Andrei Chikatilo ‘El Carnicero de Rostov’, el más cruel asesino en serie de la URSS (sin contar a Stalin)

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Cuando alguien escribe, habla o lee sobre quién fue el más
cruel y despiadado asesino en serie de la Historia de la Unión Soviética
irremediablemente acude a nuestra cabeza la figura de Iósif Stalin, líder y dictador comunista de la URSS y quien es
responsable de millones de muertes durante los años en los que se mantuvo en el
poder, la mayoría través de la ‘purga’ a la que sometió a sus supuestos
enemigos, la persecución a los judíos o el genocidio en Ucrania (por citar unos
pocos ejemplos).

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De todos estos crímenes el dictador soviético fue responsable, porque se encontraba tras la orden de llevarlos a cabo, pero no fue la mano ejecutora, de ahí que haya puesto entre paréntesis el latiguillo ‘sin contar Stalin’ en el título de este post sobre el que se considera (dentro de la crónica negra rusa) el más sanguinario y cruel asesino en serie en la Historia de la URSS: Andrei Chikatilo, conocido popularmente como ‘El Carnicero de Rostov’.

A lo largo de doce años (entre 1978 y 1990) Chikatilo cometió
más de medio centenar de asesinatos siendo cada vez más cruel y despiadado con
sus víctimas. Tal y como iba matando iba descubriendo nuevos placeres en la
forma de ejecutar y torturar, cuanto más cruel era más deleite sentía, llegando
incluso al orgasmo, algo que le solía ser sumamente difícil en sus relaciones
de pareja.

Desde que siendo apenas un adolescente sintió excitación
sexual al abalanzarse sobre una compañera de estudios de su hermana para darle
un abrazo quedó vinculado en su cerebro el hecho de un acto violento con el
placer sexual, motivo por el que a lo largo de su vida adulta le costó
muchísimo poder tener relaciones estables y sobre todo encontrar satisfacción
de la forma convencional. Apenas podía conseguir tener una erección y sus
eyaculaciones llegaban teniendo el miembro flácido… eso sí, tras algún tipo de forcejeo
o situación violenta.

Consiguió un empleo de maestro de escuela y numerosas fueron
las ocasiones en las que lo pillaron tocando su miembro mientras observaba a sus
pequeños alumnos y alumnas. Tras varias advertencias por parte de la dirección,
finalmente fue despedido, pero las autoridades soviéticas no actuaron ante tal
caso de perversión sexual y Chikatilo campó libre.

No fue hasta 1978, a la edad de 42 años, cuando cometió su
primer crimen. La víctima fue una niña de nueve años llamada Yelena Zakotnova a
quien secuestró con intención de manosearla y sentir placer, pero en el
forcejeo produjo una herida a la pequeña y el brotar de la sangre excitó
muchísimo a Andrei Chikatilo quien tuvo una erección en cuestión de segundos.

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Su tan ansiada erección había llegado tras un episodio de
violencia, motivo por el que decidió ensañarse con la niña asestándole
múltiples navajazos, consiguiendo eyacular como hacía mucho tiempo no había
logrado hacer.

Este fue el primero de algo más de una cincuentena de
crueles asesinatos. Al principio distanciados en el tiempo (el segundo no lo
cometió hasta 1981, tres años después), pero posteriormente cada vez eran más
frecuentes y seguidos: siete en 1982, ocho en 1983, quince en 1984, en 1985 un
par de veces ya que recayeron las sospechas sobre él y se mantuvo un par de
años inactivo. En 1987 retomó gradualmente sus crímenes empezando con tres ese
año, cuatro en 1988, seis en 1989 y ocho en 1990 (fue detenido finalmente el 20
de noviembre de ese mismo año).

Dejó una estela de crímenes cruelmente cometidos. A sus víctimas,
que en su mayoría eran niños y niñas de muy corta edad, algunos adolescentes y
un par de mujeres adultas de 31 y 45 años, les costaba los genitales, abría en canal,
comía parte de sus órganos y eyaculaba sobre los restos de sangre y vísceras.

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Se tardó tanto tiempo en dar con él debido a que desde las
altas instancias de la URSS se trató de silenciar todo lo relacionado con estos
asesinatos en serie, pues el gobierno soviético no quería mostrar que bajo su régimen
se cometían este tipo de atrocidades y crímenes.

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Finalmente, tras su captura, Andrei Chikatilo explicó
pormenorizadamente todos sus crímenes, incluso confesó algunos que no figuraban
en los informes policiales. Parecía como si sintiera excitación sexual cada vez
que rememoraba los asesinatos y esto le proporcionara nuevamente placer.

Fue juzgado en 1992 y a lo largo de seis meses (entre abril
y octubre) durante el juicio se vivieron momentos auténticamente escabrosos y
surrealistas (en una de las sesiones Andrei Chikatilo se desnudó completamente
y comenzó a menear su pene para demostrar que era impotente… él mismo se
reconocía como un deshecho humano) fue encontrado culpable y condenado a la
pena de muerte. El 14 de febrero de 1994 fue ejecutado mediante un tiro en la
nuca.

Cabe destacar que Andrei Chikatilo, al margen de su faceta
como cruel asesino, había llevado una ejemplar vida familiar (evidentemente, dejando
al margen el incidente de perversión cuando trabajaba como maestro). Llegó a
casarse y era padre de dos hijos (chico y chica) y en todo momento su familia
creyó en su inocencia, a pesar de que él mismo había confesado sus horribles
crímenes y posteriormente, durante el juicio, negó haberlos cometido.

Fuentes de consulta e imágenes: criminalia / asesinos-en-serie.com

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