés no contaba al no ser
conscientes a tan temprana edad de la fe y religiosidad hacia Dios.

Ese fue el delito que cometió Dirk Willems para ser
perseguido y encerrado en una prisión.

Tras un periodo en la cárcel y tras saber que iba a ser
ejecutado mediante la cremación en hoguera, tras ser acusado de hereje, Dirk
tramó un plan de fuga, logrando escapar de su cautiverio tras realizar, con
diferentes telas, una cuerda que asomó por la ventana y por la que logró salir
gracias a su extrema delgadez.

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El guardián que lo custodiaba se dio cuenta de la fuga de
Dirk y corrió tras él. En aquella época del año había unas temperaturas
bajísimas, hasta tal punto que el pequeño lago
Hondegat
presentaba una capa de hielo en su superficie y por ahí corrió el
prófugo.

Gracias a su poco peso (debido a las escasas raciones de
comida que le dieron en la prisión y que hicieron que adelgazara extremamente) Dirk
Willems pudo correr sin apenas dificultad sobre la fina capa de hielo del Hondegat,
pero no así su perseguidor quien por el peso rompió una de las heladas placas y
cayó en el congelado agua.

Dirk, en lugar de aprovechar esa ventaja y seguir corriendo
para alejarse de allí, decidió darse la vuelta y acudir al socorro de su
perseguidor. Le costó un mundo lograr sacarlo y poner a salvo al guardia.

Pero éste, en lugar de agradecer el gesto humanitario, lo
que hizo una vez que estuvo a salvo fue arrestar a Dirk y conducirlo de nuevo
hasta la prisión.

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Allí fue castigado por fugarse y torturado a causa de sus
convicciones religiosas anabaptistas. Días después, el 16 de mayo de 1569, Dirk
Willems era conducido hasta la hoguera en la que fue quemado.

Un infame y cruel castigo para alguien que su único delito
fue dedicar su vida al socorro y ayuda del prójimo.

Con el trascurrir de los siglos se ha intentado arreglar
este inhumano error, restituyendo el nombre de Dirk Willems como el de alguien
bondadoso e inocente y, a día de hoy, son múltiples los lugares que podemos
encontrar en Europa (sobre todo en Holanda) donde se le ha dedicado una calle o
plaza, colocado un monumento e incluso el mencionado lago Hondegat actualmente
es popularmente conocido como ‘el lago Hondegat
de Dirk Willems’
.

Fuente de la imagen: Wikimedia
commons

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