El 8 de mayo de 1945 la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin en el continente europeo tras la caída y rendición del Tercer Reich alemán (en agosto se firmaría el armisticio japonés). Pero este día no solo fue especial para Werner Gladow por esa histórica efeméride en su Alemania natal, también lo era porque cumplía 14 años de edad.
Werner había vivido su infancia y crecido bajo el régimen
nazi en el distrito berlinés de Friedrichshain,
donde sus padres regentaban una carnicería. Hasta entonces había sido un buen
muchacho al que le gustaba estudiar (y sacaba buenas notas) y al que le
encantaba leer novelas policiacas o biografías que explicaban la vida de
famosos hombres.
De hecho el que más
le impactó fue una biografía de Al
Capone la cual, tal y como la leyó, le hizo desear parecerse al más grande
y famoso de los gánsteres de Chicago. Werner Gladow quería ser como ‘scarface’ (‘cara cortada’, apodo de
Capone).
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Empezó cometiendo pequeños delitos, pero rápidamente se dio
cuenta que tenía poder de mando sobre sus compañeros de tropelías y comenzó a
dirigirlos, creando una banda de delincuentes que sería conocida en alemán como
‘Gladow-Bande’ (la banda de Gladow)
y que llegó a estar compuesta por 27 miembros.
La división de Berlín en dos le favoreció ya que iba yendo del Este controlado por los soviéticos (donde vivía) a la Oeste (bajo el control del resto de los países aliados) para cometer sus delitos.
Con las primeras ganancias de sus golpes, Werner Gladow y su
banda se compraron trajes negros a rayas, sombreros del tipo borsalino y
corbatas blancas, para ir uniformados al más puro estilo de los gánsteres del Chicago de los años 30.
La banda de Gladow llegó a ganarse las simpatías de los
berlineses y en poco tiempo se convirtieron en una especie de ‘héroes locales’ para los muchachos
berlineses.
Con 18 años de edad Werner Gladow ya era todo un gánster de
los bajos fondos de Berlín, trapicheando y dando sonados golpes a joyerías y
hombres de negocios. Utilizaban las armas que conseguían robar a la propia
policía y llegaron a conseguir un enorme arsenal.
Pero todo cambió cuando la
banda de Gladow cometió su primer asesinato: el del inocente chofer de un
acaudalado empresario cuando trataban de robar un lujoso automóvil de la marca BMW.
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A partir de ahí sus golpes fueron más violentos y empezaron
a ganarse la antipatía de los ciudadanos, los mismos que disfrutaban leyendo
los artículos que aparecían en la prensa sensacionalista de la época que
relataban sus andanzas delictivas.
Las autoridades berlinesas (de ambos lados) pusieron todo su
empeño en atrapar a los miembros de la banda e incluso llegaron a infiltrar a
un muchacho para que les hiciera de confidente.
A mediados de 1949, con 18 años de edad recién cumplidos, Werner
Gladow (el ‘Al Capone de Alexanderplatz’ como era popularmente conocido, al ser
esa famosa plaza el lugar donde comenzó sus andanzas delictivas) cayó detenido
en una emboscada que le preparó la policía.
Según relató la prensa de la época fue al más puro estilo
del Chicago de los años 30, intercambiando balazos a lo largo de más de una
hora en el que Werner tiroteaba a la policía con una pistola en cada mano
(gracias a su habilidad de ambidiestro). Tenía un pequeño arsenal e iba
intercambiando revólveres que eran recargados con balas por su propia madre.
Algo épico y que durante mucho tiempo fue recordado en Berlín.
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Finalmente, tras ser detenido fue encerrado en una prisión y
juzgado un año después. A pesar de su joven edad el juez no tuvo clemencia con Werner
Gladow y lo condenó a la pena de muerte (en lugar de la cadena perpetua que se
le solicitaba).
Werner, el ‘Al Capone
de Alexanderplatz’, fue ejecutado en la prisión de Frankfurt el 10 de
noviembre de 1950 (algunas fuentes indican que fue el 11) mediante la
guillotina (la cual era un modelo histórico de tiempos de la Revolución
Francesa y que había sido robada por los alemanes de un museo de París).
Sobre su ejecución cabe destacar un par de curiosidades: la
primera es que tuvo que ser guillotinado en Frankfurt y no en la capital de
Alemania porque el verdugo oficial de Berlín (llamado Gustav Völpel) se encontraba detenido en ese momento ya que formaba
parte de la banda de Gladow (a pesar de no ser un delincuente juvenil como el
resto). Sobre la vida y andanzas de Gustav Völpel publicaré próximamente otro
post.
Otro de los datos curiosos sobre la ejecución de Werner
Gladow fue la inexperiencia del verdugo de Frankfurt quien tuvo que lanzar
hasta tres veces la cuchilla para que la guillotina cortase la cabeza. Fue tan
dantesca y desagradable aquella escena que incluso hubo varios desmayos entre
los asistentes, siendo uno de ellos el propio fiscal.
Fuentes de
consulta e imágenes: postwargermany / bz-berlin / tagesspiegel / executedtoday / deutschlandfunkkultur / historyned
(Twitter)
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