El oso que se convirtió en la mascota de una compañía del ejército polaco

Numerosas son las referencias que existen que nos explican curiosas historias de entrañables animales que se convirtieron en la mascota de alguna compañía del ejército y que para los soldados que lo custodiaban era un miembro más del equipo.

En el post de hoy en ¡QUÉ HISTORIA! os traigo una que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial y cuyos protagonistas fueron los miembros de la 22 Compañía de Suministros de Artillería del ejército polaco y un simpático oso que se convirtió en mucho más que una mascota.

La historia se inicia en 1942 cuando un grupo de soldados polacos que se encontraban en Hamadan (en el actual Irán) e iban rumbo al Líbano, se cruzaron con un muchacho que portaba una mochila en la que en su interior había un osezno.

Rápidamente el pequeño osito llamó la atención de los militares que se distrajeron un rato jugando con él. Fue tal el entusiasmo que cogieron con el animal que quisieron cambiárselo al niño por unas cuantas latas de conserva, algunos chocolates y un original bolígrafo que al mismo tiempo era un cortaplumas.

Tras el trueque, la compañía continuó su periplo viajero que los llevaría por varios países del Oriente Próximo hasta llegar a finales del año al sur de la península Italiana. Durante todo ese tiempo el pequeño oso, al que bautizaron con el nombre de Wojtek (cuya traducción vendría a ser algo como ‘el que consuela a la tropa’), los acompañó en todo el periplo, mientras recibía los cuidados de todos y cada uno de los componentes del pelotón.

Los primeros meses lo alimentaron a base de leche condensada y agua que se la daban a través de un improvisado biberón que realizaron con una botella de vodka vacía y un trozo de tela que hizo la función de tetina.

El crecimiento de Wojtek fue veloz, convirtiéndose en un oso cuya altura superaba a la de muchos soldados. Entre los momentos anecdóticos estuvo la ocasión en la que descubrieron que a la mascota de la compañía le gustaba la cerveza, convirtiéndose en su bebida favorita.

Para poder viajar con él hasta el frente instalado en Italia, lo inscribieron como un soldado más y lo más curioso es que durante la Batalla de Montecassino, que tuvo lugar entre el 4 de enero y el 19 de mayo de 1944, Wojtek colaboró con sus compañeros como si fuese uno más.

La astucia del animal lo llevaba a cargar cajas, municiones, balas y todo aquello que precisaban los soldados que estaban apostados en la primera línea de batalla. Este hecho hizo que uno de los que allí estaba hiciese un dibujo en el que aparecía un oso cargando con una pesada bomba. Ese dibujo se convirtió en el símbolo e insignia de aquella compañía, la cual tras finalizar la guerra fue incorporada como una más del ejército británico, trasladándose hasta la ciudad de Glasgow.

Hasta el momento de la disolución de la compañía en 1947, Wojtek los estuvo acompañando, habiéndose convertido en la gran atracción del lugar y recibiendo la visita de numerosos curiosos que se acercaban hasta allí con el propósito de ver de cerca al famoso ‘oso soldado’.

Cuando los soldados, una vez licenciados, se fueron marchando, cada uno tomando su camino, se decidió que el mejor lugar donde podría estar el oso (que en aquel tiempo contaba con 5 años) sería en el zoológico de Edimburgo, en el que permaneció hasta que falleció en 1963.

Durante los primeros años de cautiverio en el zoo estuvo recibiendo la visita de sus antiguos compañeros, pero con el tiempo esas visitas se fueron espaciando, hasta que llegó un momento en el que ninguno de estos se acercó hasta aquel lugar.

Pero esta curiosa historia no es la única que tiene como protagonista a un oso convertido en mascota, un grupo de soldados y una guerra, ya que durante la Primera Guerra Mundial existió otro que dio nombre y origen al famoso osito Winnie the Pooh, del que tantos libros y películas se han hecho.

Fuentes de consulta: ABC / wojtekthebear